La noche del cazador (de selfis)

La entrega de los Premios Forqué del sábado en Zaragoza fue una celebración del cine español. Y la fiesta posterior en el hotel Hiberus resultó una muestra más de ello.

La actriz Verónica Forqué.
La actriz Verónica Forqué.

"Me ha dado fuego Cepeda, que no sé quién es, pero me da igual". Y así todo. La gala del sábado de los premios Forqué en el Palacio de Congresos y la fiesta posterior en el hotel Hiberus se convirtieron en el paraíso de los cazadores de selfis, antes conocidos como caza-autógrafos. Pocas veces se había visto en Zaragoza semejante acumulación de famosos por metro cuadrado.

La alfombra roja en el vestíbulo del auditorio fue el comienzo de la lluvia de rostros conocidos que, como la de agua del exterior, comenzó tímidamente para acabar en chaparrón. La directora zaragozana Paula Ortiz fue de las primeras en pisar la moqueta, vestida de rojo y dejando claro que el negro de Hollywood no iba a ser en España el color de las actrices en 2018. Tras ella, hicieron el paseíllo algunos de los rostros más populares del cine español, atendiendo a las preguntas de los medios acreditados, que quedaron en medio de un fuego cruzado, entre los actores y los invitados ‘no famosos’, que desde una segunda fila los retrataban también con sus teléfonos: "Qué altos son todos", "¿Esa de qué serie es?", "Mira, el de 'Cuéntame'", "Qué mono el vestido", comentaban, sin perder ripio.

Un voz anunció por megafonía poco más tarde de las 22.00 que la gala comenzaba. Y lo hizo en alto, con la intervención de Julita, la octogenaria madre del actor y director Gustavo Salmerón, estrella sobrevenida de la noche con su naturalidad y desparpajo. También brilló Nathalie Poza, como mejor actriz, un premio que pocos esperaban. Estaba contentísima. Y Javier Gutiérrez, que añadió una muesca más a su momento dulcísimo.

Al filo de la medianoche, tras la ceremonia, premiados e invitados tenían una cita festiva en el anexo hotel Hiberus. Pocos se la perdieron y entre los que no se quedaron estuvo Maribel Verdú, que, mientras la juerga solo había hecho que empezar, ‘instagrameó’ una foto con su "niña" Natalia Verbeke desde la cama del hotel. Pero la mayoría optó por celebrar. En los salones acristalados del hotel, con ese palmeral de fondo que a uno le hace creer que está en Dubái, los cientos de invitados se entregaron al picoteo, la barra libre y una selección musical propia de una boda. No hubo servilletas en las cabezas ni congas, pero por poco. Cayetana Guillén Cuervo y su marido, Omar Ayyashi, Kira Miró, Hiba Abouk, Marta Nieto, Pastora Soler, los chicos de Efecto Pasillo, Edu Soto, Juana Acosta, Brays Efe, Elena Rivera, Antonio Velázquez, Pablo Rivero, Gustavo Salmerón y hasta su anciana madre lo dieron todo, muchos hasta casi las cinco de la mañana. Junto a ellos, en perfecta comunión noctámbula, el resto de convidados (algunos llegados de Madrid): políticos, empresarios o gentes del mundo audiovisual aragonés, que no lograban ocultar que estaban en ‘modo radar’, disfrutando de la fiesta, pero localizando famosos con el rabillo del ojo. Así, pudieron atisbar a la nominada Marian Álvarez compartiendo cigarrillos con Aitor Luna y Andrés Gertrúdix, apretaditos bajo la sombrilla que los resguardaba del aguacero. O a Miguel Ángel Muñoz, de risas y confidencias con su compañera en los fogones de 'Masterchef' Cayetana Guillén e, incluso, animándose a ayudar a los camareros, paseando bandejas con canapés.

Fue la fiesta del sábado en los salones del Hiberus algo así como una prueba de carga de lo que supone la fama. Unos, los actores, ya muy acostumbrados. Otros, encontrándosela de sopetón, como los exconcursantes de 'Operación Triunfo' (Nerea, Raoul, Cepeda, Mimi, Marina...). Si bien su protagonismo en la gala resultó excesivo, en competencia con el verdadero protagonista de la velada, el cine español, lo cierto es que, en la fiesta, los cantantes fueron de lo más solicitado por los fans.

El tiempo dirá si, en su caso, las recién estrenadas mieles de la popularidad acaba en hieles. Este domingo por la mañana, en la estación de Delicias, algunos exconcursantes esperaban con cara de resaca a que el tren les devolviera a Barcelona. Con ellos coincidió Javier Gutiérrez, premio al mejor intérprete, a quien el guarda del control de acceso franqueó el paso solícitamente: "Enhorabuena", le dijo. Qué bien sabe el éxito...

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