​Inspecciones de trabajo, la nota discordante entre los músicos amateur

La fiscalización de la música en directo en las salas de conciertos de Zaragoza se salda con multas “inasumibles”.

?Inspecciones de trabajo, una nota discordante entre los músicos amateur
?Inspecciones de trabajo, una nota discordante entre los músicos amateur

Tener que pagar la cuota mensual de autónomos para actuar en un bar o en una sala de conciertos es algo que no suena nada bien para los músicos aficionados aragoneses.


Las inspecciones de trabajo llevadas a cabo durante los últimos dos meses en varios establecimientos que organizan conciertos en la capital aragonesa se han saldado con multas para músicos y empresarios que han obligado, en algunos casos, a cancelar su programación.


El Pub Eccos, un local de la calle Sevilla que ofrece música en directo, anunciaba el pasado 7 de mayo en su página de Facebook que había recibido inspección que le obligaba suspender conciertos que ya tenía cerrados con varios grupos musicales.


La Campana de los Perdidos es otro de los escenarios afectados. Este templo de la cultura, que lleva 27 años programando conciertos en Zaragoza, fue sancionado hace dos meses con 12.000 euros de multa tras por no estar dados de alta los músicos que en ese momento tocaban en la sala.


Aunque este problema es reciente, la normativa vigente obliga que toda actividad e intercambio comercial se regularice, sin distinguir si se trata de artistas profesionales o aficionados.


Los músicos quieren a hacerse oír y han creado en Facebook el Grupo de afectados por las inspecciones a la salas de conciertos, que cuenta con 280 miembros. En la plataforma Change.org figuran dos peticiones al respecto: 'Quiero que se permitan los conciertos de aficionados en salas', con 1.076 firmas; y 'No a la cotización de los músicos amateur en Aragón', que ya suma 4.292 firmantes.


Esta última iniciativa ha sido presentada por el grupo zaragozano Alma Animal, que en su texto considera estas multas “inasumibles tanto para las salas como, por supuesto, para los grupos. Durante muchos años, y con el esfuerzo conjunto de bandas (locales, nacionales y extranjeras), salas, asociaciones, y en algún caso incluso de instituciones, se ha conseguido hacer de Zaragoza y Aragón una región con una amplísima oferta cultural, que ahora se están cargando en menos de 4 meses”.


En su petición también señalan que “hay que saber diferenciar entre lo que es trabajo y lo que es afición” y que “rara vez un grupo pequeño consigue congregar a un público numeroso que esté dispuesto a pagar una entrada lo suficientemente alta como para obtener unos ingresos que costeen los gastos de una actuación”.


La banda también esgrime en su escrito que “los grupos pequeños configuran más del 90% de la oferta cultural de la Comunidad Autónoma en la que, de seguir así, vamos a pasar de tener más de 100 conciertos semanales a poder contarlos con los dedos de las manos”.


Por estas razones, la formación pide a la Consejería de Educación, Deporte y Cultura que se suspenda la cotización de los músicos amateur en Aragón y proponen la creación de una federación de grupos y músicos “como ocurre en las ligas deportivas de aficionados en las que, tras la inscripción y el pago del abono anual de un seguro racional y asumible, se puede llevar un control de aquellos artistas que quieran continuar su actividad sin tener que abonar las desorbitadas cantidades actuales”, argumentan.


Desde la Consejería de Educación, Deporte y Cultura recuerdan que las inspecciones de trabajo “no son competencia del Gobierno de Aragón, sino del Ministerio de Empleo y Seguridad Social” y que por tanto no dependen de este departamento, que sí gestiona otros temas relacionados con ayudas y subvenciones a la música. Por último, indican que la gestión en materia de espectáculos “corresponde al departamento de Presidencia”.

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