Hace un mes un estudiante de 17 años fue de visita al Museo de Arte Moderno de San Francisco y decidió dejar sus gafas en el suelo de una de las salas. A los minutos, varias personas se arremolinaban alrededor y le hacían fotos como si se tratara de la ‘Gioconda’. La broma o el experimento podría tener cabida en la comedia ‘Museo arriba, museo abajo’, que las compañías aragonesas El Gato Negro y Teatro Indigesto presentan desde mañana y hasta el domingo en el Teatro Principal de Zaragoza.

La obra, traducida y dirigida por Alberto Castrillo-Ferrer, está escrita por el dramaturgo francés Jean Michel Ribes y es la única adaptación de la misma que se puede ver en España. Se estructura alrededor de una veintena de escenas que discurren en un centro de arte contemporáneo y por las que deambulan medio centenar de variopintos personajes. A través de ellas se profundiza con humor, "fina parodia" y números musicales en el debate sobre la subjetividad del hecho artístico, su mercantilismo y el esnobismo que muchas veces le rodea.

Se da la circunstancia de que los espectadores seguirán las andanzas del personal y los visitantes de este peculiar museo sentados en sus sillas en el propio escenario del Principal. Por este motivo, el aforo para cada una de las seis representaciones (desde mañana y hasta el viernes a las 20.30; el sábado doble función, a las 19.00 y 21.00, y el domingo, la despedida a las 19.00) está limitado a 100 personas. El precio único de las entradas es de 15 euros y con descuento (aplicable a todas), de 10."El público nos siente respirar"

"No se trata de microteatro, como mucha gente nos pregunta, es teatro puro y duro al uso en el que la gente está tan cerca de nosotros que puede sentirnos respirar y hasta los nervios que tengamos", explicó ayer en rueda de prensa Rafa Blanca, uno de los seis actores del espectáculo. El reparto lo completan Irene Alquézar, Encarni Corrales, Luis Rabanaque, Alberto Salvador y J. J. Sanchez.

Este sexteto da vida a medio centenar de personajes entre los que hay algunos "recurrentes", apuntó Rabanaque, como "una familia muy divertida", el conservador del museo, el equipo de operarios y las autoridades. Este trasiego de ‘habitantes’ aporta a la hora y 20 minutos de montaje un "ritmo escénico trepidante y fresco". Las situaciones se nutren de la actualidad, como la referencia al eccehomo de Borja. Además, subrayó Rabanaque, en el guión introducen "artistas locales" y pueden aparecer nombrados desde Bunbury a Eduardo Laborda.

‘Museo arriba, museo abajo’, apta para todo tipo de público, llega al Principal cuatro años después de su estreno en el Pablo Serrano. La propuesta, que también estuvo en el Olimpia de Huesca, se ha adaptado a escenarios tradicionales y va a empezar a girar por España. El próximo 13 de agosto participará en el Festival de Teatro de Humor de Araia, en el País Vasco.

Para el concejal de Cultura, Fernando Rivarés, sobran razones "de calidad" para que esta producción aragonesa, con su aire de "subversión", llegue al Principal.