Cinco toros hacen sudar a cientos de jóvenes corredores camino del ruedo

La carrera comenzó después de saludar y cantar a San Lorenzo.

Unos estiramientos para calentar y el tradicional cántico coral a San Lorenzo pidiendo suerte al patrón forman parte del ritual previo a los encierros infantiles de las fiestas de San Lorenzo. La explosión del cohete en el cielo de Huesca marca la salida de los jóvenes corredores y de los toros. El primer encierro de este año congregó ayer a cientos de niños por las calles más céntricas de la ciudad en un acto que cada vez va cobrando una mayor importancia dentro del programa ya que ve cómo incrementa su acogida dentro de la población.


Los más pequeños de la casa, acompañados por sus familiares, iban haciendo recortes y amagos delante de los cuernos de los cinco toros que participaban en el encierro. "Es una actividad muy entretenida para todos los niños ya que tienen la oportunidad de pisar la plaza de toros y de correr junto a los animales de cartón" afirmaba Isabel Belenguer, que había ido antes con tres niños a la plaza de Luis López Allué a almorzar.

El recorrido, que empieza en la basílica de San Lorenzo a las 11.30, acaba en una plaza de toros en la que la arena se oculta bajo el color blanco y verde de la vestimenta de estos jóvenes corredores. Manuel Gracia, Aitor Claver y Juan David Fernández, tres menores que acuden a este acto siempre que pueden, reconocían exhaustos una vez finalizado el encierro que les había gustado más el trayecto hasta la plaza que las carreras del interior porque "había demasiada gente y era mucho más difícil correr junto al toro".


La edad para este tipo de actividades infantiles no importa, el único objetivo es pasarlo bien y disfrutar de los tres encierros matutinos que hay en estas fiestas laurentinas. Un año más, Marcos Montoiro corrió junto a Robin, su hijo de nueve años, y a varios de sus amigos "para que todo salga bien y sea un encierro seguro". Aunque esta circunstancia no impidió que Robin hiciera dos arriesgados recortes al toro de color más oscuro delante de la puerta de la plaza. Muchos de los corredores, como si estuvieran en Pamplona, acudían a la cita con un periódico enrollado en la mano para golpear en el lomo de los toros, que eran citados por los jóvenes peñistas.


Mientras tanto, las charangas de las peñas recreativas iban detrás, a la cola del pelotón, tocando sus instrumentos al son de las canciones más festivas. Música laurentina, ritmos populares, cualquier melodía servía para amenizar el recorrido que iban trazando niños y astados de cartón piedra. Para finalizar la activa mañana, padres e hijos acudieron a los veladores de las terrazas más cercanas a la plaza para tomar el vermú previo a la comida. Algo que no puede faltar.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión