La escultura del Sagrado Corazón, uno de los símbolos del castillo de Monzón desde su colocación a mediados del pasado siglo, se va a retirar para preservar el estado de la fortaleza templaria. La operación propuesta se ejecutará en tres fases: retirada, restauración y recolocación, en un espacio aún por delimitar.

La medida la ha anunciado esta tarde el equipo de gobierno (PSOE y Cambiar Monzón) en Junta de Portavoces al resto de partidos políticos (PP, PAR y Ciudadanos).

La escultura se alza en la plaza de armas –sobre el polvorín- del castillo desde su donación el 29 de junio de 1950 por la empresa Hidro Nitro Española. Un año antes, en 1949, el castillo era declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional.

La permanencia o retirada del Sagrado Corazón ha sido una cuestión que ha estado planeando por diversas corporaciones municipales desde la democracia, pero nunca antes se había adoptado una medida en firme.

La decisión se adopta con motivo del inicio hace unos meses de las obras de actuación de emergencia para consolidar la fortaleza ante el desplome de varios sillares. Precisamente, el peso de la escultura está dañando el techo del polvorín y corre riesgo de desplomarse, como advirtieron los informes técnicos de Patrimonio.

De seguir en su actual emplazamiento, además se impediría la reparación y restauración de la plaza de armas ya que la estatua impide la correcta ejecución del tratamiento para la evacuación de las aguas pluviales, la cuales, como consecuencia de las filtraciones, son las causantes de gran parte de los daños que sufre la fortaleza. Además, la partida para la plaza de armas no se puede destinar a otro fin (no caben los modificados). El descarte de esta obra dejaría incompleta la restauración de este importante espacio.

Asimismo, el peligro de desplome limita las posibilidades turísticas (no está permitido el acceso de los visitantes al polvorín), y la falta de coherencia histórica, las culturales.

Cabe recordar que el Plan de Restauración Integral del Castillo, en vigor desde 2009 y sufragado por el Gobierno de Aragón, aconseja el desalojo para que la imagen del monumento nacional sea “homogénea” y se corresponda con su historia. Los expertos en Patrimonio recalcan que el Sagrado Corazón es un elemento ajeno a la arquitectura y a la identidad medieval del castillo.

Ante las polémicas que puedan surgir, desde el Ayuntamiento de Monzón apuntan que el Ministerio de Cultura, promotor de las obras de reparación y restauración, y el Ministerio de Hacienda, propietario de la fortaleza, no ponen objeción alguna al traslado, incluso lo alientan.

Asimismo, la empresa que donó la escultura, Hidro Nitro Española, entiende las razones del traslado y la Iglesia Católica asume que es un asunto entre el donante y el Ayuntamiento.

El equipo de gobierno convocará un acto público los próximos días para explicar la argumentación a los agentes sociales y los ciudadanos interesados los motivos del traslado de una escultura que ha tenido partidarios –que lo valoran como una imagen icónica de la ciudad- y detractores –aquellos que la ven como un anacronismo fuera de lugar-.

Por lo que respecta a la nueva ubicación, la decisión se tomará tras consultar con los técnicos y atendiendo diferentes consideraciones: accesibilidad, realce del enclave, etcétera.

El alcalde, Álvaro Burrell, indicó, que la Corporación ha abordado este asunto “con el máximo respeto a la tradición cristiana y la propia historia de la ciudad. Al Sagrado Corazón le daremos todo el realce posible en la ubicación que se decida. Entiendo el cariño que le tiene la población por múltiples motivos y el apego emocional, y actuaremos en consecuencia”.