"'El diablo en el poder' es una recuperación de nuestro patrimonio musical”

La compositora Pilar Jurado presenta este jueves en la Sala Mozart del Auditorio su último trabajo.

La soprano y compositora Pilar Jurado estrena este jueves en la Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza (20,15) ‘El diablo en el poder’, su último trabajo, en el que compila temas populares de zarzuela y ópera con piezas menos conocidas de maestros como Saldoni i Remendo, Cappa, Gaztambide, Barbieri, Amadeo Vives o el aragonés Pablo Luna.


Cuénteme, ¿qué es ‘El diablo en el poder’?


Es un disco de la mejor lírica española, una lírica de brillantez, es una recuperación de nuestro patrimonio musical, y sobre todo, es una apuesta por los compositores de este país que supieron adaptarse, buscar un nuevo camino y cambiar la situación de un momento duro para la música, y en eso creo que nos podemos reflejar ahora y tomarles como referente para poder cambiar el momento que nos está tocando vivir.


Recoge páginas de obras populares, como ‘Doña Francisquita’ o ‘El barbero de Sevilla, y otras menos conocidas


Lo que he intentado es coger la mejor música de este proceso de cambio desde la ópera cuando se escribía al estilo italiano, y cómo poco a poco se quiere crear un género que sea realmente español, en ese momento en que el nacionalismo imperaba en Europa y se estaban creando diferentes géneros específicos en cada país, y en España se da lugar a la zarzuela. Ellos quieren a través de nuestro folclore llegar al público de una manera más directa y con un sello típicamente español y en español.


 ¿Qué se va a encontrar el público que esta noche acuda al Auditorio de Zaragoza?


Un recital con una interpretación de músicas que en muchos casos les van a sonar, hay una segunda parte del programa de piezas muy conocidas porque son más cercanas a nosotros. En una primera parte van a descubrir digamos de dónde venían esas piezas, y la importancia, la magnitud y la brillantez del repertorio español en el siglo XIX. Hay que pensar además que algunas piezas como ‘Ipermestra’ o ‘Giovanna di Castigllia’ ha pasado mucho más de un siglo sin que se volviesen a escuchar sobre un escenario, y es impresionante cómo está reaccionando la gente cuando las escuchan.


Además le acompañarán en el escenario los aragoneses Beatriz Gimeno y Ángel Cortés.


Beatriz es una soprano maravillosa que ha dicho muchas cosas aquí, y él es un tenor que las está empezando a decir y más que lo hará en un futuro. Es rodearme de gente muy especial de esta tierra que me va a ayudar a acercar todavía más al público ese repertorio.


Su intensa y singular trayectoria se caracteriza también por haber hecho fusiones con ritmos como el jazz, la bossa nova o la música electrónica. ¿Qué le lleva a esa experimentación?


La curiosidad fundamentalmente. Yo creo que la vida es movimiento y también fusión, no vives al margen de lo que ocurre a tu alrededor. El poder compartir espacio con otros géneros musicales creo que lo que hace es enriquecerme también como músico, me aporta mucho incluso para la creación de nuevos músicas.


En esa curiosidad entra su ya ‘celebre’ colaboración con Mago de Oz.


Sí, bastante más célebre de lo que yo imaginaba (se ríe). A veces pienso que ese tipo de colaboraciones hacen más por la música clásica que la propia música, teniendo en cuenta que la educación de este país no está ayudando mucho a que la gente tenga un contacto con la cultura, y siempre como algo de refilón, creo que es fundamental que la gente conozca, lo que no se conoce no se reclama.


Esa nueva forma de hacer y ver la música se proyecta también en su imagen promocional.


Sí, creo que la propia imagen de mi disco está marcando éso, una nueva manera de hacer música clásica, porque creo que tenemos que ser personas de nuestro tiempo y que la gente se identifique con lo que hacemos. Al margen del protocolo que exige nuestro repertorio y esa parte ritual, que es fantástica, creo que ese protocolo tiene que estar cercano a los nuevos públicos.


Su Twitter se revolucionó con lo de Mago de Oz…


Sí, es increíble (se ríe). Lo gracioso es que muchos me decían, ‘yo no entiendo mucho de esto, pero a mi esta mujer me gusta’, y eso es genial.


Es usted soprano, directora, compositora, profesora… y está claro que una mujer que rompe barreras. Fue también la primera mujer en escribir una ópera para el Teatro Real.


Creo que fue una carambola del destino para que al final fuese yo la que tuviese ese papel, pero es cierto que es importante, no solo como mujer, así que me siento una privilegiada, además de sentir que eso puede alentar a otras mujeres, e incluso a mujeres de otras disciplinas, a que no existen techos de cristal. A veces la gente se limita y piensa que no se puede. Yo siempre he creído que era libre para hacer lo que pudiese hacer y hago tantas cosas porque en el fondo me entusiasman.


Está inmersa en una gira intensa que la llevará a Estados Unidos y América Latina el año que viene.


Es muy importante, porque América supone volver a llevar nuestra música a un lugar donde la aman mucho. Pero también era muy importante para mí Estados Unidos porque también creo que es donde se mueve toda la cultura, Europa es muy importante, pero ahora está pasando un momento difícil, y sus teatros, sus óperas y orquestas están sufriendo, no solo está pasando en España.


¿Qué supone para usted actuar en la sala Mozart de Zaragoza?


Es uno de los templos de la música clásica, y venir con lo que para mí es mi pequeño altar personal, este trabajo en el que he puesto tanto cariño, traer a la vida a todos esos compositores en este espacio, es muy emocionante.