Entrevista

"El interés por la locura me acompaña desde siempre"

Virginia Aguilera es escritora. Ha rubricado dos novelas premiadas: 'Helena Kin' y 'Mundo salvaje', que acaba de ser publicada por la Editoral Regional de Extremadura.

La escritora Virginia Aguilera.
?El interés por la locura me acompaña desde siempre?

Virginia Aguilera (Zaragoza, 1980) es autora de dos novelas: ‘Helena Kin’ (KRK), que ganó el Premio Casino de Mieres de 2011, y ‘Mundo salvaje’, que recibió el Premio Juan Forner de novela de Mérida de 2011 y que acaba de ser publicada por la Editoral Regional de Extremadura (Mérida, 2013. 266 páginas).


-¿Por qué las dos novelas que ha publicado hasta ahora suceden en el extranjero?

Casualidad. Son las dos que han sido premiadas. Es cierto que ‘Helena Kín’ (KRK) está ambientada en el Pitsburgh de finales del siglo XIX pero, en realidad, ‘Mundo salvaje’ no tiene una localización precisa. Su acción puede situarse en cualquier parte del globo que reúna dos requisitos: civilización moderna y ‘occidentalizada’, y un entorno selvático. Incluso este último no es del todo obligatorio. Con un poco de imaginación podría sustituirse la selva por cualquier otro medio natural, extremo y hostil.


-¿Cómo nace una novela tan extraña como ‘Mundo salvaje’?

La idea surgió hace muchos años y también los primeros borradores. Inicialmente pensaba contar solo la aventura de un individuo que trata de integrarse en la Naturaleza, quizá un ‘Walden’ de ficción (que haría el ‘Walden III’). Aludo al ensayo de Thoreau sobre la vida en los bosques. Luego, como suele suceder, el argumento se complicó.


-¿Qué novela quería escribir: el retrato de una mujer, la narración de una pareja en condiciones hostiles o una novela un tanto exótica?

Me apetecía aportar una visión femenina del mundo en el que vivimos pero, aunque suene a tópico, quería hacerlo alejada de los arquetipos y, desde luego, de la corrección socio-política. Se me ocurrió hacerlo a través del testimonio de un hombre que admirase a la protagonista. Si el relato ha resultado ser un tanto exótico esto viene dado más por la circunstancia extrema en que se encuentran sus protagonistas, como si hubieran sido seleccionados para experimentar con ellos en determinadas condiciones ambientales, no tanto para estudiarlos y aprender del ensayo, como para disfrutar del peculiar resultado.


-Parecía que iba a ser una novela política, el relato de una mujer ambiciosa que aspira a la Presidencia de un país innominado, y acaba siendo la historia de la selva y de un secuestro... ¿Por qué?

La primera mitad es solo la disculpa (la coartada si se prefiere) de la segunda. En la novela el narrador adelanta que, en determinado momento, algo le sucedió a él y a su compañera. Toda una vida, incluidos los hechos cotidianos, los afectos y los odios, toda esa ‘normalidad’ sostenida por fuerzas invisibles (e indiscutibles) y a su vez soporte de frágiles entelequias como libertad, democracia o estado de bienestar, se desintegra en cuestión de horas. La verdadera aventura de vivir, de apreciar la supervivencia de cada célula del cuerpo en su justa medida, comienza para estos personajes desde el instante en que sus vidas dependen de otro individuo que es su salvador pero, al mismo tiempo, su verdugo.


-Hablemos de Ivi. ¿Cómo ha querido perfilar a la protagonista femenina?

Me he aprovechado de la evidente semejanza con Eva para aportar una visión distinta (y muy remota) de esta alegoría bíblica. Nadie con un mínimo de formación rechaza hoy en día que, como individuos racionales, nuestro valor es único e igual, sin diferencia por razón de sexo, edad o raza. Pero esto no es más que polvo en un mundo verdaderamente salvaje en que los individuos ‘valen’ en tanto que ‘pueden’. En la novela llegará un momento en que su protagonista, Ivi, asumirá esta perspectiva fatalista de la existencia. Esta es la explicación de su metamorfosis.


-Y ahí también está su Pigmalión: ese hombre indeciso, que ha sido padre y que no sabemos muy bien qué busca. ¿Qué pretende, quién es en realidad?

Es el narrador, mi cómplice para justificar el conocimiento íntimo de Ivi. Un hombre que, efectivamente, desde el comienzo de la novela se nos muestra desencantado de la vida, desengañado de la política y un tanto abúlico y del cual, sin embargo, sabemos que llegará a ser Presidente de su país. ¿Qué ha podido cambiar en su interior para que, tras aquella experiencia traumática, se haya interesado por la sociedad, por el otro? Quizá ni él mismo lo sepa. Es posible que, como en algún lugar se revela, solo se haya dejado llevar por la vida que le ha tocado vivir.


-De repente todo cambia, los personajes se van a la selva... Ahí la novela parece una ficción de Joseph Conrad: personajes torturados, condiciones calamitosas, misterio y horror... ¿Le ha marcado especialmente Conrad?

Los personajes de Conrad me atraen y especialmente su forma de exponerlos al límite de su resistencia para obtener un resultado intenso. La situación extrema de los protagonistas es una condición ‘sine qua non’ para que puedan darse determinado tipo de decisiones o sentimientos casi imposibles dentro de los parámetros de la ‘normalidad’ civilizada.


-¿Quién es La Bestia?

El personaje más misterioso y, sin embargo, el más fácil de comprender, el más plano. Es el hombre hecho animal o, mejor dicho, el animal sin el aditivo de lo artificial o la categoría de hombre. No es un psicópata. Es, más bien, un hombre que ha renunciado a la conciencia, lo que lo convierte en un animal que simplemente evalúa racionalmente su circunstancia.


-¿Qué novelas le interesan? ¿Qué libros ha tenido en la cabeza durante la redacción de ‘Mundo salvaje’?

Me interesa todo aquello que cuente una historia con afán de autenticidad. No me refiero a originalidad sino al esfuerzo genuino del que narra algo que honradamente considera interesante. En cuanto a las influencias que he recibido, nunca sé bien qué contestar, aunque deben de ser muchas y variadas.


-¿Quiere ser una novela sobre las experiencias límites?

Sin duda. Si ‘Mundo salvaje despierta’ algún interés en alguien supongo que será por la radicalidad de las vivencias que conforman la trama.


-Da la sensación de que sus novelas son siempre un poco raras, inquietantes. ¿Es así como ve la vida, con un fondo de tinieblas?

Es posible que la constante duda sobre la realidad de las cosas tal como las percibimos haya influido decisivamente en todo lo que escribo. Mi interés -meramente aficionado- por el mundo de la locura es algo que me acompaña de siempre. Si titubeamos al tomar decisiones intrascendentes, ¿cómo elegir una opción si creyéramos -o supiéramos- que nuestra sensibilidad está distorsionada o nuestra razón pervertida?