La revista 'Turia' descubre un trabajo inédito de Ramón J. Sender

Se puede considerar que se trata del primer trabajo literario de repercusión nacional que realizó un jovencísimo Ramón J. Sender.

Ramón J. Sender
El Sender ignorado, el autor de teatro
Víctor Meneses

El nuevo número de la revista cultural 'Turia', que se distribuirá a partir del 16 de marzo, brinda a los lectores la oportunidad de descubrir un trabajo literario inédito de Ramón J. Sender.


Se puede considerar que se trata del primer trabajo literario de repercusión nacional que realizó un jovencísimo Ramón J. Sender: los guiones de una ficción cómica infantil titulada 'Cocoliche y Tragavientos'.


Este rescate documental, que se ha analizado con detalle en las páginas de la revista, ha sido obra del investigador Javier Barreiro. 'Turia' comprobará, una vez más, la razón que tenía Sender cuando aseguraba a su madre: "No te preocupes por mí. Con un kilo de cuartillas y un litro de tinta, sabré defenderme en cualquier parte".


Javier Barreiro cuenta en 'Turia' cómo encontró este material desconocido de un joven Ramón J. Sender. "En una vieja librería barcelonesa di con seis cuadernos de 16 páginas de 21 por 14 centímetros, en cuya portada en color y sobre una franja naranja, figuraba el título, 'Infancia y Juventud de Cocoliche y Tragavientos'(...) Inmediatamente me apresuré a adquirirlos, pues tanto el nombre de la publicación como la firma de Sendercito enlazaban con algunas oscuras y aisladas referencias que podían vincular a Ramón J. Sender con estas aventuras".


Así, se dispone ya de un material que había sido mencionado por el propio Buñuel, no sin cierta crítica dada su animadversión hacia Sender, en sus conversaciones con Max Aub: "Yo creo que Sender nunca ha contado que hacia 1918 él escribió para un editor de Barcelona una revista semanal de tiras cómicas, que se llamaba Cocoliche y Tragavientos. Los nombres se hicieron muy famosos en España. El editor no le pagó nada por los primeros números pero al cuarto le mandó cien pesetas. Entonces Sender se fue al Hotel Inglés después de haberse comprado una pipa, tabaco y un pijama. Se metió en una habitación de las mejores y no salió de ella hasta en los dos días en que tardó en gastarse aquel capital. Los dos días que estuvo en el Hotel Inglés también llovía y se pasó el tiempo detrás de la ventana, mirando llover".


Más allá de esta mención malévola lo cierto es que el texto senderiano de estos seis cuadernos alcanza un total de 72 páginas, con lo que es el más extenso de los publicados por entonces por el escritor de Chalamera. En él se relatan las aventuras de 'Cocoliche y Tragavientos', una sucesión de episodios disparatados y salpicados de chistes verbales no demasiado originales.


Según Barreiro, hay que desechar en esos textos cualquier ambición artística por parte de un joven Ramón J. Sender, que había alcanzado muy pronto una madurez ya acreditada por otros trabajos literarios y periodísticos.


No obstante, a pesar de esa condición de trabajo meramente alimenticio, en esta novelita ilustrada de carácter cómico hay que subrayar la riqueza de vocabulario y alguna alusión a la actualidad de la época. "Señalable es, asimismo, la presencia de algún aragonesismo, como 'tozuelo' por 'cabeza' o topónimos como Maladeta y Remolinos", ha anotado Barreiro.

Pablo Serrano y Miguel Labordeta

Otros dos grandes nombres propios de la cultura aragonesa del siglo XX, Pablo Serrano y Miguel Labordeta, ocupan también las páginas de la revista en este número.


En este caso, y a través de un artículo de Jesús Rubio Jiménez, se indaga acerca de las relaciones amistosas entre ambos y se da noticia de la correspondencia que mantuvieron desde los años 50 del pasado siglo, cuando el escultor regresó de Uruguay a España y que duró hasta la inesperada muerte del poeta en 1969. Como prueba de aquella excelente sintonía mutua nos quedaría el busto de Labordeta que elaboró Serrano y que constituye una de sus obras más difundidas y apreciadas.


También 'Turia' ofrece a los lectores un interesante artículo del historiador Sergio Murillo acerca de la construcción y el simbolismo que posee el monolito de los Pozos de Caudé en Teruel.


En opinión de este investigador de la Universidad de Zaragoza, dicho monolito constituye uno de los ejemplos más representativos de la lucha por la memoria y testimonia el esfuerzo ciudadano por no olvidar a las víctimas de la guerra civil.


Con su artículo titulado 'Pablo Serrano y Miguel Labordeta: afinidades electivas', Jesús Rubio Jiménez permite conocer hasta qué punto fueron amistosas las relaciones entre ambos.

Honrar a las víctimas de la Guerra Civil

'La lucha por la memoria: el monolito de los Pozos de Caudé 1978-1980' es el título del artículo de Sergio Murillo que publica 'Turia'. En él, este joven historiador de la Universidad de Zaragoza resalta cómo "los acontecimientos traumáticos, como la guerra, tienen el poder de cambiarnos para siempre y con nosotros, cambiar también nuestra forma de mirar al pasado".


De ahí, ha explicado, la importancia de lo ocurrido con la construcción en las afueras de la ciudad de Teruel del monolito de los Pozos de Caudé. "Un episodio de la Transición política española que es merecedor de estudio por cuanto ilustra acerca de los procesos sociales que lo alumbraron y su alcance, cuestiones de las que se ocupa este trabajo", ha apuntado.


Los Pozos de Caude, un pozo artesiano de unos 80 metros de profundidad y situado en el kilómetro 126 de la carretera nacional 232, es el lugar donde más reposan las más de mil personas que fueron asesinadas y arrojadas entre capas de cal viva durante la última guerra civil española.

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