"Se sigue adoctrinando a los jóvenes en la violencia moral"

¿Qué quiere decir ‘Lluvia de fango’?

Yo he vivido muchos años en San Sebastián, y cuando hay grandes temporales, dejan fango. Cuando he visto la playa de la Concha destruida, he pensado en cómo la marea de odio terrorista destrozó ciudades, familias y corazones.

Ayer se cumplieron 5 años desde que ETA anunció que dejaba de atentar. ¿Es este el mejor momento para presentar su libro?

Sí, tenemos distancia suficiente. Gente como Fernando Savater ha dicho que los artículos del libro se entienden mejor ahora y que son necesarios para desenmascarar trampas como las de Otegi.

Los beneficios de las ventas irán destinados al Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite).

Íntegramente. Covite realiza un gran trabajo, pero tienen pocos fondos y necesitan aportaciones.

¿Qué ayudas reciben actualmente los damnificados por ETA?

Las asociaciones de víctimas tienen pequeñas ayudas, pero no cubren todo su trabajo. En el País Vasco, Covite está destapando conductas censurables.

¿Su labor es fundamental?

Tan importante como la policial. Por fortuna, ya no hay nuevas víctimas, pero en lugares como Alsasua o Hernani, la toxicidad ambiental sigue siendo tremenda.

Usted vivió el terrorismo en primera persona...

Mi familia fue perseguida porque nos comprometimos contra el terror. Desde el año 2000, viví bajo escolta policial, y a mi hermano Joseba, tras nueve años de calvario, lo mataron en 2003. Desde entonces, lo único que yo hice fue reforzar mi compromiso anterior.

¿El miedo se ha disipado?

Se ha empezado a disipar. El miedo condicionó toda la vida social del País Vasco durante décadas, pero todavía hay lugares donde la espiral del miedo existe.

Sigue habiendo rebrotes de violencia, como el reciente caso de Alsasua…

Más que rebrotes de violencia, hay mucha microviolencia moral. Hay una nueva generación de jóvenes a la que se está adoctrinando, y el fanatismo que disimularon al principio del abandono del terrorismo, ahora es más descarado.

A la exetarra Idoia López se le ha concedido un permiso de tres

días. ¿Es suficiente con que haya pedido disculpas?

Seguramente se le pueda pedir mucho más. Hay 300 asesinatos de ETA sin autor conocido, y los exetarras pueden tener datos y recuerdos que den luz y verdad sobre tantas tragedias provocadas por ellos conscientemente.

Entre esos asesinatos sin resolver está el del aragonés Giménez Abad...

Efectivamente. Así que los que quieran tener algún tipo de beneficio, tendrían que cumplir con esa colaboración.

En Aragón se entiende bien la realidad del terrorismo.

Por eso siempre es un placer volver a Zaragoza, porque entiende lo que cuento en este libro. Es una tierra que siempre ha manifestado una gran solidaridad.

Como víctima y eurodiputada, ¿qué sintió con el regreso de Otegi a la esfera pública?

Sentí que llegaba de nuevo un gran estafador, un hombre que utiliza las palabras con crueldad.

¿Se está consiguiendo blanquear la imagen de ETA?

Lo están intentando, pero muchos peleamos para que no sea así. Esperamos mostrar lo que son, que se les exija y asuman que la historia del terror es algo despreciable.

¿Cómo ve el futuro de España desde Bruselas?

En España se ve un populismo que aparenta ser progresista, pero es tremendamente reaccionario. Necesitamos buena gobernanza, y los grandes partidos han tenido muchos déficits. Los ciudadanos necesitan el mejor gobierno posible con gente que resista y no se deje arrastrar por tanto ‘fango’.

¿Y cómo ve su futuro?

Tengo el privilegio de ser eurodiputada, nuestro trabajo es una oportunidad tan grande que no da tiempo a pensar más allá.

Su libro desmonta las mentiras de ayer y hoy del entorno de ETA. ¿Queda mucho por reivindicar?

Hace falta limpiar lo que es tóxico, y la sociedad necesita digerirlo mirando hacia la verdad. Sobre las heridas mal cerradas no se puede dar lo mejor de uno mismo.