​El Aragón más desconocido del Museo del Prado, online

En el catálogo digital se encuentran paisajes de Carlos de Haes del Monasterio de Piedra o imágenes de Zaragoza en el siglo XIX.

Vista posterior de la basílica del Pilar antes de 1880
​El Aragón más desconocido del Museo del Prado, online
Museo del Prado

Las grandes obras de Francisco de Goya y Diego de Velázquez siempre aparecen entre las miles que exhibe el Museo del Prado en cualquier visita a la pinacoteca madrileña. Pero además de la contemplación física de estos grandes iconos, también en los paseos virtuales a la galería online, que da acceso a más de 8.000 obras de la colección, los internautas tienen entre sus preferidas 'Las meninas' de Velázquez, 'El jardín de las Delicias' de El Bosco y los 'Los Fusilamientos' de Francisco de Goya.


Pero asomarse al Prado vía online también da la posibilidad de acceder a sus fondos, escrutar obras más desconocidas que no cuelgan de sus paredes y toparse con curiosidades y visiones poco conocidas, algunas de ellas relacionadas con Aragón. Ejemplo de ello son las recreaciones que el famoso paisajista Carlos de Haes hizo en su descubrimiento de los parajes y la naturaleza del entorno del Monasterio de Piedra a mitad del siglo XIX. En sus incursiones plasmó arboledas, veredas y paisajes rústicos de Nuévalos, donde se regodea en las formas del paisaje, colores, luces y sombras de atardecer.


Especialmente intensas son sus vistas de los desfiladeros del río Mesa, realizadas en torno a 1872, entre Calmarza y Jaraba, una de las cuales sí se expone,  y en las que da cuenta de su atracción por los contrastes cromáticos y su capacidad para definir las texturas de la naturaleza y las superficies minerales.


Este descubrimiento de los parajes aragoneses le sirvió a De Haes, natural de Bruselas pero afincado en España, para hacerse en 1858 con la primera medalla en la Exposición Nacional con uno de estos paisajes tomados en el entorno del cenobio zaragozano.


También el páramo aragonés fue pintado por Francisco Domingo Marqués, del que el Prado posee un contundente 'Gran paisaje' de Aragón, una panorámica no identificada en la que toma protagonismo el relieve desnudo de lo que parece un gran pico.


Una búsqueda más a fondo en el catálogo digital de la pinacoteca permite toparse con antiguas imágenes procedentes de la Colección Madrazo de la Zaragoza del XIX, como el antiguo Puente de América, la Torre Nueva, o vistas de la basílica del Pilar aún con sus torres sin levantar.Los amantes de Teruel

Entre las obras más conocidas de Aragón que sí se exhiben se encuentra la famosa vista de Zaragoza de Juan Bautista Martínez del Mazo o la fastuosa representación de 'Los amantes de Teruel' de Antonio Muñoz Degrain. Esta obra dramática y detallista plasma el momento de la última exhalación de Isabel sobre el cuerpo inerme de su amado, en una estancia lúgubre de la iglesia turolense de San Pedro plagada de detalles y simbología, como la riqueza de las vestiduras o las rosas y laureles de la victoria.


Muy cerca de este gran lienzo se exhibe un estudio bellísimo de Isabel de Segura también de Degrain, recreando la profunda melancolía y tristeza de una futura novia que tendrá que desposarse con Rodrigo de Azara, el marido elegido por su padre.


Entre las piezas más soberbias de procedencia aragonesa del museo se encuentra las muestras de pintura gótica, como el Santo Domingo de Silos procedente de Daroca, obra de Bartolomé Bermejo, una tabla del Maestro de Sigena  o la tabla de la Virgen de Tobed que ingresó en 2013 en el museo dentro la donación de la colección Várez Fisa, para lo que se habilitó una sala homónima.?Goya en el Prado

Las obras realizadas por artistas aragoneses merecen cuestión aparte, no solo por Francisco de Goya, sino también las grandes obras que pueden contemplarse de Bayeu o Pradilla, entre otros. Sin embargo, cabe destacar los recursos digitales que ofrece el museo en su web en referencia a la obra de Goya, donde además de sus pinturas, estampas y dibujos, se puede acceder a documentos como sus cartas a Martín Zapater u ojear su cuaderno italiano.