El pintor y grabador José Manuel Broto gana el Premio Nacional de Arte Gráfico de 2017

Concedido por la Calcografía Nacional, se suma al galardón Aragón-Goya que logró en el año 2003. "El color protagoniza mi mundo. Quiero hacer una obra alegre y deliberadamente vitalista", dice.

José Manuel Broto en el Museo Pablo Serrano, donde expuso su obra 'Color vivo', de la que siente orgulloso. Color y música.
José Manuel Broto en el Museo Pablo Serrano, donde expuso su obra 'Color vivo', de la que siente orgulloso. Color y música.
José Miguel Marco

"Estoy contento, muy contento. Un premio así no te lo esperas, no me lo esperaba desde luego, y siempre es un estímulo. Es algo que agradezco muy sinceramente", dice, desde Madrid, José Manuel Broto (Zaragoza, 1949), poco después de ganar el Premio Nacional de Arte Gráfico 2017, que concede la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Arte de San Fernando.

El jurado –formado por Antonio Bonet Correa, Juan Bordes, Gustavo Torner, Chema de Francisco y Juan Carrete– destacó "la capacidad de Broto para trasladar a la obra gráfica su producción pictórica, asociada en un primer momento al constructivismo y, luego, a la neoabstracción". El galardón, que fue creado en 1993, tiene el triple objetivo de reconocer "la labor de los creadores que se dedican al grabado y técnicas afines, impulsar su práctica y estimular el coleccionismo de estampas".

Señala: "En Aragón recibí el Premio Aragón-Goya de grabado en 2003 y esta distinción es emocionante. Es un reconocimiento a mi obra en grabado, serigrafía, litografía e impresión digital, que vengo haciendo desde hace años. Este año, en la Calcografía Nacional se expone a Gustavo Torner, que fue el ganador del premio en la pasada edición. A mí ya me han dicho que me harán una exposición de obra gráfica. Imagino que haré una antológica. He hecho mucho trabajo y si lo he expuesto es porque creía en él y en su ejecución técnica", dice.

Trayectoria y proyectos

José Manuel Broto anda por Madrid porque en el Museo Reina Sofía se inaugura la primera parte de la exposición dedicada a los fondos de la galerista Soledad Lorenzo. "En esta primera muestra no estoy. Estaré en la segunda parte que se inaugurará en diciembre. Soledad Lorenzo tenía alrededor de una docena de cuadros míos y por ahora no sé los que se exhibirán. Es una galerista muy importante, capital en la defensa y en la promoción del arte contemporáneo", agrega.

El galardón, que no tiene dotación, le llega en medio de diversos proyectos. "En noviembre, en la galería de Miguel Fernández Braso, ligado muchos años de la revista y a la galería Guadalimar, expondré mi última obra: se titula ‘Otros universos’. Antes titulé otras muestras ‘Mapas’, ‘Mundos’, una muy ambiciosa que hice en Montevideo, donde estuve durante dos meses, o ‘Color vivo’, la que hice en el Museo Pablo Serrano en 2015, y de la que estoy muy satisfecho, y también la de la galería A del Arte del mismo año, que fue especial para mí. Zaragoza me quiere y me trata bien. Me pareció que ese término se adaptaba bien a mi evolución y a los términos de mis títulos".

Explica José Manuel Broto, que dejó París y se instaló en Mallorca huyendo del mundanal ruido hace casi un lustro, que "el color sigue siendo el protagonista de mi obra. Quiero hacer un arte alegre y deliberadamente optimista. Está el mundo tan turbulento que no quiero colaborar al pesimismo reinante. Me inclino por una pintura vitalista, luminosa, feliz. Pero también una pintura equilibrada, armoniosa, sin imágenes turbulentas. Yo no soy un pensador ni un ideólogo. En mi pintura, abstracta, no hay un programa. Mis cuadros no son narraciones, pero sí intento que atraigan, que atrapen, que generen inquietud, interés y emoción", dice.

El artista desemboca, de nuevo, en el Arte Gráfico. Dice: "He hecho grabado propiamente. Bastante. Y también litografía. Recuerdo que en París trabajé mucho con un norteameriano, Wordword; hicimos varias series y era algo muy estimulante. Tiempo atrás también hice varias series con el Taller Línea, de Lanzarote. Estuve en la isla y realicé una colección titulada ‘Los vientos’, inspirada en los vientos que allí había. Fue una época muy productiva. Recuerdo que por allí iban y venían artistas como Juan Muñoz, que moriría poco después, Miquel Barceló y José María Sicilia". Apasionado de la música, que le acompaña a todas horas en el estudio (sobre todo la clásica), en Línea hizo la serie musical ‘Carlo Gesualdo’, inspirada en ese compositor, con doce obras o ‘doce notas’.

Broto también ha hecho diversas serigrafías en Zaragoza con Pepe Bofarull. "Es un gran serígrafo, maravilloso, un profesional estupendo, de referencia, al que le debo mucho. No sé si Zaragoza sabe lo que pierde con su jubilación y lo ha significado para el arte gráfico. Ha grabado a mucha gente: Pepe Cerdá, Jorge Gay, Eduardo Salavera, la lista es interminable. Felizmente, Natalia Royo, una de sus discípulas, parece haber seguido su senda y ya he grabado con ella dos o tres piezas", revela.

La crisis artística

José Manuel Broto, Premio Nacional de Artes Plásticas en 1995, intenta huir del pesimismo, pero es consciente de que el arte no pasa por un buen momento. "No quiero llorar. No quiero quejarme. Pero lo cierto es que estamos en un momento crítico: el arte ha desaparecido de las noticias, salvo que sean Picasso, Dalí y algunos más; ha desaparecido del discurso político, de la vida pública y en buena medida de la prensa. O no interesa o es como si no interesase. Por ahora puedo vivir del arte, sí, pero ¡no sé hasta cuándo! No soy de los más desfavorecidos, desde luego. Tengo muchas ofertas e invitaciones para exponer. Hay veces que aparece un coleccionista o una galería, que cumple su papel. Y así vas tirando, pero ya son muy pocos los que quieren invertir en arte, pero vivimos un momento crítico", concluye el pintor.

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