Reparto de orejas entre Ginés Marín y Varea en Zaragoza

Los aceros les privaron de algo más, en una tarde con bellos detalles que no llegó a romper.

Varea, con el quinto de la tarde.
Varea, con el quinto de la tarde.
A. Navarro

Se esperaba algo más de una novillada a la que, sin llegar a decepcionar, le faltó el aroma de las tardes importantes. Había muchas esperanzas depositadas en el duelo Marín-Varea y ambos estuvieron por encima de un ganado que, por lo general, se dejó torear pero no anduvo sobrado de fuerza ni de fondo. Dejaron detalles de su enorme clase, principalmente con el capote, y el desacierto con la espada les privó de algo más. Al final, una oreja para cada uno y el reconocimiento de un público deseoso de refrendar un triunfo mayor.


La tarde no arrancó bien para Ginés Marín, que no logró hacer llegar a los tendidos su meritoria labor con el primero de Fuente Ymbro, un novillo de gran presencia pero sin clase alguna en su embestida. Lo mejor: dos bellas tandas de capote, a la verónica y por chicuelinas, antes de un deslucido tercio de banderillas, con susto de un subalterno incluido. Con la muleta dejó buenos detalles sin posibilidad de recompensa. Silencio, tras matar en el segundo intento.


El segundo, también de Fuente Ymbro, se rompió el pitón rematando el burladero y tuvo que salir un sobrero al que Varea recibió con una tanda de verónicas maravillosas, rematadas con dos medias. Acto seguido, el castellonense fue testigo de un tercio de banderillas muy bien llevado por su cuadrilla y tomó la muleta para brindar bellas tandas al natural, con un novillo que funcionó bien por el pitón derecho, pero protestó y mucho por el izquierdo. Detalles brillantes, entre los que destacaron un par de trincherazos de arte, y a por los aceros para fulminar de estocada. Oreja tras aviso.


Con el tercero, Ginés Marín siguió dando muestras de su enorme destreza con el capote. Lances variados y muy templados, antes de que Javier Ambel se desmonterase a petición de un público entregado a dos pares de banderillas tan valientes como efectivos. Con la muleta, Marín estuvo a la altura de un ejemplar de Garcigrande con clase y ritmo de embestida, que permitió pases profundos con ambas manos. No pudo bajarle la muleta todo lo que le hubiese gustado, pero sí se lo pasó muy cerquita una y otra vez, emocionando al respetable y haciéndose merecedor de la oreja que le fue entregada. Mató de estocada tras un pinchazo que quizás le privó de algo más.


Espléndida la faena que Varea conectó al cuarto. Toreó con soltura y puso en liza un repertorio de pases vistosos y bien reposados que encontraron el reconocimiento de los tendidos. No gustó tanto la forma de entrar a matar un Garcigrande que, aunque pecó de manso, repitió y repitió en la muleta. Con el acero se desvaneció cualquier opción de triunfo. Mató de pinchazo, estocada y varios descabellos. Esta vez, fue Montoliu el que destacó con los palos, gracias a dos valerosos pares.


El quinto fue un buen ejemplar de Fuente Ymbro, al que Marín volvió a torear de un modo fantástico con el capote. Emocionante duelo de quites entre los dos acartelados. Gaoneras de Varea replicadas con tafalleras, chicuelinas y una media verónica de fábula. Vistoso el tercio de varas, con el novillo arrancándose desde muy lejos al caballo y embistiendo con bravura. La labor de muleta del diestro afincado en Olivenza, templada y serena, pudo auparle a hombros en dirección a la Puerta Grande, pero erró otra vez con la espada. Sí dio la vuelta al ruedo. Javier Ambel obtuvo el reconocimiento de la grada con las banderillas.


Para el último, tras unos buenos lances de capa, Varea reservó un inicio de faena sentado en una silla. Ya en pie y en los medios, el de Almazora ligó derechazos de mucho mérito, marcando bien las distancias a un animal de poco recorrido y sin transmisión. Lo intentó por todos los medios y con ambas manos, llegando a ofrecer muletazos tan templados como poco profundos. La faena se vino abajo, mermada por la ausencia de ligazón. Su insistencia en arrancar los últimos pases a un animal desfondado llegó a enfadar a un público que pidió de forma tímida la oreja, después de una gran estocada. También dio la vuelta al ruedo. En banderillas saludaron Alfonso Carrasco y Diego Valladar.


FICHA DEL FESTEJO.- Tres novillos -primero, segundo (sobrero) y quinto- de Fuente Ymbro y otros tantos -tercero, cuarto y sexto- de Garcigrande, de desiguales hechuras y de comportamiento también variado.


Ginés Marín, silencio, oreja tras aviso y vuelta al ruedo.


Varea, oreja tras aviso, ovación tras aviso y vuelta al ruedo. En cuadrillas, saludaron en banderillas Raúl Martín en el segundo, Javier Ambel en el tercero, Jose Manuel Montoliú en el cuarto, y Alfonso Carrasco y Diego Valladar en el sexto.