“Los filósofos tenemos que entender que somos parte del mundo, no de una secta”

La pensadora italoautraliana Rosi Braidotti ha sido la encargada de clausurar el Congreso internacional de la Red española de Filosofía que ha tenido lugar en Zaragoza.

Rosi Braidotti.
Rosi Braidotti.

La pensadora italo-autraliana Rosi Braidotti ha sido la encargada de clausurar el Congreso internacional de la Red española de Filosofía que ha tenido lugar en Zaragoza

La Facultad de Filosofía y Letras de la capital aragonesa ha sido el escenario encargado de albergar la segunda edición del Congreso Internacional de la Red Española de Filosofía (REF). La cita, que nace en Valencia hace tres años con el objetivo de defender el lugar de la filosofía en el ámbito educativo y social en nuestros días, ha versado en esta ocasión sobre ‘Las fronteras de la humanidad’.

¿Cuál es el papel del filósofo en la actualidad? ¿Qué aporta la figura del pensador a los conflictos que protagonizan nuestro día a día? ¿Hacia dónde se dirigen sus líneas de pensamiento? Estas son tan solo algunas de las preguntas a las que se han podido dar respuesta durante las tres jornadas del congreso.

“Consideramos que la humanidad se enfrenta hoy a una serie de retos que están poniendo en cuestión sus límites e incluso su propia existencia, no solo como especie viviente sino también como comunidad moral y como proyecto político de convivencia cosmopolita”, explican fuentes de la organización. Por eso, este congreso trienal trata de servir de punto de encuentro de la comunidad filosófica española y de otros lugares del mundo, donde tratar de dar respuesta a estos conflictos.

Precisamente, para tratar de arrojar algo de luz sobre estos retos que rodean nuestra existencia, varios profesionales se han dado cita en la capital aragonesa, entre ellos Rosi Braidotti, considerada una de las principales teóricas actuales en temas de feminismo, ciencias humanas y sociales; que ha sido la encargada de clausurar el congreso.

La pensadora italoaustraliana, procedente de la Universidad de Utrecht, es reconocida a nivel internacional por su planteamiento del ‘posthumanismo’, el cual pretende explicar cómo cambiamos y nos situamos ante las transformaciones tecnológicas, ecológicas y sociales a principios del siglo XXI. En su opinión, actualmente ya no existen fronteras entre aquello que es humano y lo que no lo es.

“Es necesario acabar con la idea de que el hombre es el rey de la creación, con la evolución tecnológica hace tiempo que dejamos de ser el centro”, afirma Braidotti. Sin embargo, indica, “ser posthumanista no significa odiar lo humano, sino aceptar de dónde venimos y dar un paso más”.

En su opinión, la labor del filósofo del siglo XXI comienza por volver a analizar el humanismo y las teorías del XVIII: “Es necesario llevar a cabo una redefinición de Europa, necesitamos pensar en nuestra propia historia, conocer de dónde venimos –lo bueno y lo malo- para no volver a repetir los mismos errores”, añade.

Otra de las asignaturas pendientes en el campo de la filosofía actual se centra en lo que ocurre con las humanidades en las facultades y universidades de todo el mundo, donde parece que las letras pasan, poco a poco, a un segundo plano frente al imperio de las nuevas tecnologías: “Las universidades tecnológicas crecen mientras que la investigación tradicional cae. Las humanidades están en problemas, grandes problemas. Nuestra idea de lo humano está obsoleta”.

“En este mundo en crisis es necesario entender que somos parte del mundo, no parte de una secta. Y para eso es necesario hacer un ejercicio humildad”, resume Braidotti. Además, asegura que hay que poner el punto de mira en lo que ocurre fuera de las facultades. “Es necesario reconocer que la gente que está ahí sabe muchas cosas que nosotros no sabemos, deberíamos organizar todos estos conocimientos tratar de crear un conocimiento adecuado sobre nosotros mismos”, afirma.

Cuando pensar es cosa de máquinas

En esta misma línea, sobre hacia dónde se dirige la función de los filósofos del siglo XXI, Braidotti explica que es una de las preguntas más viejas de su disciplina: “El mayor problema al que nos enfrentamos es académico, hace falta llevar a cabo un gran cambio ya que hoy, pensar es cosa de máquinas. Presionas un botón y la información surge”.

Por eso, las nuevas líneas de investigación en su campo pasan por tratar de buscar soluciones a grandes problemas, sin perder de vista la necesidad de redefinir el concepto y significado de lo humano. “Hay historias que se repiten constantemente como el terrorismo, el racismo, los nacionalismos… son amenazas comunes a toda la humanidad aunque parezcan fragmentadas o aisladas, y a pesar de que toda la humanidad está en riesgo de extinción, al mismo tiempo nos matamos entre nosotros”, reflexiona.

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