El polifacético creador español Emilio Aragón desembarcó este lunes de nuevo en Texas para estrenar su segundo largometraje como director, "A Night In Old Mexico", un "road trip" rodado en esta tierra fronteriza y su salto a las producciones internacionales.

Más que de salto, el creador español habla de "una auténtica vuelta de campana". "Durante un año y medio tuve que estar comprometido completamente con esta historia", recuerda Aragón en una entrevista , antes del primer contacto con el público estadounidense, sobre esta película ambientada en la frontera entre Texas y México.

"Tuve que prepararme a fondo de muchas maneras por la idiosincrasia de la propia historia, tan potente, tan estadounidense y tan tejana, por el lenguaje y por el guión", subraya.

La hispanoestadounidense "A Night In Old Mexico" es un cruce de caminos entre el "road trip", el "western" y el cine de aventuras con un auténtico foco resplandeciente, a pesar de transcurrir en su mayoría de noche: la interpretación del veterano Robert Duvall, consagrado a la fama por "El Padrino" y "Apocalipse Now".

El oscarizado Duvall interpreta al ranchero texano Red Bovie, que esquiva una aburrida vida de jubilado y toma la carretera en dirección a México para la que puede ser su última aventura de sombrero y botas.

"Pasaron muchos años para que la película despegara, y al final tan solo necesitamos 23 días de rodaje", cuenta a Efe el actor californiano, que se involucró en este proyecto mucho antes de que Emilio Aragón aceptara dirigirla e incluso estrenara en 2010 su primer filme como director, "Pájaros de papel".

El actor, de 83 años, explica que "muchas relaciones pasan por accidente", y así les ocurre a los tres personajes protagonistas que se enfrentan a situaciones límite a altas horas de la madrugada sin tan solo conocerse 24 horas atrás.

El ranchero recibe la visita del nieto que no conocía, un inocente estudiante interpretado por Jeremy Irvine, a quien se llevará de fiesta a México, donde conocerán a una espontánea cantante local que les robará el corazón.

La interpreta la colombiana Angie Cepeda, que explica que un reparto tan coral e internacional no fue para nada contraproducente.

"Precisamente, es lo que pasa en la historia: los tres personajes no se conocen entre ellos y construyen su relación a partir de allí. Esas cosas pasan cuando menos te las esperas", explica la actriz.

Rodada íntegramente en el sur de Texas, la película huye de los estigmas de la zona: "Es refrescante. Todo el mundo explica la historia de la frontera, con las drogas y la violencia, pero aquí habla de otra cosa, de tres personas que se conocen aleatoriamente y les pasan cosas mágicas", dice la actriz.

Y de fondo, los vastos e inacabables campos texanos rotos por alguna gasolinera de un solo surtidor, que contrastan con el ambiente mexicano más folclórico y colorido durante la festividad del Día de los Muertos.

"Los escenarios en el sur de Texas son magníficos y muy fotográficos", relata Emilio Aragón en un inglés impecable durante la entrevista, acompañado por los actores.

"Y la música para mí fue un reto, porque una parte la hicimos aquí en Austin con artistas estadounidenses y mexicanos, y otra en Madrid, con músicos de otros sitios, pero locos por la música 'country' y sureña", explica Aragón, que también produce y pone música al filme.

La huella española se detecta, además, en uno de los malos de la historia, al recuperar ese lado villano que esconde el actor Luis Tosar en un papel de narcotraficante violento.

El largometraje se estrenará en España el próximo 9 de mayo y una semana más tarde en Estados Unidos, donde se ha proyectado por primera vez este lunes en el festival de cine, música y tecnologías South by Southwest (SXSW) de Austin