Julio Sánchez Millán cuenta su medio siglo con la imagen

Publica ‘Oficio y memoria de un fotógrafo zaragozano’, su autobiografía y la historia de la disciplina en Aragón, y en particular de Miguel Marín Chivite.

El hombre y su cámara. Julio Sánchez, con su hermano Alberto, rodó un documental sobre Pablo Serrano. Arriba, retrato del cineasta y escritor Alfredo Castellón, que acaba de irse. Bajo este, Lorenzo Pardo, vinculado con la Sociedad Fotográfica. Abajo, una foto artística tomada en Canfranc.
El hombre y su cámara. Julio Sánchez, con su hermano Alberto, rodó un documental sobre Pablo Serrano. Arriba, retrato del cineasta y escritor Alfredo Castellón, que acaba de irse. Bajo este, Lorenzo Pardo, vinculado con la Sociedad Fotográfica. Abajo, una
Julio Sánchez/J. Ángel

Julio Sánchez Millán ha vivido muchas vidas. O una sola existencia llena de accidentes, meandros y trayectos. Publica ‘Oficio y memoria de un fotógrafo zaragozano’ (Institución ‘Fernando el Católico’. Edición de Fico Ruiz), que es un homenaje a su hermano Alberto, cinéfilo, fotógrafo y gastrónomo, muerto en 2007, su propia autobiografía y una pequeña historia de la fotografía en Aragón, con especial hincapié en Miguel Marín Chivite, que fue jefe de fotografía de HERALDO DE ARAGÓN durante muchos años.

"Este libro me ha salido de los recuerdos, al mirar de nuevo todos mis archivos y ver los trabajos que realicé hace años: para ‘El Noticiero’, para ‘Andalán’, para la Diputación de Zaragoza, en el estudio Tempo –señala–. Los he recordado y los he vuelto a vivir como si, después de medio siglo, se volviesen a repetir".

Julio Sánchez Millán lo recuerda todo: su condición de hijo de republicano, que murió muy pronto, sus años de escuela, la pasión inmediata por el cine (haría documentales con su hermano, uno de ellos sobre Pablo Serrano), sus vínculos con el Club Cine Mundo y el Cineclub Saracosta. Apostilla: "Son recuerdos nostálgicos, sentimentales, profesionales, históricos. Aprendí mucho de la vida y de las personas con las que me relacioné. Aprendía mucho cuando realizaba cada una de mis fotografías".

Julio Sánchez Millán se ha sentido más artesano que artista, un hombre de oficio. "Mal le irá al que desprecie la formación y los antecedentes de su oficio. No toda la fotografía es arte. Puede ser una fotografía bien hecha pero nada más. Un documento con imagen", dice, e insiste en la importancia de la formación. Confiesa: "Todos tenemos antecedentes y maestros en nuestro oficio. Como aragonés y zaragozano, mis preferidos en el ámbito de la creación, porque están a un nivel muy superior, son Rafael Navarro y Pedro Avellaned". Ambos son Premio Aragón–Goya de las Bellas Artes. Va un poco más allá y agrega: "También he admirado por medio de las publicaciones y exposiciones a Man Ray, Dora Maar, el amor de Picasso que captó la ejecución del ‘Guernica’, Ansel Adams, en el aspecto más creativo. A Gerda Taro, Dorothea Lange y Santos Yubero, en la parte más periodística y documental".

El libro de Julio Sánchez Millán está lleno de detalles de la historia de Aragón y de Zaragoza en el franquismo y la Transición. La portada es una foto del 23 de abril de 1978, cuando "la marea humana" salió a la calle a defender la autonomía. Él perteneció a la plantilla de ‘El Noticiero’ desde 1961 hasta 1973; luego fundó el Studio Tempo y a la vez colaboró mucho en ‘Andalán’, y allí se especializó en retrato. El doctor Fairén le regaló dos cajas con sus positivos en cristal. Años después trabajó en la gran exposición de Manuel Coyne, que le regaló a él y a su hermano Alberto todas sus películas de cine. Las ofrecieron a Aragón y nadie las aceptó, según cuenta, y ahora están en la Filmoteca Nacional.

Desde 2007 ha desplegado una intensa actividad en la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, en la que no solo se ha preocupado por su obra, sino por la de los demás. Por ello en este volumen ‘Oficio y memoria de un fotógrafo zaragozano’ no solo están las fotos de los hermanos Sánchez Millán, sino de muchos antepasados y compañeros de viaje y de gente que buscó el momento decisivo de la belleza o de la información. Rinde un especial homenaje a los fotógrafos de prensa: Aurelio Grasa, Lucas Cepero, David Martínez Gascón ‘Kautela’, Luis Mompel y, por supuesto, Miguel Marín Chivite, del que cuenta su peripecia en la Guerra Civil.

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