Los reyes inauguran la 35 edición de la feria internacional de arte contemporáneo ARCO

La actividad estuvo mecida por una ola de optimismo ante un oferta "con piezas más potentes que efervescentes".

Feria Internacional de arte contemporáneo
Feria Internacional de arte contemporáneo
EFE

Vender o no vender. Esa es la cuestión si se habla de ARCO, la feria de Arte Contemporáneo, obligada a vender para poder ser. Y parece que será. La inauguraban oficialmente los reyes este jueves bajo una ola de optimismo alentada por la primeras y abundantes ventas. Los coleccionistas gastan y los puntos rojos proliferan en las galerías. El acuerdo es más o menos general: la edición del 35 cumpleaños de la feria es la de la madurez y la seriedad. Una de las mejores de los últimos años con menos fuego de artificio, mucha calidad y casi todas las grandes galerías.


"Hay piezas mucho más potentes que efervescentes" resume un asiduo visitante, un coleccionista muy experto que no quiere ser identificado pero que detecta "claros síntomas de recuperación en el mercado y en la feria". Ha echado el ojo a varias obras y destaca el buen nivel de una oferta en la que mandan la pintura y la escultura y en la que vídeoarte brilla par su ausencia. Como esas piezas concebidas para epatar, que las hay, pero una proporción mucho más comedida que en años anteriores.


Los coleccionistas internacionales han llegado con curiosidad y dispuestos a tirar de chequera. Carlos Urroz, el director de ARCO se apunta el tanto y convence con una edición sin país invitado y que homenajea a las 33 galerías que ha contribuido a hacerla grande, de vuelta en una edición crucial.


La segunda jornada de ARCO está reservada a profesionales y es, además la de la inauguración oficial, pero los pabellones 7 y 9 de Ifema estaba repletos desde primera hora. Los coleccionistas foráneos -se invita a más de dos centenares- y directores de museo como Manuel Borja-Villel (Reina Sofía, con un extra de 250.000 euros para compras) o Guillermo Solana (Thyssen) curioseaban y charlaban con las galerías antes de que llegaran los reyes.


Por segunda vez don Felipe y doña Letizia inauguraban ARCO. Se les preparó un recorrido por una quincena de las más de 220 galería presentes en la feria. Lo realizaron a paso ligero, en poco más de una hora, y acompañados por Urroz y una nutrida comitiva a la que sumaron el presidente del Senado, Patxi López; el ministro de Cultura en funciones, Íñigo Méndez de Vigo; su secretario de Estado, José María Lassalle, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, o el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, el indiscutible rey de los 'selfis', a un ritmo de varios por minuto.Juana de Arco

Los reyes iniciaron su visita en el estand de Helga de Alvear, una da las grandes damas del arte en España, y la concluyeron poco después de visitar el de Juana de Aizpuru. Es Juana de Arco para la historia de la feria, la galerista que hace 35 años se sacó de la manga un certamen en el que nadie creía y que hoy es una cita ineludible, deseosa de medirse de tú a tú con Basilea, Miami o Londres.


Don Felipe y doña Sofía -con unos llamativos zapatos de tacón- se detuvieron en la galería Thaddeus Ropac, que tras seis años de ausencia regresa a ARCO. Contemplaron piezas de Georg Baselitz como 'Yellow song', una de las más destacadas de esta edición según Carlos Urroz y a la venta por 1,5 millones de euros, un cuadro de Robert Rauschenberg por 550.000 euros y obras de Miquel Barceló, Yan Pei-Ming. También pararon en la parisina Denise Rene, en el espacio de la Fundación Amigos del Museo del Prado y en algunas de las zona de Solo Projects. En Espaivisor se interesaron por la obra de principios de los años 70 de Esther Ferrer, Premio Velázquez de las Artes Plásticas 2014.


Bajo el lema 'Imaginando otros futuros' se agrupan las 33 grandes galerías internacionales a las que homenajea ARCO este año. Además de Juana de Aizpuru, la única española de la selección, se detuvieron los reyes en OMR, Team Gallery y Fortes Vilaça. De Aizpuru había vendido ya piezas de Wolfgang Tilmans y Phillip Froehelick y ofecía fotos de Alberto García Álix en torno a 15.000 euros.


También ha vendido varias pieza Leandro Navarro, otro histórico con una oferta de clásicos del siglo XX en la que conviven Picasso, Miró, Josef Albers, Pablo Gargallo, Kandinsky, Baltasar Loso, Millares, Tàpies o Torres García. Los dos óleos del uruguayo que ofrece Navarro que llamaron la atención de los reyes, son la joya de su oferta para una feria "que empieza bien, mucho mejor que otros años" según Íñigo Navarro. "Los grandes galerías solo volverán si venden, y los coleccionistas extranjero están aquí y se interesan pro lo que hay, que es mucho y bueno" se felicita el galerista ante 'Composición a 5 tonos', la reacción plástica de Torres-García ante la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima en 1945. Cuesta más de 500.000 euros, como 'Homo sapiens' otra pieza del urguayo del mismo año. También ofrece Navarro un Miró, 'Personaje, pájaros' por 900.000 euros y un pequeño Picasso.Sonrisas sin lágrimas

"La cosa pinta mucho mejor que otros años", asegura también Juan Silió, galerista santanderino con 24 años de presencia en la feria y con varios puntos rojos en las paredes de su estand. Comparte su optimismo Lele Leyendecker, una veterana galerista tinerfeña que no ha faltado un solo año en los seis lustros de ARCO. "Las lágrimas de los últimos años se ha transformado el alegría. Hay mucho movimiento, el mercado se recupera como la economía y están los coleccionistas europeos, que son los que más compran", destaca sonriente y haciendo notar que nadie se lamenta por el elevado IVA que tanta tinta hizo correr "a la espera de un nuevo gobierno que cambien el sistema".


Lelong una de la firmas indispensables en las grandes ferias, está en ARCO con obras indiscutibles de Miró, Picasso o Daivid Hockney. Tiene también un Tápies próximo al millón de euros y un espectacular mármol de Jaume Plensa por 346.000 euros.


Será difícil averiguar si se vende o no la que parece la obra más cara de la feria, una tela de Antonio López de 1968, 'Mujer en la bañera', que Marlborough ofrece por 2,5 millones de euros, o 'El jardín de atrás', también del genio de Tomelloso, por 1,9 millones. Por un millón menos es posible comprar en Elvira González una escultura de Juan Muñoz del año 2000. Más barato, apenas 1,2 millones de dólares, casi 1,1 millones de euros, cuesta una gigantesco retrato doble de Alex Katz en la galería Javier Francés. Lisson ofrece un espectacular espejo de acero inoxidable y resina de Anish Kapoor por 800.000 libras, poco mas un millón de euros.


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