Ana Alcolea: "Leer hace que nuestro pensamiento sea libre, porque leernos hace crecer más"

La autora de obras infantiles y juveniles fue ayer pregonera de la Feria del Libro de Zaragoza, que dura hasta el domingo. Satisfacción entre los participantes en las primeras horas.

Elena Laseca, Pedro Santisteve, Ana Alcolea, Fernando Rivarés, Sergio Navarro, Javier Fernández y Nacho Escuín inauguraron la feria.
Elena Laseca, Pedro Santisteve, Ana Alcolea, Fernando Rivarés, Sergio Navarro, Javier Fernández y Nacho Escuín inauguraron la feria.
Oliver Duch

La Feria del Libro de Zaragoza ya ha echado a andar. Con calor, satisfacción general entre los participantes, un océano de libros en las casetas y un pregón de la escritora de literatura infantil y juvenil Ana Alcolea que reivindicó el poderoso papel del libro y de la lectura para hacernos más libres. Lo leyó ayer, en una plaza del Pilar con numeroso público y que se estrena como escenario de la feria.

Las 67 casetas, 15 más que en 2016, se han dispuesto formando un cuadrilátero frente al Ayuntamiento, que va a ser escenario de numerosos actos culturales hasta el domingo, día de clausura de la feria. En el centro de todas ellas, un pequeño escenario, pensado más para actuaciones musicales y teatrales que para presentaciones, charlas y debates, que irán en otros lugares de la ciudad.

"Que me hayan elegido a mi para este acto es un gran honor. Siempre he pensado que la literatura no tiene edad –iniciaba su pregón Ana Alcolea–, aunque la mayoría de los libros que he escrito son para público infantil y juvenil, que aún hay quien piensa que son literatura menor. Pero los organizadores quieren potenciar la literatura dedicada a los más pequeños porque forma a personas pensantes".

Alcolea hizo pivotar su pregón en torno al carácter mágico de los vocablos, y en especial de la letra ‘b’, "por la que empiezan palabras como bondad, belleza, barbaridad o baile"; o que aparece en uno de los aforismos más conocidos de Gracián, "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Y recordó que ‘B’, mayúscula, fue el sillón que la Academia negó a María Moliner pero que ahora ostenta otra aragonesa, Aurora Egido.

Pero el pregón de Ana Alcolea tuvo también claras referencias autobiográficas. Se refirió la escritora a su padre, "que tuvo que empezar a trabajar a los 14 años y no pudo estudiar ni leer todo lo que quiso. Así que siempre ahorró todo lo que pudo para poder comprarme libros. A mi casa llegaban novelas de Verne, Gogol, Tolstoi... y también de Enid Blyton y de Martín Vigil. Y yo leí, leí, leí, y nunca pensé en que me convertiría en escritora. En la imprenta en que trabajaba mi madre, Octavio y Félez, amé el sonido de los libros, su olor, su tacto, el ritmo de las máquinas de las que salían, que era música para mí. Allí, en ese espacio, se formó la mujer que hoy les habla aquí".

Pero Alcolea hizo referencia, también, a la profesión de escritor, y al alivio y alimento que constituyen los libros. Con frases evocadoras y llenas de sentido. "Los libros fueron la manzana de Eva durante muchos años, porque pueden ser peligrosos y reveladores de verdades que a veces el poder quiere ocultar. Por eso a veces han sido prohibidos y quemados", dijo. Y añadió, quizá como consejo a quienes dan sus primeros pasos literarios: "El camino de las emociones es el único con el que el escritor llega al lector".

El regreso de algunas librerías

Y, por último, y como no podía ser menos, habló de la feria y de los cambios introducidos este año. "No tendremos estos días el perfume de los tilos –aseguró–, aunque tal vez el incienso de las catedrales, la presencia de Goya y los restos de la Zaragoza romana logren generar un baile de los sentidos. El presente y pasado se dan la mano en esta plaza, donde se va a escuchar una sinfonía de libros para grandes y pequeños. Leer hace que nuestro pensamiento sea libre, porque leer nos hace crecer más".

A la feria regresan librerías como Antígona o Cálamo. Julia Millán, de la primera de ellas, aseguraba estar "muy satisfecha con la nueva ubicación, un ‘salón’ donde la gente puede pasear sin que se escuche el tráfico". Paco Goyanes, de la segunda, confesaba que acudía a la cita "porque se ha hecho un importante esfuerzo de integración y había que colaborar en un proyecto que parece muy ilusionante para la ciudad".

El acto inaugural de la feria contó con la participación de Bizén Fuster, delegado de archivos y bibliotecas de la Diputación de Zaragoza; Nacho Escuín, director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón; Pedro Santisteve, alcalde de Zaragoza; Fernando Rivarés, concejal de Economía y Cultura; Javier Fernández, presidente de la Asociación Aragonesa de Escritores; Elena Laseca, gerente de Zaragoza Cultural; y Sergio Navarro, presidente de la Comisión Permanente del Libro.

El horario de apertura de las casetas es de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.30. El presupuesto ha sido de 77.200 euros, y habrá actividades, además de en la plaza del Pilar, en los museos del Foro Romano y Pablo Serrano, el hospital Miguel Servet o el parque Delicias, entre otros puntos.

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