La fama de Bob Dylan se hizo mundial a partir de 1965. Aquél muchacho nacido en Minnesota se convirtió en el primer cantautor eléctrico de la historia. Abría camino con su guitarra y sus canciones; inventó un nuevo modelo de artista que centraba su arte en el mensaje, con letras que no caían en los temas habituales, o no lo hacían del modo habitual. Ahora se sabe finalmente que ha aceptado el Nobel de Literatura de 2016, después de dos semanas de silencio. En 1967 decía en un artículo publicado por HERALDO que quería ser “el Hemingway de la canción”. Hemingway había logrado el Nobel de Literatura en 1954, por cierto. Un año antes también se había dicho en HERALDO varias cosas curiosas sobre Dylan: iba a todas partes con una muñeca llamada Finian, hubiera sido hojalatero de no ser cantautor, estaba totalmente seguro de la existencia de los ceniceros y detestaba que le llamasen “cantante comprometido” o “cantante con mensaje”, porque esta última palabra le sonaba a masaje. A pesar de todo eso, supo ver que los tiempos estaban cambiando y, de alguna manera, influyó en que ese cambio fuera más rápido y amplio."Quiero ser el Hemingway de la canción protesta"

Así graba sus discos Bob Dylan. Cinco minutos antes de la grabación nadie sabe cómo se hará.

He asistido a una grabación de Bob Dylan. […] Uno de sus amigos entró con un paquete de botellas de whisky, que dejó sobre una mesa. Otro de los acompañantes llevaba dos niños, uno de cuatro años y otro de diez, que corretearon por el estudio sin parar.

El ingeniero, sonriendo forzadamente, pidió que los niños se estuvieran quietos.

La primera canción hubo de ser grabada tres veces.

- La norma para grabar a Dylan -me dijo el ingeniero- es actuar completamente independiente de él.

A las diez de la noche ya se habían grabado siete canciones; la mitad. Bob se acompañaba de su armónica y guitarra.

Más amigos de Bob llegaron durante la grabación. Los niños estaban impertinentemente presentes. Uno de ellos tiró una mesa y estropeó una grabación.

- Te voy a arrancar las orejas -gritó Bob, enfadado.

Bob empieza a grabar un ‘blue’ hablado al estilo de Woody Guthrie, el hombre que inspiró con su muerte la carrera de Bob. La letra decía, más o menos: "Ahora soy liberal, pero sólo hasta cierto límite. Quiero que todo el mundo sea libre, pero si usted cree que voy a dejar que Barry Goldwater se instale al lado de mi casa y se case con mi hija, está loco. ¡No le dejaría hacerlo ni por todas las granjas de Cuba!"

A la una y media de la mañana terminó la grabación. Catorce nuevas canciones han sido grabadas. Cansado y sudando, Bob se sienta a mi lado y me dice:

-¿Sabe cuál es mi máxima aspiración? Ser el Hemingway de la canción. Él no necesita adjetivos ni tampoco acentuar frases que le interese resaltar; él dice, simplemente dice. Y aún no he logrado este poder, pero llegaré a tenerlo.

Michael Grandson. Europa PressReportaje publicado en HERALDO sobre Bob Dylan hace 50 años.

Bob Dylan: Una personalidad anticonformista y compleja

Un inadaptado social que triunfa en la canción.

Se fugó siete veces de su casa en ocho años.

Al famoso cantante "beatnik" no le interesa ningún tipo de relaciones amorosas

Bob Dylan, al que astutas campañas publicitarias han presentado como un “cantante comprometido”, hace con frecuencia declaraciones como las siguientes: "¿Los objetores de conciencia? Eso no sirve para nada". "Nunca he tenido el menor interés por la rebeldía ni por los héroes: si algunos de mis amigos no hubiesen pertenecido al Comité contra la Violencia, no sabría todavía quién es Martín Lutero King". "Todo esto no me concierne".Sus detractores

Un crítico le reprochó su atuendo normal. Él dijo que le gustaría "atar desnudo a un árbol de Times Square" al crítico en cuestión. La cuestión social le importa muy poco, aunque sus amigos luchen por ella. No es más que un inconformista completo. Bob Dylan es un caso trivial y bien conocido: un inadaptado social (el dinero no tiene nada que ver en esto).

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El primer disco en 1962

La inestabilidad va unida a la insociabilidad: con su eterna gorra de cuero, calzado con unas botas militares viejas, Bob erró durante cinco años por Nueva York. Habitaba en casa de amigos ocasionales. "Me suspendieron en Ciencias porque no quise ver morir a un conejo. Me echaron de clase de inglés por insolente"

Cuando tenía diecinueve años le oyó un crítico del New York Times y le convenció de que se presentara en los estudios de la CBS. Cinco meses después, y tres meses más tarde, triunfó en el Festival de 1962 de New Port. […]

Jean Monteaux. Servicios especiales de EFE

Recopilado por Elena de la Riva y Mapi Rodríguez. Documentación de Heraldo de Aragón.