Amélie de Bourbon Parme novela la pasión de Carlos V por los relojes

Amélie de Bourbon Parme, escritora e historiadora por la Sorbona, ha novelado la pasión del emperador Carlos V por los relojes como -ha dicho la autora- "una necesidad de saber y entender, lo que es otra forma de dominar el mundo".

'El secreto del emperador' (Almuzara) es el título de esta obra que lleva el subtítulo de "El relojero de Yuste", ahora traducida al español y que en Francia ha obtenido los premios Ville de Blois, para novelas históricas, y el Premio Marguerite-Puhl-Demange.

La narración recrea el retiro del hombre más poderoso del mundo al Monasterio de Yuste (Cáceres), del que Amélie de Bourbon ha dicho que "tenía muchas razones políticas para abandonarlo todo; muchos fracasos, como la unidad de los cristianos, su guerra contra los musulmanes, la decepción de no poder recuperar el ducado de Borgoña... Además de que padecía gota".

La autora ha señalado que también fue real "su pasión por los relojes" porque fue un hombre "muy interesado por la ciencia, por la astronomía y por los objetos mecánicos", un interés que, a la luz de sus biografías, fue "una auténtica búsqueda metafísica; quiso entender el misterio del tiempo".

Sobre la búsqueda del emperador en Yuste, ha dicho que "por una parte encontró lo que buscaba: silencio, soledad, contemplación, el canto de los monjes, algo de alivio y una vida ascética, sobre todo comparada con la de la Corte, pero por otra parte su búsqueda de lo absoluto estaba condenada a la insatisfacción, aun en Yuste".

Para la autora, "lo más importante es que tuvo que renunciar a entender el funcionamiento del famoso reloj negro; un reloj que llevaba consigo" y que la autora interpreta como "el símbolo de su búsqueda insaciable".

De Bourbon se ha documentado sobre la evolución de la relojería hace medio milenio, y ha asegurado que no más de un tercio de su obra es ficción, la cual ha empleado para "acercarse al hombre que había en el emperador", ya que la abdicación en su hijo, el retiro en Yuste y su afición a los relojes son históricos.

Sobre el emperador y el hombre, ha señalado que su interés ha sido "trazar la desaparición gradual del emperador para, poco a poco, dar paso a la fragilidad, la impotencia del hombre frente a los misterios del mundo", y que ha tratado de ofrecer "las dos caras del mismo personaje; del hombre triunfante y en su declive".

Sobre las cualidades y defectos de Carlos V, la escritora lo ha descrito como un hombre "inteligente, sensible, orgulloso, fiel, honesto y habilidoso; pero también tiránico y dominante, manipulador, brutal y egoísta".

"No siempre actuó con grandeza; el cautiverio de los hijos de Francisco I demostró su falta de humanidad y de generosidad; y también su falta de visión cuando insistió recuperar el Ducado de Borgoña que perteneció a su abuelo Carlos el Temerario... La Historia no esta hecha sólo de buenos sentimientos e inteligencia, y el emperador no escapó a la regla pese a su estatura política y moral y su profundidad espiritual", ha añadido.

De la necesidad de recurrir a la novela por parte de una historiadora, ha señalado que este género "permite acercarse más a los seres humanos, a sus almas, a sus motivaciones profundas... Más que un estricto relato histórico".

Además de que "la vida no es sólo una sucesión de fechas, tampoco de hechos; con la novela puedo ponerme en la piel de personajes con mucha más libertad que una historiadora y así ver a través del significado más profundo de los acontecimientos".

No obstante, ha advertido que en la novela histórica o a la hora de "poner en escena a personajes históricos" la trama de ficción "debe deslizarse entre obstáculos", como la realidad histórica o la cronología de los acontecimientos.