Carretera y manta, o cómo dedicarse a la música en Aragón

Cada año surgen nuevos grupos y músicos en Aragón para los que la autogestión acaba convirtiéndose en la única salida.

Relunatics, de gira por España.
Relunatics, de gira por España.
Helena Aguilar

Una furgoneta, varias mochilas, sacos de dormir y once instrumentos. Lo mínimo necesario para sobrevivir diez días fuera de casa viviendo única y exclusivamente de su música. Así comenzaba la aventura de los Relunatics el pasado 17 de agosto, cuando emprendieron rumbo hacia su gira de verano. ¿Su destino? Andalucía. Sin embargo, no tenían ni salas apalabradas ni bolos cerrados, tan solo una idea clara: “Sabíamos que, pasara lo que pasara, íbamos a tocar música cada día”.


Con esta idea, María Terol, percusionista de la banda y vecina de Ejulve (Teruel), y sus diez compañeros, partían en su vehículo –una furgoneta a la que han bautizado como ‘La ruini’-, rumbo a cumplir su sueño: vivir de la música aunque solo fuera por unos días. Y no salió nada mal: Gandía (Valencia), Almería, Granada, Málaga, Cádiz… diez días, más de 40 horas de música y danza, y una experiencia inolvidable en la que cualquier playa, plaza o rincón se transformaba en un improvisado escenario.


La banda, creada hace dos años en el barrio de Valdefierro, está formada por músicos aragoneses de entre 23 y 30 años. Un clarinete, dos acordeones, una guitarra, un violín, una mandolina, un laúd, una darbuka o un cajón flamenco acompañan los movimientos de Cristina Fabra, la bailarina del grupo, a ritmo de música balcánica, un estilo poco habitual. “Nos dimos cuenta de que no era un estilo muy común y a nosotros nos encajaba, y la verdad es que durante nuestros conciertos gente de todas las edades se paraba, bailaba e incluso nos daba las gracias por nuestra actuación”, afirma Chuan Pablo, guitarrista y vecino de Épila.


Aunque sus integrantes se dedican –la mayoría- al mundo de la educación y deben de compatibilizar sus inquietudes artísticas con otros empleos, no dudaron en organizar sus vacaciones para salir unos días a probar suerte en el mundo de la música. “Soñamos con dedicarnos a esto pero somos conscientes de que es muy complicado”, explica Héctor Gil, mandolinista y vecino de Fraga.


Un proceso complicado, pero por el que deben pasar todas las bandas de música en algún momento. “Todos los grupos se ven en la necesidad de buscar financiación, meterse en locales de ensayo, viajar con sus propios medios hasta cualquier lugar, en definitiva, buscarse la vida”, asevera Tomás Gómez, presidente Asociación de Salas de Aragón, Aragón en Vivo.


Lamentablemente, aseguran que no existen apoyos ni medios que faciliten la consolidación de nuevas bandas: “es una pena ya que no hay mejor escaparate para una tierra que una buena banda de música. Entre el 21% del IVA cultural, la Seguridad Social, los permisos… al final en las salas nos vemos obligados a buscar la rentabilidad, aunque siempre intentamos dar espacio a nuevas apuestas”. 

"Complicado, pero no imposible"


Precisamente este verano, gracias al dinero recaudado en sus actuaciones, los Relunatics editaban su primer disco en Lacasia de la Música, en Yeste, Huesca. Como ellos son muchos los aragoneses que encuentran en la autoedición la única salida. En 2003 nacía en Zaragoza AlterEgo Récords especializada en rap. Hasta 2009 editaron ocho discos y organizaron más de un centenar de conciertos. Hoy, el mensaje es claro: “es complicado, pero no imposible”. Manuel González (Dr. Loncho), asegura que hay que estar bien atentos a las nuevas tecnologías. “Yo he vivido las promociones a través de pegadas de carteles por las calles, la venta de CDs en tiendas… hoy todo eso lo suple internet pero queda un largo camino hasta que se alcance la rentabilidad en este medio”, añade.


La discográfica Analog Love sabe bien de auto editarse en nuestros días. El sello nace durante el proceso de grabación del primer disco de ‘My Expansive Awareness’. “Sabíamos que resultaría complicado que se fijaran en nosotros, un grupo novel, así que decidimos editarlo nosotros mismos”, relata Manuel Cabeza Murillo, miembro del colectivo. Hasta la fecha han publicado cuatro discos y han organizado multitud de conciertos por toda España. Entre sus proyectos actuales se encuentra la celebración de la cuarta edición del Zaragoza Psych Fest, el festival de psicodelia internacional con el que comenzaron su andadura como promotora.


Y aún con todo, siguen sin poder vivir de su pasión, la música. “Todos tenemos otros trabajos y de momento hemos tenido que poner dinero de nuestros bolsillos para desarrollar nuestra actividad cultural. Eso sí, lo hacemos bien a gusto, confiando en que algún día el mundo esté lleno de vinilos y la gente acuda a los conciertos en masa, al igual que lo hacen para ir al fútbol”, concluye Cabeza.

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