La aragonesa Luisa Gavasa logra el Goya por su papel en 'La novia', de Paula Ortiz

La película de la directora zaragozana se llevó además el premio a la mejor dirección fotográfica. Cesc Gay acumula premios con ‘Truman’ mientras ‘Palmeras en la nieve’ logra dos estatuillas

Ricardo Darín, protagonista de 'Truman'.
Ricardo Darín, protagonista de 'Truman'.
Efe

La actriz zaragozana Luisa Gavasa, en plena madurez vital interpretativa, construyó un gran personaje, con mucha verdad, en ‘La novia’, la película dirigida por la también zaragozana Paula Ortiz.


Esa madre que todo lo pierde le daba anoche el premio Goya a la mejor actriz de reparto en la fiesta anual del cine español, celebrada en el hotel Auditorium, a las afueras de Madrid. El segundo largometraje de Ortiz tras ‘De tu ventana a la mía’ había llegado a la sala como gran favorita, con 12 candidaturas, y acabó llevándose dos estatuillas: la de Gavasa y la de mejor fotografía. ‘Palmeras en la nieve’, el filme basado en una novela de la montisonense Luz Gabás, consiguió otros dos premios: mejor canción y producción artística.


No tuvieron suerte los demás aragoneses que aspiraba a premio: Javier Macipe, que competía con su poético cortometraje ‘Os meninos do río’; Jesús Bosqued, corresponsable de la dirección artística de ‘La novia’ con Pilar Quintana, y Carla Pérez de Albéniz, que aspiraba al premio a la producción por ‘El desonocido’. Cesc Gay y ‘Truman’, una emotiva historia sobre la amistad y las ganas de vivir, fueron los grandes triunfadores, con cinco premios, incluidos los de mejor película y director.


La gala arrancó a las 22.00 puntual y musical, echando la vista atrás con motivo del 30 aniversario de los premios. El primer premio anunciado fue para la canción de Pablo Alborán y Lucas Vidal ‘Palmeras en la nieve’, de la película del mismo título. La versión de Ortiz de las ‘Bodas de sangre’ lorquianas competía con ‘Palmeras en la nieve’ en la categoría de mejor dirección artística, y ganó la segunda, en la persona de Antón Laguna.


La película de Paula Ortiz tuvo que esperar su primer premio hasta el apartado de dirección de fotografía, que logró Miguel Ángel Amoedo. Y ya pasada la medianoche, a las 0,21, sonaba el nombre de Luisa Gavasa como el de la mejor actriz de reparto. Sobre el escenario, la intérprete zaragozana repartió agradecimientos entre la Academia de Cine, sus compañeros -especialmente Paula Ortiz, “de cuya mano he llegado hasta aquí”- y su hijo, Pablo, “el premio más importante de mi vida”. Muy contenta, reiteraba luego sus agradecimientos, lamentaba que no le hubieran acompañado entre los galardonados más compañeros de ‘La novia’, y anunciaba que ya tiene otros dos rodajes en perspectiva, uno con Agustí Villaronga y otro con el zaragozano Hugo Ruiz.

El taxista Mariano

Los premios a ‘Truman’ incluyeron dos que parecían cantados, los de Javier Cámara y Ricardo Darín como actor de reparto y protagonista, respectivamente. Fue elegida mejor actriz protagonista Natalia de Molina, por ‘Techo y comida’. Como intérprete revelación salió Irene Escolar, por ‘Un otoño sin Berlín’, que había llegado a la gala tras haber actuado el mismo sábado en una función teatral en Zaragoza, en la la obra ‘El público’, y emprendido un apresuradísimo viaje a Madrid. Repartió agradecimientos entre el gerente en funciones del Principal, Rafael Campos, los técnicos de este teatro y hasta el taxista, Mariano de nombre, que la llevó a la estación de Delicias a tiempo para coger el AVE a las 19.43, tren que le permitiría vivir ese momento de felicidad sobre el escenario apenas cuatro horas después.


