El festival Pirineos Sur concluyó su edición de 2016 con una última jornada en la que el folclore aragonés, la gastronomía de diversos rincones del planeta y las actividades para toda la familia se adueñaron de Sallent de Gállego.

En el escenario, Marta Casas presentó su nuevo disco, Soniando, en el que se atreve a mezclar el jazz y la jota, muy bien acompañada de contrabajo, piano eléctrico y batería, indican fuentes del festival en una nota.

La cantante se acercaba por momentos más a un género que a otro pero tampoco dejó pasar la oportunidad para incluir pequeños arreglos cubanos.

También estuvo en la jornada que concluye la edición del 25 aniversario del festival el integrante del grupo de folk aragonés Biella Nuei Luis Miguel Bajén con su nuevo proyecto, Capitán Mundo.

El músico se rodeó para la ocasión de una completa y solvente banda para dar rienda suelta a su pasión por las rumbas, guajiras, sones, guarachas, boleros o jotas en un concierto el que los ritmos cubanos fueron los protagonistas.

Además, cientos de personas se acercaron ayer por la tarde al escenario de Sallent para saborear recetas preparadas por experimentados cocineros.

TuHuesca organizó un 'Showcooking', bajo la marca y el equipo 'Huesca La Magia de la Gastronomía', basado en la idea original de los cocineros Diego Torres y Toño Rodríguez.

Los cinco equipos de cocina, cada uno inspirado en un continente, llevaron a la localidad oscense propuestas como el tabulé de trucha del El Grado con helado de apio y lima de Elarte, el pambao relleno de ternasco de Aragón en salsa australiana o el patal con huevo ecológico de los Monegros.

Además, la elaboración estuvo amenizada por la música del continente a la que correspondía cada tapa, y que en su día formó parte de la programación de Pirineos Sur, en una sesión dirigida por los Djs Javimar y Loncho.

El Patio de las Escuelas de Sallent de Gállego se transformó en una gran isla de juegos, gracias a Toc de Fusta, donde los más pequeños pasaron una agradable mañana gracias a "Los amigos de Crusó" y, un poco más tarde, el ritmo y el baile se adueñaron de las calles de Sallent con una gran batucada pirenaica.