DOMINGO, 6 de julio

No sé si hay exposiciones de domingo, pero una que apetece ver es la de ‘Fotografías (1960-2008)’ de Rafael Sanz Lobato (Sevilla, 1932) en la Lonja. Se presentó antes en Madrid y recuperaba la figura de un fotógrafo, reticente a aceptar el término artista, que sigue revelando y cuidando su obra con un mimo especial. Fue distinguido con el Premio Nacional de Fotografía en 2011. Cristina García Rodero, cuando inició su obra y sus viajes alrededor de España, le reconoció su condición de maestro. Y aún lo hace.

En La Lonja, Sanz Lobato presenta una selección de sus series más importantes: de fotografía documental que incluye paisajes, paisanajes y costumbres, de retratos y de bodegones. Su obra está conectada con la España ritual, con la España de Calderón y del Siglo de Oro, y con la España de Gutiérrez Solana que se zambulle en las tradiciones como si sus criaturas ejecutasen una representación teatral. Sanz Lobato buscó sus propias imágenes y las consiguió desde la convicción de que la fotografía es “un oficio de solitarios”.

 LUNES, 7 de julio

Javier Goñi, un zaragozano nacido 1952, que reside en Madrid desde hace años, publica un espléndido dietario: ‘Milhojas de sentido’ (Isla de Siltolá, 2014), que en realidad es una síntesis de su blog ‘El Pizarrín’. El libro, de 314 páginas, resume su sensibilidad, su sentido evocador y crítico, su amor a la literatura. Escribe auténticos artículos-río, llenos de nombres, de libros, de instantes, de recuerdos. Por ejemplo, es un gran apasionado de Miguel Labordeta y el mundo del café Niké y le dedica un brillante texto, ‘Zaragozana gusanera’. Estimulado por el poemario ‘El llanto de los boxeadores’ de Fernando Sanmartín, realiza todo un viaje alrededor del boxeo y de la poesía. O mejor aún, del boxeo y la literatura.

 MARTES, 8 de julio

Luz Rodríguez presenta en el Teatro Principal su libro ‘El pez de las despedidas’, un poemario en cuatro partes sobre el amor y el desamor, sobre la pérdida y la melancolía. Está concebido como una novela con presentación de los protagonistas y del conflicto, desarrollo y desenlace, y un elemento que funciona a modo de apéndice alegórico: un bestiario de amor. Este poemario lo ha publicado el editor y artista Paco Rallo y lleva ilustraciones en tinta china de María Maynar. El acto tuvo un aliciente especial: el pianista y compositor Antonio Gil tocó cinco piezas para cinco poemas que recitó la escritora asturiana afincada en Huesca.

 MIÉRCOLES, 9 de julio

De nuevo el Teatro Principal, abierto felizmente a un sinfín de actividades de la ciudad, fue el escenario de un acto entrañable: el homenaje a la actriz Pilar Molinero, que falleció hace poco. Actriz de rompe y rasga, con carisma y energía, casi camaleónica, ha dejado un puñado de amigos, de compañeros, de gente que ha sentido y llora su inesperada partida a otras escenas. Hubo vídeos, danza, poesía, evocaciones y un latido muy sincero de emoción y cariño. Ella ha estado durante treinta años ante el público y siempre quiso ser una voz fieramente humana.

Paco Cuenca presentó en el Joaquín Roncal su concierto de homenaje a Jacques Brel. Acompañado de Pedro Gan al piano y de Coco Balasch al contrabajo (“llevo veinte años subiendo al escenario con Coco”, dijo), realizó un concierto espléndido. Tradujo las canciones sobre la marcha, ofreció algunos apuntes sobre el músico y conmovió de modo especial con canciones que forman parte de nuestra memoria musical: ‘Ámsterdam’, ‘Ne me quitte pas’ o ‘Madeleine’, por citar algunas.

 JUEVES, 10 de julio

La ciudad se divide en minúsculos acontecimientos. Andrés Pascual, músico y escritor, presenta su novela más social: ‘Edén’ (Plaza & Janés), donde cuenta la aventura iniciática de una joven en Sao Paulo que le cambiará la vida. Es su novela más comprometida en un sentido social: se habla de las favelas, del cambio climático y de la transformación de uno mismo.

María José Hernández presenta en el Teatro Principal uno de sus discos más entrañables y simbólicos de su carrera: ‘Las uvas dulces’, basado en las canciones más intimistas de José Antonio Labordeta. Las crónicas y las impresiones son bastante unánimes: fue un concierto inolvidable.

Alejandra Díaz-Ortiz es una escritora mexicana, afincada en España desde hace más de una década. Vivió con el poeta y editor Carlos Álvarez-Udé hasta su muerte en 2010 y logró que el editor Manuel Ortuño, de Trama Editorial, le publicase una trilogía de microrrelatos, aforismos y poemas, en verso y prosa, en torno al amor. Primero apareció ‘Cuentos chinos’ (2009), luego ‘Pizca de sal’ (2012) y ahora ‘No hay tres sin dos’ (2014). Tres libros complementarios que exploran las posibilidades de la pasión, el engaño, el enamoramiento fugaz, la decepción, la traición, siempre con sentido del humor, con ironía y una inclinación constante al juego de palabras.

 VIERNES, 11 de julio

Comienza Pirineos Sur, con un epígrafe atractivo que recuerda una colección y un premio de Lumen: Femenino Plural. Arranca, en el pantano de Lanuza, con Carmen París y su enérgico modo de vincular la jota con el inglés y el jazz, y con la cantante irlandesa Imelda May, fuerza, plasticidad y belleza, que hace una versión de ‘Dreaming’ de Blondie con ukalele. Habrá mucho más estos días: Melissa Laveaux o la siempre sofisticada Suzanne Vega.

Lejos de casa, en Barcelona, en la galería Crisolart galleries (calle Balmes 44-46), la pintora Carmen Esteban presenta una amplia selección de obras de los tres últimos años: paisajes orientales, orquídeas del Japón, flores repletas de color, fondos marinos, aproximaciones a la abstracción. La pintora, que suele recordar el magisterio de su tío Manuel Navarro Esteban y su pasión por la obra de Mark Rothko, expuso recientemente en Miami. Suele decir que su mejor estímulo es el taller, el trabajo concienzudo en el estudio, y la realidad, que le impulsa a realizar sus mejores cuadros, repletos de color y de atmósferas de sensualidad.

 SÁBADO, 12

‘Mingote reservado. El taller desconocido de un genio’. Este libro de Edaf, subtitulado ‘Apuntes, bocetos, inéditos, censurados y prohibidos’, está lleno de revelaciones: sus despistes, su relación con el dinero, la censura (por casi todo), sus tertulias y sus amistades, su pasión por los desnudos o su divertida ‘Declaración de amor’ a Isabel Vigiosa en un pasquín o cartel a color. El libro lo han preparado Isabel Vigiola, viuda del dibujante, humorista y escritor, y el periodista Antonio Astorga. Es muy interesante. He aquí uno de chistes: « “¿Cree usted que España es el país ideal para un humorista?”. “Creo que los humoristas son ideales para España”.»