Cayetana Guillén Cuervo: “Cuando pierdes a alguien aprendes a convivir con el dolor”

La actriz presenta en Zaragoza su primer libro, ‘Los abandonos’, una reflexión sobre la pérdida de un ser querido a raíz de la muerte de su padre.

'Cuando pierdes a alguien el dolor no desaparece, simplemente aprendes a convivir con él'
'Cuando pierdes a alguien el dolor no desaparece, simplemente aprendes a convivir con él'

A todos nos asusta llegar a ese momento en el que debemos decir adiós a un ser querido, un tema que se ha convertido en un tabú en nuestra sociedad. Sin embargo, Cayetana Guillén Cuervo asegura que, en este caso, despedirse de alguien a quien quieres es una de esas penas que se llevan mejor en compañía, algo que ha intentado demostrar en su primer libro, ‘Los abandonos’.

“He tratado de hablar sin prejuicios de algo que vivimos todos en algún momento. Son cosas sobre las que cuesta hablar pero, a la vez, es muy liberador, ya que todos a lo largo de la vida cruzamos por esos abandonos”, reflexiona la autora. La obra, publicada por La Esfera de los Libros, se ha presentado este miércoles en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Zaragoza.

“La enfermedad de mi padre me llevó a reflexionar obsesivamente sobre esos momentos en los que perdemos algo tan valioso que, sin ello, nuestra vida, será otra vida. Y tendremos que acostumbrarnos. Al cambio y al dolor”, afirma en el libro. Como esta, la obra recoge las reflexiones de Guillén tras la pérdida de su padre, Fernando Guillén, el 17 de enero de 2013.

Además, reúne con cariño y sutileza algunos de los episodios más importantes de sus vidas y detalles únicos que, a su vez, se vuelven lugares comunes para todos como la vejez, la despedida, el miedo, el dolor… Cuando comencé a escribir ya había pasado el tiempo suficiente que necesitaba para hacerlo con cierta distancia y no empapada en el sufrimiento ni el desgarro inicial. “Cuando pierdes a alguien el dolor no desaparece, simplemente aprendes a convivir con él y con esa tristeza que, en cierto modo, te cambia”, añade la autora.

En su caso, asegura que la publicación de ‘Los abandonos’ ha supuesto un punto de encuentro con gente que ha pasado por lo mismo: “Quienes han leído el libro han sentido que alguien ha sabido poner palabras a sus emociones, me ha servido de encuentro con muchas personas a las que no conozco pero con las que comparto un sentimiento”.

Aunque afirma que no quiere desvelar demasiados detalles de la obra, a lo largo de sus páginas encontramos hitos importantes que han marcado su vida como la despedida a su padre recitándole el monólogo final de Marta en ‘El Malentendido’, obra de Albert Camus que estrenaron Fernando Guillén y Gemma Cuervo en España “cuando todavía era un autor prohibido”, recuerda Guillén.

Precisamente, la actriz y periodista madrileña compraría los derechos de la obra y levantaría el espectáculo (que pasó por el Teatro Principal de Zaragoza en 2014); consiguiendo un gran éxito nada más y nada menos que 44 años después que sus padres. Como cuenta en el libro, fue su propio padre quien le animó a ello.

Además, la autora asegura que la capital aragonesa fue una ciudad muy importante para sus padres, como también lo es para ella. “Zaragoza ha sido y es una de las paradas principales de actores de teatro en España. Aquí a mis padres les han ocurrido cosas muy bonitas, igual que a mí”, explica.

“Seguro que le hubiera entusiasmado”

Tanto su propia autora como desde la editorial, aseguran que querían que el formato del libro fuese especial. “Quisimos hacer una cosa distinta y La Esfera entendió que era un libro muy personal y quiso cuidarlo mucho”, asegura Guillén. Por eso, mientras paseas por él, las acuarelas de José Luis Massó se convierten en una bocanada de aire fresco que acompaña a cada página.

En sus propias palabras, opina que si su padre hubiera podido tener este libro entre sus manos, "se hubiera entusiasmado”. “Estoy segura de que le habría hecho feliz ver mi firma en un libro de tapa dura. Por lo que significa firmar un libro y por lo que le gustaba leer y lo que yo escribía. Siempre me empujó a hacerlo”, reconoce.

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