Aragón sonó mucho a lo largo de la fiesta, incluidos los tambores de Calanda que acompañaron, sobre el escenario, una proyecciones con las que se homenajeó a Luis Buñuel. El patrocinador oficial del acto de entrega, un año más, era también aragonés, la firma Saphir Parfums, y hasta la manicura de los principales invitados estuvo en manos de una empresa zaragozana, Isabelle Nails.


Dani Rovira, que repetía por segundo año consecutivo como maestro de ceremonias, estuvo discreto, con algunos momentos de cierta comicidad, escasos, repartiendo estopa entre los actores mas célebres como el matrimonio Bardem-Cruz, o cantando a dúo con Berto Romero. En su primer monólogo, también dio un toque a los muchos políticos que estaban anoche en la sala por su ‘olvido’ de la cultura en la pasada campaña, y aludió asimismo a algún ausente, como el ministro Montoro, por el IVA cultural de 21%. El actor Antonio Resines, como presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, se sumó a las críticas a la subida del impuesto que se ha convertido en una losa para el sector. Y se mostró aún más beligerante con la piratería, ‘invitando’ a las autoridades a actuar y mencionando unos datos demoledores: según dijo, en 2015 ,cada minuto se descargaron ilegalmente 1.900 películas en España.


Mariano Ozores, muy emocionado, con la voz quebrada, recibió de manos de sus sobrinas Emma y Adriana el Goya de honor. Habló poco, pero dijo mucho cuando él (tan popular como poco apreciado por la crítica) dedicó el reconocimiento a toda su carrera (¡96 películas!) “al público, al respetable público”. En el auditorio que le aplaudía puesto en pie, se encontraban dos de sus actores mas recurrentes, Andrés Pajares y el zaragozano Fernando Esteso.


La gala de anoche hacía la número 30 desde que el cine español decidió adornarse con unos premios anuales, al estilo de los Óscar hollywoodienses. Recibieron el nombre de Goya por el concepto pictórico del de Fuendetodos, “cercano al cine”, según acordaron entonces en la Academia. En este 2016 la ceremonia fue algo más ágil que en las ediciones inmediatamente precedentes y el retraso fue de ‘solamente’ 15 minutos, pero se mantuvo lastrada, no obstante, por cierto amateurismo -¿el que corresponde a una industria siempre débil en este país?- y, sobre todo, por esas más de tres larguísimas horas que se emplean en entregar las 29 estatuillas y en escuchar los agradecimientos de quienes se las llevan a casa, salpicadas en esta edición con unas flojas actuaciones del mago Jorge Blass y el cantautor Joan Manuel Serrat, Difícilmente soportable para unos invitados que han tenido que llegar horas antes para cumplir con los ritos de la acreditación, el maquillaje y la peluquería, y el desfile por la alfombra roja. E insufrible como espectáculo televisado.

‘Sorpasso’ en la etiqueta

Antes de la entrega de premios, los ‘flashes’ tuvieron abundantes objetivos a los que disparar. En el hotel Auditorium se reunieron muchos de los rostros más populares del cine nacional. Y, además, cuatro oscarizados: Penélope Cruz, Javier Bardem, Juliette Binoche y Tim Robbins, Y, también, la pareja ‘senior’ del momento: el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa -que entregó el Goya al mejor guión- e Isabel Preysler.


Pero es que, además, en la fiesta se encontraron los ‘negociadores’: Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. El primero, sin corbata, y los otros dos, de esmoquin. Inesperado atuendo en el líder de Podemos, que, con su ‘sorpasso’ al secretario general de los socialistas en la etiqueta, dio un nuevo golpe de efecto, convirtiéndose en de lo más comentado de la alfombra roja cuando hizo aparición. También sorprendentemente, el candidato de IU, Alberto Garzón, se presentó encorbatado.

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