Eduardo Viñuales y Antón Castro editan una guía de lugares mágicos de Aragón

El libro, publicado por Sua, recorre 30 rutas de bellos paisajes de la Comunidad.

El hombre-choto de la Peña Canciás,_Mamés, se arrojó al vacío sobre el valle del río Ara.
Eduardo Viñuales y Antón Castro editan una guía de lugares mágicos de Aragón
Eduardo Viñuales

‘Aragón. Excursiones a lugares mágicos’ es el título de una guía practica que firman, para el sello Sua, el naturalista, escritor y fotógrafo Eduardo Viñuales y el periodista y escritor de HERALDO Antón Castro, que llegó ayer a las librerías distribuida por Valdebro.

Eduardo Viñuales dice que el libro mezcla los lugares mágicos con una orografía espectacular, a través de las leyendas (30 en total, diez por cada provincia), el trayecto de las excursiones, ideales para un fin de semana, y los consejos prácticos para realizarlas, así como el añadido de datos, históricos, evocadores e informativos, de lugares próximos .

Esta guía práctica abre el compás hacia espacios que no suelen ser los más habituales, como sucede con la ruta de las piedras mágicas de la Carrodilla o las piedras y cuevas fertilizantes de los Monegros y la Hoya de Huesca. "Aunque el libro es eminentemente rural y recoge muchos de los lugares mágicos habituales de Aragón, como el Moncayo, los Pirineos o Trasmoz, el dragón de Bronchales o las psicofonías de Belchite, también hay otros lugares más inesperados como la Casa de Dios de Julio Basanta en Épila, vinculada también al arte bruto, o el santuario de la Estrella", dice Eduardo Viñuales, responsable de las más de 150 fotografías a todo color, plenas de luz, composición y reproducción, y de la información más práctica y etnográfica: aquí se explican las rutas, se describen los senderos, los niveles en la montaña, y hay mapas precisos.

"Hay otra aportación: también hay rutas mágicas claramente urbanas, pensemos en Daroca, capital de leyendas que se han desplegado a lo largo de la historia; en Teruel, donde seguimos las rutas de las torres mudéjares o el relato fundacional de la ciudad, y en Zaragoza, donde se explora la torre del Trovador y sus fábulas o el pozo de San Lázaro", agrega.

Cada ruta tiene su leyenda particular. Y algunas pertenecen al más estricto reino de la imaginación o la ficción, como sucede con el relato de Maidevera y su fantástico siluro, el monstruo del lago Barasona, del que habla el grupo Acetileno, la niña de las nieves de Benasque o las criaturas etéreas de los ibones. "Una de las criaturas más románticas –agrega Antón Castro– podría ser el hombre-choto de la peña Canciás, que parece un animal pavoroso y es un ser enamoradizo con el cuerpo cubierto de pelo, humanizado por unos ojos negros. Es un libro para ver, leer y viajar".

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