El Pirineo no pertenece a ninguna estación. Cada mes del año le otorga una gama cromática diferente y lo prepara para acoger distintas actividades. Ahora, en otoño, las propuestas son variadas y hay que aprovechar el relativo buen tiempo para conocer distintos rincones. Desde Centraldereservas.com os proponemos tres escapadas para disfrutar de unos días inolvidables.

Selva de Oza

Amarillo, naranja, rojo, ocre... Este rincón del Pirineo aragonés modifica su aspecto para lucir una imagen llena de vida y colores. Bajo sus árboles, un manto de hojas resguarda las pisadas de quienes se acercan hasta la Selva de Oza a observar el espectáculo. Allí, entre los macizos de Bisaurín y Peñaforca, se extiende un bosque de hayas y abetos blancos, que forma parte del Parque Natural de los Valles Occidentales. Para observar el momento otoñal hay que ir hasta Hecho y desde allí seguir la carretera que lleva a Siresa. Se puede aprovechar y visitar el monasterio románico de la localidad. En Siresa hay un camino en dirección a la Selva de Oza, que poco a poco se va estrechando, ofreciendo una panorámica única. En el valle hay varios restaurantes con comida casera, donde poder coger fuerzas para una jornada larga.

Tiempo de setas en La Ribagorza

El otoño trae consigo la salida de muchas especies de hongos, y el Pirineo aragonés es rico en este aspecto. Una de las comarcas que puede presumir de tener una tierra propicia para ello es la Ribagorza. Las diferentes asociaciones micológicas de la zona suelen organizar jornadas alrededor de este producto en los meses que van desde septiembre a diciembre. En ellas se enseña a diferenciar especies, se hacen salidas al campo, se degustan y se explican las buenas prácticas. Una escapada gastronómica para probar el sabor de la tierra de ceps, boletus edulis, níscalos o robellones es una opción para estos meses otoñales. Además, no hay que dejar de probar otros productos como los quesos, la longaniza de Graus, la miel o el chocolate.

Andorra

La nieve no ha alcanzado de lleno al Principado, por lo que se pueden aprovechar las últimas semanas sin el color blanco para conocer lugares como sus valles. Eso sí, hay que tener presente que a estas alturas el clima puede cambiar, por lo que antes de comenzar una excursión es recomendable consultar el parte meteorológico. Igualmente hay que poner en la mochila o en la maleta ropa de abrigo y calzado adecuado. Una vista recomendable es la que hay en el Pla de l´Estany. El acceso a este circo glaciar merece más de una fotografía. Los colores van cambiando el paisaje gracias a los pinos, los avellanos o los barbadejos. Después de un día disfrutando del paisaje, Andorra ofrece una gran oferta de ocio y de compras. Se puede pasar el tiempo adquiriendo productos para la nueva temporada invernal que se acerca aprovechando la baja fiscalidad de sus productos (4,5% desde enero de 2013) o disfrutando del relax y de las propiedades termales de las aguas del país en lugares como el Balneario de Caldea, el dominio termal más grande de Europa.