Joyas en peligro

La destrucción de la cueva de Chaves, el más importante yacimiento neolítico de España, ha sido castigada con una sentencia ejemplar. Pero es una excepción: la especulación y desidia social han permitido que otros conjuntos patrimoniales hayan desaparecido, a pesar de estar protegidos por la ley.

Entrada a la cueva, que se encuentra en Bastarás, en la sierra de Guara.
Entrada a la cueva, que se encuentra en Bastarás, en la sierra de Guara.
josé luis acín/archivo prames

El filósofo romano Séneca ya advirtió hace casi dos mil años que "el reposo presagia la muerte". Y lo dijo sin saber que el destino de gran parte del patrimonio romano sería el colapso y los escombros, en parte por la desidia o "reposo" de las administraciones. Que hermosos mosaicos como los de la villa romana La Malena, en Azuara (Zaragoza), estarían en peligro por la dejadez en su conservación. Que los restos del antiguo templo romano de Caesaraugusta se destruirían durante la construcción del parquin de la plaza del Pilar y que las obras del tranvía obligarían a retirar sillares de la antigua muralla.


"A veces la destrucción es lenta, como sucede con los mosaicos de La Malena, otras veces es rápida y lo descubrimos cuando ya es demasiado tarde. Pero siempre se debe a la falta de voluntad, al incumplimiento de la ley y a la dejadez de todos, de ciudadanos y de políticos, que no valoran ese patrimonio perdido, simplemente porque solo parecen preocuparse por los bienes emigrados", resume Carlos Bitrián, responsable de la Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa).


"Solo de vez en cuando nos encontramos con sentencias judiciales que dan esperanza, condenas a quienes deliberadamente han destruido espacios históricos y cometido un daño irreparable".


Bitrián se refiere a la sentencia dictada la semana pasada por el Juzgado de lo Penal número uno de Huesca contra el empresario Victorino Alonso, condenado a dos años y medio de prisión y al pago de una indemnización de 25,5 millones de euros por la destrucción del yacimiento neolítico de la cueva de Chaves. Con la sentencia, quedó acreditado que en 2007 Alonso ordenó vaciar la cueva sin previa autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural, y ocasionó el arrasamiento y destrucción de la práctica totalidad de los niveles arqueológicos de cronología neolítica.


"Lamentablemente el patrimonio neolítico más importante de España ya no existe, pero que se haya hecho justicia hará que en el futuro otros desaprensivos se lo piensen más a la hora de atentar contra nuestro patrimonio común", destacan desde Apudepa.


Aragón tiene hasta 40 restos patrimoniales incluidos en la Lista Roja que elabora la asociación española sin ánimo de lucro Hispania Nostra. Casas singulares, conjuntos urbanos, patrimonio industrial, yacimientos, hoteles, sanatorios... Es la tercera Comunidad con más bienes en peligro, tras Castilla y León (106) y Castilla-La Mancha (44). "Tenemos una legislación que protege el patrimonio, pero falta en Aragón lo esencial: sensibilidad en la ciudadanía y voluntad para hacer cumplir la ley por parte de las diversas administraciones", destaca el arqueólogo e historiador José Luis Ona.


"Una ínfima minoría, sin apenas influencia política, está implicada en la conservación del patrimonio. A la gran mayoría le da absolutamente igual, preocupada como está por otras cuestiones, y es otra minoría, con poder de decisión y acción, la que ha destruido y destruye con conocimiento de causa". Se refiere a las administraciones, que según Carlos Bitrián, de Apudepa, "cuentan con legislación suficiente. Tenemos leyes desde 1926, ampliadas en 1933, actualizadas en 1985... En Aragón, contamos con una ley aprobada en 1999. Todos esos textos deberían servir, pero son los poderes ejecutivos los que incumplen la ley y un poder judicial que por lo habitual no es sensible. Lo de la cueva de Chaves es histórico porque es de las pocas veces que se consiguen sentencias ejemplarizantes. Por lo general, no es así". Y los dos se lamentan de que muchos ciudadano solo parecen movilizarse "cuando se trata de bienes que ahora custodia Cataluña. Sin exigir que se cuide lo que tenemos aquí y estamos perdiendo".


Bitrián señala que "durante décadas los conjuntos patrimoniales, los restos excavados, cimientos de barrios musulmanes..., han sido víctimas de los intereses inmobiliarios. Ha habido una presión brutal para tapar, dejar caer o, directamente, destruir". Y pone como ejemplo el derribo de parte de los edificios de la antigua fábrica zaragozana Averly, una destrucción que Apudepa llegó a definir en un comunicado como "un acto de barbarie comparable a la destrucción del patrimonio por los talibanes o el Daesh".


El derribo tuvo lugar este pasado mes de julio y afectó a las naves no catalogadas de esta villa-factoría, conjunto histórico de carácter industrial y que tenía un tercio de los edificios incluidos en el Catálogo del Patrimonio Cultural Aragonés desde 2013. El derribo, contestado por Apudepa y el Ayuntamiento de Zaragoza, conserva los edificios catalogados, "pero supone la pérdida del conjunto. No es la primera vez que esto sucede. En el balneario de Panticosa ha desaparecido ese conjunto tras ser derribados edificios para levantar otros".


En opinión de Bitrián, "las pérdidas más importantes de las últimas décadas han sido Chaves y Averly. Pero ha habido otros muchos destrozos, como la Casa Puértolas, en Monreal del Campo (Teruel); la Casa natal de Pradilla, en Villanueva de Gállego (Zaragoza); otra casa en la plaza de San Pedro el Viejo, en Huesca capital, o el castillo de Venta de Ballerías de Huerto (Huesca).


