¿Es el gato líquido o sólido?

Un reproductor de música para fetos español es galardonado en los Ig Nobel, "premios que primero hacen reír y luego pensar".

Entrega de los premios Ig Nobel
Entrega de los premios Ig Nobel
Reuters

La Universidad de Harward fue escenario de la entrega de los Premios Ig Nobel, sátira de los galardones suecos, con los que también se reconocen investigaciones científicas y estudios que hacen su pequeña aportación al conocimiento en las cosas más cotidianas. Unos premios que "primero hacen reír y luego pensar", según sus creadores. En esta 27 edición, la española Marisa López-Teijón ganó en la categoría de Obstetricia. Y es que esta especialista en reproducción asistida y su equipo inventaron un aparato que permite al feto escuchar música a través de un aparato instalado en la vagina de la madre.

La gala que organiza la revista 'Annals of Improbable Research', contó con la asistencia de auténticos premios Nobel. Este año estuvieron Roy Glauber (Física), y Eric Maskin y Oliver Hart (Economía). Junto la cabeza de maquiní que reconoce cada categoría, el premiado se llevó en un billete de diez millones de dólares de Zimbabue, que al cambio son algo más de 23.100 euros.

Durante la gala hubo mucho humor y, sobre todo, muchas sorpresas por los temas galardonados. Así, entre los que más admiración causó fue el Ig Nobel de Biología, que se llevó a un equipo de investigadores brasileños y japoneses que descubrieron un insecto con los órganos sexuales cambiados. Inquilino de las cuevas brasileñas, el insecto macho tiene vagina y la hembra pene. Pero para colmo y sorpresa del público que llenó el teatro Sanders, la cópula de la pareja dura nada menos que entre 40 y 70 horas. Sin dejar a un lado los animales, el Ig Nobel de Física recayó en un francés que investigó si un gato puede ser líquido o sólido. Sirviéndose de la física de fluidos y tras meter al felino en todo tipo de recipientes -sin causarle el más mínimo daño-, concluyó que el gato de adapta a cualquier envase. También sobre animales versó el galardón de Nutrición. En este caso, los autores han demostrado la existencia en Brasil de un vampiro que se alimenta de sangre humana.

Siguiendo con el cuerpo, con el de Anatomía se reconoció un estudio de 1993 que responde al por qué los viejos tienen las orejas más grandes. El motivo es que crecen 0,2 milímetros al año. No menos humano fue el Ig Nobel de la Paz, que fue para unos investigadores que descubrieron que tocar el didgeridoo -instrumento de viento australiano- reduce la apnea del sueño y, por lo tanto los ronquidos y las peleas con el compañero de almohada o habitación.

Asimismo, el de Medicina fue a parar a unos neurofísicos que vieron como reacciona el cerebro en las personas a las que asquea el queso. No menos sorprendente fue el Ig Nobel de Cognición con una investigación que demuestra que los hermanos gemelos no se reconocen a si mismos en fotografía. Aunque podía estar relacionado con la ludopatía, el Ig Nobel de Economía fue para un estudio sobre cómo afectaban a las apuestas y los juegos electrónicos el contacto previo con cocodrilos. Y para los que les gusta el café, el Ig Nobel de Dinámica de Fluidos demostró que caminar de espaldas en la mejor forma de llevar una taza en la mano sin que se derrame el contenido.

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