Liquidar el arte para sobrellevar la crisis

La complicada situación económica lleva a muchos particulares a desprenderse de sus obras. Un coleccionista acaba de poner a la venta 120 piezas en la Galería Cristina Marín, entre ellas, obras de Tapies y Broto.

Galería Cristina Marín
Liquidar el arte para sobrellevar la crisis

Cuesta más vender y hay que trabajar mucho más para obtener menos beneficio. Desde que se desató la crisis económica, el mundo del arte también se ha resentido: no se compra con la soltura de antes, se meditan más las adquisiciones y, algunos compradores en épocas de vacas gordas ahora han pasado a ser vendedores a la fuerza.


De esto dan cuenta las galerías de arte de aragonesas, como el caso de la zaragozana Cristina Marín, que acaba de recibir de una tacada 120 obras de arte contemporáneo de un coleccionista privado que se ve obligado a desprenderse de su legado. Un par de Tapies y obras de Broto de gran formato que en breve llegarán desde París, son las principales piezas de esta colección, donde también hay trabajos de Víctor Mira, Pepe Cerdá, Jorge Gay o Salvador Victoria.


Aunque no con tantas piezas como en este caso, "en los últimos años esto es relativamente frecuente", dice Marín, quien explica cómo ha cambiado la forma de adquirir arte y el volumen de las operaciones. Algunos compradores de sectores antes muy pujantes como el de la construcción –empresarios, arquitectos, ingenieros, etc.-, han dejado de comprar o incluso se ven obligados a desprenderse de estos activos. Y en todo caso, ya no se ven las compras "aparatosas" de antes, dice Marín, que recuerda haber tenido ventas de hasta 15 cuadros en una tarde.


Así, ahora parece más difícil fraguar grandes repertorios con la idea concebida en el coleccionismo clásico de la trascendencia y permanencia en el tiempo. "El arte es un extra, un producto del que se puede prescindir, como las segundas residencias, por lo que muchos de los que se ven en situaciones complicadas se ven obligados a vender", apunta la galerista. Por el contrario, el trato se ha "humanizado más", se le dedica más tiempo al cliente y "se le mima más".


Pero el mercado del arte impone sus tiempos y sus normas. "Pienso que la gente está vendiendo sus colecciones en un momento muy malo", dice Patricia Puyó, galerista y presidenta de la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Aragón. "Si uno no está muy apurado, no vale la pena", porque aunque artistas de referencia del máximo nivel como pueden ser Picasso o Miró nunca vayan a perder valor, explica, la saturación del mercado acaba yendo en detrimento de los artistas que ven devaluarse sus obras, "salvo que se haya comprado piezas de artistas que antes no eran conocidos y que se han revalorizado".


"Lo que está pasando es que mucha gente se está quitando las obras a través de subastas, que es donde al final se están poniendo los precios", apunta Puyó.

Liquidación por "divorcios y mudanzas"

Las galerías de arte tienen diversas formas de funcionamiento. Algunas venden a través de exposiciones temporales; otras generan fondo de galería comprando directamente a los artistas o a otras galerías, y están las que también se nutren de este mercado de segunda mano. Pero en general, como ocurre con las tiendas de antigüedades, se aprecia cómo en los últimos tiempos se han multiplicado las personas que va a ofrecerles algo para la venta o, al menos, a interesarse por piezas sobre las que siempre se pensó que permanecerían colgadas en sus casas hasta la eternidad.


En la Galería Salduba, en lo que han ganado trabajo es en la tasación de obras. "Hay mucha gente que quiere saber los precios actuales de sus piezas, porque en el arte hay mucha fluctuación", explica Iván Fonfreda. El director de esta galería considera que después del gran parón que sufrió el mercado a partir del 2008 y el 2009, en los dos últimos años "estamos notando un pequeño repunte en la compra de pintura como activo para invertir".


Para movilizar estos mercados locales las fórmulas a las que recurrir han sido múltiples: más facilidades de pago, más atractivo en la puesta en escena de las exposiciones o más actividades para atraerse potenciales compradores. "Hay que hacer siempre cosas nuevas y seguir renovándose", dice Fonfreda. Por ejemplo, la masterclass que el propio artista que ahora hay en exposición, el bielorruso Yuri Yarosh, impartió a estudiantes de dibujo hace unos días.


Espacios como los de Pepe Rebollo o Aroya Galería no pudieron lidiar con estos tiempos y echaron la persiana en Zaragoza, como ha ocurrido en tantas otras ciudades como Madrid o Barcelona.


Otras, continúan estoicamente y hasta se acercan a los 40 años de actividad como es el caso de la también zaragozana Galería Itxaso. Uno de los espacios decanos de Aragón, ha conocido de todo, pero ahora "la gente apenas compra", explica Mar Gomollón, quien en su caso, "vende casi por pedido", pues cada vez más los clientes demandan obras concretas que se encarga de proporcionar.


Su fondo de galería prima la obra de artistas aragoneses, algunos de los cuales han mostrado su obra en esas mismas paredes en sus 40 años. Piezas de Salvador Victoria, Víctor Mira, Fernández Molina, Faustino Manchado, Natalio Bayo, Martín Ruizanglada o el madrileño Hernández Cop han pasado por sus fondos.


Sobre la oferta de arte para vender dice: "Recibo ofertas todos los días, por teléfono, por email y en persona". En su caso, razones muy repetidas para desprenderse de las piezas son "que se acaban de divorciar o que se han mudado y no les caben en el piso". Vamos, estas cosas de los tiempos que corren.

Estancamiento del sector en España

El último estudio de la Fundación Arte y Mecenazgo -impulsada por "la Caixa"- sobre la situación del mercado del arte en España en 2012, apuntaba que en los últimos diez años hasta esa fecha, el mercado del arte había experimentado un crecimiento global del 87%, muy por encima del conjunto de la economía española.


Entre 2002 y 2007, el mercado español de arte había crecido más de un 200% en términos de valor, si bien en dos años de contracción del mercado, de 2007 a 2009, cayó un 44%, hasta situarse en 271 millones de euros en 2009. Según este mismo estudio, "en 2010 se produjo la recuperación del mercado mundial de arte y también España volvió a la senda del crecimiento positivo".


Este informe, elaborado por Clare McAndrew, fundadora y directora general de 'Arts Economics', también incidía en que el mercado español del arte "se ha visto perjudicado en los últimos años por la situación económica general del país" y alertaba de la "ausencia de dinamismo por la falta de liquidez y de ingresos para gastar en arte, sean compradores personales o corporativos, a lo que se suma la reducción de los presupuestos públicos para la adquisición de obras de arte".


Así, "a las empresas orientadas al mercado exterior les ha ido mejor que a las empresas locales. Además, el arte español más caro se ha seguido vendiendo fuera de España. En términos generales, el sector de las bellas artes tuvo un mejor comportamiento que el de las artes decorativas y antigüedades, gracias a las ventas de arte moderno y contemporáneo".


Para conocer el comportamiento del mercado en estos dos últimos años y prever la senda futura del mercado, habrá que esperar al siguiente estudio en el que ahora trabaja la entidad.