Pistas para amantes del arte en ARCO

La edición de este año, que ofrece al espectador obras de compromiso y denuncia social, tiene a un 'móvil' de Alexander Calder como la pieza más cara.

Pistas para amantes del arte en ARCO
Pistas para amantes del arte en ARCO
Efe

ARCO es una galaxia inabarcable, con miles de obras y un sinfín de estrellas. Y a la velocidad de la luz recorrieron parte de la feria los reyes Felipe y Letizia, junto al presidente argentino, Mauricio Macri, y la primera dama Julia Awada, en la inauguración oficial de la 36 edición del certamen, con Argentina como país invitado. Menos de una hora dedicaron a una feria con mas de 2.000 creadores que reparten sus obras en 200 galerías. Predomina la pintura y las estridencias brillan por su ausencia, aunque hay obras de compromiso y denuncia. La que sigue es una guía de urgencia para facilitar a los 'arconautas' curiosos el paseo por los pabellones 7 y 9 de Ifema.

La más cara

Un móvil de Alexander Calder, 'The red base' (1969), ha emergido como la pieza más cara de la feria. Está en la barcelonesa galería Mayoral y cuesta 2,5 millones de euros. Es una obra extraordinaria, una especie de pajarita con una base de un chillón color escarlata que ha pertenecido siempre a un coleccionista europeo. Jordi Mayoral la expuso en Barcelona el año pasado y no halló comprador. Espera encontrarlo en su estreno en la feria. Su precio supera de largo al del óleo de Joaquín Torres García que Guillermo de Osma ofrece por 1,8 millones de euros, a una tela de Alex Katz en Fer Francés (1,7), a una escultura de Juan Muñoz en Elvira González (1,5) y a una tela Salvador Dalí (1,4) en Leandro Navarro. Esta galería tiene un pequeño móvil de Calder por un millón de euros y una figurita escatológica del británico, 'Pendant Man with Phallus', por 80.000.

Compromiso y denuncia

Son pocas, pero hay obras de denuncia y compromiso. Como 'Pasaporte de rescate', en la que Eugenio Merino cuestiona el papel de los gobiernos occidentales en la acogida de refugiados. Merino, que llamó la atención metiendo a Franco en una nevera o con su Fidel Castro zombi, recurre a las mantas de papel metalizado y dorado con las que las ONG protegen a los hipotérmicos refugiados que se juegan la vida en el Mediterráneo. Las pliega hasta el tamaño de un pasaporte y estampa sobre ellas el escudo de todos los países que generan migración y la reciban. Cada pasaporte cuesta 1.200 euros.

La mexicana Teresa Margolles denuncia los impunes asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez en un escalofriante mural de la vergüenza con los rostros de estas víctimas que exhibe Peter Kilchmann. También Amparo Sard se ocupa de los refugiados recogiendo sus miradas en un mural de resina de la mallorquina galería Pelaires. El chino Aiwewei denuncia con su pieza 'Remais' los crímenes del maoísmo. Son restos humanos en porcelana que vende la galería Forsblum por 260.000 euros.

Performance argentina

La galería argentina Barros destaca entre la oferta del país austral con una pintura viviente, una performance que protagonizan el dúo bonaerense Mondongo y el controvertido cantautor catalán Albert Pla. 'No soy tan joven como para saberlo todo' se titula la actuación en la que Pla no dice ni mu y que se repetirá 17 veces durante la feria. Enmascarado de plata, como un Pinocho inspirado en el Bosco, reparte tartas con las banderas de España y Argentina en una recreación en cartoné de una galería de Versalles de cuya paredes surgen manos ansiosas. La pieza dura 20 minutos.

A su lado la argentina Nicola Constantino ha convertido en un desierto ocre el Jardín de las Delicias del Bosco. Es un montaje apocalíptico con madres devorando a sus hijos y solo parte de una obra que en su versión originas envuelve al espectador. También apela a la performance la francesa Samy Abraham, con una modelo envuelta en una túnica malva que aguanta impávida las 'selfies' de los visitantes.

Trío de damas

Juana de Aizpuru, fundadora de Arco y mamá grande de los galeristas españoles, forma un trío dorado con Helga de Alvear y Elvira González. El talento que se reúne se sus estands no tiene parangón. Aizpuru acoge a Wolfgan Tillmans, Markus Oehlen, Jordi Colomer, Alberto García-Alix, Zobering, Sandra Gamarra, Dora García y Montse Soto. Helga de Alvear tiene uno de los acrílicos sobre aluminio de Ángela de la Cruz, la española que aplasta con su silla de ruedas unas obras y que se reparten por toda la feria. Vende piezas de Ana Prada, Thomas Locher o Axel Mütte. Elvira González ofrece una escultura de Juan Muñoz del año 2000, 'Three laughing at one' que cuesta 1,55 millones de euros. También dos grandes telas de Miquel Barceló, por 400.000 y 350.000 euros, y una colección de tinajas de barro de mallorquín a 80.000 euros la pieza. Tiene fotos de Chema Madoz y obras de Lucio Fontana y Antoni Tàpies.

Internacionales

Difícil de superar la oferta de las grandes firmas como la británica Lisson, la suiza Hauser & Wirth o la parisina Lelong, que compiten en excelencia con algunas de las piezas más potentes de la feria. David Hockney es una de las estrellas de Lelong, con obras recientes y seriadas hechas con iPad y odenador por debajo de los 30.000 euros. Lisson pide 360.000 por un bronce de Toni Cragg y ofrece por 200.000 euros 'Colored vases', dos vasijas de la dinastía Han coloreados por Aiwewei, un clásico moderno. En el mismo estand se puede comprar un espejo cóncavo del angloindio Anish Kapoor por 620.000 euros. Hauser & Wirth vende por 975.000 euros un inquietante cilindro de vidrio fundido de Roni Horn y 750.000 euros por un ensamblaje de la atormentada Lousie Bourgeois, 'La maladie de l'amour'. En Lelong piden 600.000 euro por el Tàpies 'Porta aberta', 470.000 por 'Femme a la chevelures', un enorme bronce de Joan Miró, y 280.000 euros por 'Paula', una soberbia escultura de Jaume Plensa.

Piezas de museo

En el pasillo que une los pabellones 7 y 8 se instalan las piezas del apartado 'Proyectos especiales', obras de gran formato que espera ingresar en alguna gran colección y que no se veían en los últimos años. Son cinco obras muy diversas como el 'Domo hexagonal' de Los Carpinteros, en la galería Peter Kilchmann; 'Sphere blanche', de Julio Le Parc, que trae Nara Roesler, o 'Cuidado con la cabeza', de Bernardí Roig, que expone Max Estrella, además de la un casa de madera de Alicia Framis y otra piezas de Sebastián Díaz Morales.

Marlborough

Habitual en la feria, su estand es una cita ineludible, aunque este año no trae ningún Bacon de precio estratosférico. La pieza estelar es un Manolo Valdés del 89, 'La danza', que cuesta 630.000 euros, junto a un Richard Estes de 254.000. No hay pintura de Antonio López, clásico de la galería, pero sí un bronce del maestro manchego, una efigie de su esposa Mari que cuesta 160.000 euros. Hay en su espacio obras de Francisco Leiro, Alfonso Albacete, Navarro Baldeweg, Genovés, Claudio Bravo Gordillo, Paula Rego o Blanca Muñoz

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