2.300 espectadores consolidan el Slap Festival como referente

Se han celebrado en tres días más de veinte conciertos y diferentes actividades durante el día.

Kase O ha sido uno de los grandes atractivos del festival
Más de 2.300 participantes consolidan el Slap como referente de la música negra

Más de 2.300 personas han participado este fin de semana en el "Slap! Festival", en el Cámping de Zaragoza, lo que demuestra que esta cita se ha convertido en uno de los referentes de la música negra "más solventes e interesantes del país".


Desde la primera edición, hace cinco años, este festival, dirigido por Víctor Domínguez, se ha consolidado lentamente hasta "conseguir hacerse un hueco en las agendas del verano, manteniendo su identidad propia y coherencia en cartel y concepción, a pesar de dedicarse a un estilo minoritario", indican en una nota fuentes de la organización.


Este año se ha contado con el mayor presupuesto de la historia del festival, 130.000 euros, y un cartel con figuras como Ebo Taylor, Lisa & The Lips, Guadalupe Plata y Kase.O, entre otros.


Se han celebrado en tres días más de veinte conciertos, diferentes actividades durante el día y actividades de animación infantil. Por sus dos escenarios han pasado artistas de quince estilos diferentes, como el soul, funk, blues, afrobeat, jazz, mento o hip hop, entre otros.


El viernes destacó la propuesta de highlife del cabeza del cartel, el cantante y guitarrista ghanés Ebo Taylor, uno de los padres del afrobeat junto con Fela Kuti.


Después, el blues pantanoso de Guadalupe Plata, para dar paso a la banda italiana Calibro 35 y su impecable funk instrumental inspirado en las bandas sonoras de las películas policíacas de los 60 y 70.


El sábado, le tocó el turno a Lisa Kekaula, cantante de The Bellrays, presentando su nuevo proyecto personal, Lisa & The Lips, con músicos españoles en su formación.


Y para cerrar la noche, Kase.O y su banda Jazz Magnetism, que volvía a casa para ofrecer uno de los pocos conciertos en Europa, con visita sorpresa incluida en el escenario de sus compañeros Violadores del Verso.


Así acaba la quinta edición, todo un homenaje al slap, técnica seña de identidad del funk que se produce al golpear las cuerdas del bajo contra el mástil.