Melón y jamón para abrir el apetito en la tercera mañana laurentina

La fiesta del comercio premia la trayectoria de Francisco Barreña.

Si el escenario del día 9 es la plaza de la Catedral con el chupinazo; y el del 10, la de San Lorenzo, con la actuación de los Danzantes; el tercer día festivo amanece en Huesca en la plaza de López Allué o del Mercado con la fiesta del Comercio. Cientos de personas madrugaron para ver de nuevo los bailes de los palos, las cintas y las espadas, esta vez sentados cómodamente, y para echarse al cuerpo un contundente almuerzo, gentileza de la Asociación de Comerciantes, en el que se sirvieron 4.200 bocadillos de jamón y 1.200 kilos de melón.


Recién salidos de la cola con las viandas, servidas por las mairalesas, Mari Carmen Gracia y Alfredo Ferrero llevan platos para ellos y sus amigos. Vienen todos los años desde Sariñena, donde veranean, aunque residen en la capital aragonesa. Les atrae sobre todo la actuación de los Danzantes, "y el ambiente". "Veo más estas fiestas que las de Zaragoza, porque allí hay que andar mucho para ir a los sitios", explica ella.


Este año el protagonismo de la fiesta recayó en Francisco Barreña, homenajeado por la Asociación del Comercio. Si alguien simboliza el espíritu emprendedor y el trabajo en equipo que caracteriza al gremio son él y su familia, dueña de Óptica Barreña y de la Nueva Relojería, entre otros negocios. Barreña se crió además en la plaza de López Allué, donde su abuela regentaba un negocio de "chichorras y menuceles" (casquería). Allí acudía a diario antes de ir a la escuela este oscense nacido hace 71 años un día de San Lorenzo. Él recogió la tradición comercial de sus abuelos y de sus padres, y la ha transmitido a sus hijos. "Y ya tengo un par de nietos que despuntan. Yo represento la tercera generación, la cuarta está asegurada y con la quinta algo haremos", bromeó Barreña, quien además es presidente autonómico de Cruz Roja.


La presidenta de los comerciantes, Lara Acín, expresó el compromiso del sector con la ciudad, representado en esta fiesta. "La hemos organizado con ilusión y, como se puede ver, tiene mucha aceptación". El alcalde, Luis Felipe, tuvo un recuerdo especial para los vecinos de la pedanía de Fornillos, que el miércoles vieron cómo el fuego amenazaba sus casas.

Durante el acto se entregaron los premios del concurso de escaparates. El primero recayó en Pastelería Ortiz (1.200 euros), decorado con más de 150 huevos vestidos de peñistas. "Recrea una fábrica de espíritu laurentino, en la que las pajaritas ponen los huevos. Pasan por una cadena de montaje que les coloca su pañoleta, los ojos y el resto de complementos", explica Fernando Ortiz, propietario de la pastelería, aunque admite que fue su hermana Ana Ortiz la autora. El resto de los galardones fueron para Zarandajas (2º) y CLP Shop (3º). El premio especial al comercio de barrio recayó en el estanco Sanz, y los accésits honorífico, en La Rosa de Petalia y Romeo y Libreta.

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