Después de ser la mitad del dúo de 'Los Manolos' de Cuatro durante más de diez años, a partir del próximo 27 de febrero a las 14.00 Manolo Lama (Madrid, 1962) estará enfrente de su anterior programa. La cadena deportiva en abierto GOL anunció esta semana su fichaje para presentar 'El Golazo', un informativo deportivo en el que competirá contra su excompañero, Manu Carreño. Además sigue formando parte de 'Tiempo de Juego' en Cope y acaba de terminar de grabar 'Ninja Warriors', el nuevo 'reality' de Antena 3 que presenta Arturo Vals. "Mi familia no me habla", bromea él.

Pregunta.- Está en dos programas de tele y uno de radio. ¿Su día tiene 30 horas?

Respuesta.- Pues no sé las que tendrá, pero las que hay las vivo con una intensidad tremenda y me las tengo que repartir bien para poder cubrir todos los frentes.

P.- Su familia le va a regañar.

R.- Mi familia no me habla (risas). Mis hijos se cabrean porque me dicen que me conoce todo el mundo menos ellos, y mi mujer dice que a ver si el tiempo que saco para trabajar a ver si también lo saco para mi familia. Yo solo tengo palabras de agradecimiento para ellos porque es comprensible conmigo. Ellos saben que este es mi trabajo.

P.- ¿Qué distingue a 'El Golazo'?

R.- Que va a ser un programa polideportivo, dónde vamos a intentar combinar varios géneros e intentar enganchar a toda esa cantidad de chavales y de gente en general que se quiere evadir de todos esos problemas que tiene ahora mismo la sociedad española como el paro, la inflación, el terrorismo. Lo único que pretendemos es que en las dos horas que estén con nosotros disfruten y se relajen.

P.- Esta vez le acompaña Jesús Gallego.

R.- Es un máquina, un gran amigo, ya fuimos compañeros cuando estábamos en la SER y ahora también los somos en GOL.

P.- ¿Tenía ganas de volver a la sobremesa televisiva?

R.- Bueno, te digo la verdad, no vivía mal en mi casa, relajado, comiendo tranquilo como cualquier persona normal que se sienta a la mesa a las dos de la tarde. Pero cuando te llega una oferta irresistible como esta no le puedes decir que no.

P.- Va a estar enfrente de su antiguo equipo de Cuatro.

R.- Yo me siento bien, igual que cuando me fui a la Cope. En Cuatro no tengo rivales, tengo amigos. Les deseo que les vaya muy bien porque he compartido con ellos muchas alegrías, cabreos y momentos divinos, y estoy convencido de que ellos me desean lo mismo a mí.

P.- ¿Pero le despidieron o no?

R.- Mediaset tomó la decisión de apartarme de 'Los Manolos' y posteriormente me ofreció hacer los deportes a las nueve de la noche. Yo no podía aceptar porque ese horario era incompatible con mi labor en la Cope, así que decidieron prescindir de mis servicios. Les pedí una razón y nunca me la dieron, tan solo saqué una frase de 'cambios estructurales'. Lo que yo he percibido desde fuera es que han bajado en audiencia, pero nada más. Yo acepto y acato las decisiones de esa empresa, igual que me ficharon ahora me han echado, y se acabó.

P.- En COPE son líderes de audiencia pese a la competencia que existe, ¿cuál es la clave?

R.- Creo que el secreto de audiencia de 'Tiempo de Juego' y 'El Partidazo' es que tenemos mucha química con el oyente, nos sienten como alguien de su familia y hacemos que se integre como uno más de nuestro espectáculo, de nuestro programa. Ese lenguaje que utilizamos es el que promueve la comunión que existe.

P.- Esta semana se celebró el día de la radio. ¿Siempre quiso trabajar en ella?

R.- Desde muy pequeño quería ser periodista y además era un loco del deporte. Leía a diario la prensa deportiva y veía todos los programas deportivos que emitían en TVE. Tuve gran suerte que en la radio pude conjugar esas dos pasiones.

P.- ¿Es inevitable ser periodista deportivo y que no lo tachen de madridista o culé?

R.- Eso es algo inevitable pero el aficionado tiene todo el derecho a calificarnos, aunque la etiqueta sea a veces injusta. Pero tampoco tenemos que entrar en la disputa de negar lo que alguien percibe de ti. Si te califican madrisita y antimadrisita a la vez, por ejemplo, estás haciendo bien tu trabajo, lo duro sería que solo me llamaran una de las dos cosas.