Especialmente dolorosa ha sido la destrucción de gran parte del casco histórico de Calatayud, literalmente saqueado debido a la especulación. Averly no es la única pérdida en patrimonio industrial en Zaragoza, también tenemos el ejemplo de la antigua Harinera de Casetas, de la que ahora solo queda un edificio. De ese conjunto se conservaba incluso la maquinaria original, y ahora no queda nada, solo un solar. No se llegó a construir".

Por su parte, el

arqueólogo José Luis Ona destaca que "los focos y la atención suelen estar dirigidos a monumentos singulares: iglesias, monasterios, palacios, castillos... Pero a mí me preocupa cada vez más un patrimonio tan olvidado como frágil: la arquitectura popular. Su destrucción a gran escala comenzó hacia mediados de los setenta y, por desgracia, está lejos de concluir".


Un ejemplo sería el zaragozano barrio de Torrero, que hasta hace apenas 15 años conservaba manzanas enteras de casitas y parcelas ajardinadas. Al no gozar de protección, algunas se han derribado para construir bloques de cuatro pisos de altura, lo que ha roto por completo el conjunto. "Valiosos ejemplares de arquitectura tradicional están desapareciendo sin que las administraciones o la ciudadanía se tomen en serio el problema. En un futuro, estoy seguro de que se recordará esta pérdida como un etnocidio".

La lista roja de aragón


En Huesca

Castillo de Arrés (Arrés)

Ermita de Anzano (Anzano)

Ermita de San Miguel (Sarsamarcuello)

Ermita de San Pelay (Ceresa)

Iglesia de Acín (Acín de Garcipollera)

Iglesia de Anzano (Anzano)

Iglesia de San Miguel de Abós (Jaca)

Iglesia de San Pedro Apóstol (Bentué de Nocito)

Iglesia de San Saturnino de Bergosa (Jaca)

Iglesia de Santa María de Belsué (Santa María de Belsué)

Molino de Fañanás (Alcalá del Obispo)

Necrópolis medieval de San Grimién (Valle de Hecho)

Pantocrátor de la Iglesia de San Juan Bautista de Omiste (Rasal)

Iglesia de San Vicente (Aruej- Villanúa)


En Teruel

Convento de Servitas (Las Cuevas de Cañart)

Masías fortificadas (Maestrazago)

Convento del Desierto (Calanda)


En Zaragoza

Castillo de Anento (Anento)

Castillo de Berdejo (Berdejo)

Castillo de Bijuesca (Bijuesca)

Castillo de Cadrete o de Qadrit (Cadrete)

Castillo de Jarque (Jarque de Moncayo)

Castillo de la Palma (Sástago)

Castillo de Langa (Langa del Castillo)

Castillo de Maella (Maella)

Castillo de Monreal de Ariza (Monreal de Ariza)

Castillo de Rueda de Jalón (Rueda de Jalón)

Castillo de Santias (Erla)

Castillo de Vera del Moncayo (Vera del Moncayo)

Castillo Palacio de Argavieso (Argavieso)

Castillo Palacio de los Marqueses de Lazán (Letux)

Castillo y Torre del Palomar (Maluenda)

Ermita de Nuestra Señora de Gañarul (Agón)

Ermita de San Juan (Añón de Moncayo)

Ermita románica de San Miguel de Cheulas (El Frago)

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Monreal de Ariza)

Monasterio de Cambrón (Sádaba)

Monasterio de San Bartolomé o del Santo (Tosos)

Recinto fortificado (Calatayud)

Ruinas islámicas de la plaza José María Forqué (Zaragoza)

Torre de los Condes de Bureta (Pleitas de Jalón).Mosaicos de La Malena

La asociación de defensa del patrimonio Apudepa denunció el pasado octubre el grave deterioro de los mosaicos de la villa romana de La Malena, en Azuara (Zaragoza). Los trabajos en el yacimiento fueron paralizados hace 20 años y, según Apudepa, los mosaicos sufren riesgo de perderse debido a la humedad y las plantas que comienzan a crecer en su superficie.

La cueva de Chaves

Era el mejor yacimiento del neolítico de España, pero en 2007 el empresario Victorino Alonso, que había comprado los terrenos para hacer un coto de caza, lo arrasó para convertirlo en pesebre. Una sentencia lo ha condenado a 2,5 años de prisión y multa de 25 millones de euros.  


La pérdida de Averly

El pasado julio se procedió al derribo de los edificios no catalogados de la villa-factoría de Averly, en Zaragoza. Si bien se conservaron los que habían sido incluidos en 2013 en el Catálogo de patrimonio aragonés, los historiadores denuncian que la especulación urbanística ha destrozado el conjunto arquitectónico. No es el primer caso en que se pierde importante patrimonio industrial: en Casetas (Zaragoza) se derribó el complejo de la Harinera, perfectamente conservado y que incluía incluso maquinaria de la época. 

Otro ‘ecce homo’

Asociaciones e historiadores alertan de que en los últimos diez años se han producido otras chapuzas y destrozos similares al del famoso cuadro de Borja. Destacan la destrucción del castillo medieval en Venta de Ballerías en la localidad oscense de Huerto, la restauración de la muralla de Huesca. Apudepa critica "el desmantelamiento de plazas históricas como la del Mercado de Calatayud y centros históricos como el de Fraga, Alcañiz, o Huesca o parajes naturales como el del molino de San Pedro, en Albarracín", entre tantos otros.


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