Figuras del cine español, como los directores Pedro Almodóvar, David Trueba, Montxo Armendáriz o el recientemente ganador de un Goya Cesc Gay, han unido sus fuerzas para recuperar el Cinema Elíseos, la última de las salas clásicas de Zaragoza, que estuvo abierta durante 70 años entre 1944 y 2014.

Estos ilustres nombres se suman a los más de 130 firmantes del manifiesto presentado este lunes por la Asociación Salvemos el Elíseos, surgida el pasado mes de octubre, cuando se conoció la venta de la sala, con el objetivo de que se conserve como punto de encuentro cultural y, así, evitar que se convierta en otra nueva superficie comercial más en el centro de la ciudad.

El Elíseos, como último cine clásico de Zaragoza, estaba catalogado como Bien del Patrimonio Cultural por el Gobierno de Aragón desde 2009, pero la necesaria adaptación del celuloide al formato digital obligó a su cierre en 2014 y, antes de que se produjera ninguna reforma, fue vendido el pasado mes de octubre.

Ante la dificultad de que pueda volver a ser una sala comercial como lo fue las pasadas siete décadas, la Asociación Salvemos el Elíseos tiene como objetivo conservar el local y utilizarlo como "vehículo de transmisión que muestre la importancia de Aragón en la historia del cine de la mano de sus cineastas, actores, productores y guionistas", explican, además de como punto cultural en el que también tendrían cabida otras artes escénicas.

Para ello han mantenido contactos tanto con el Gobierno de Aragón como con el Ayuntamiento de Zaragoza.

En el manifiesto, leído este lunes ante decenas de personas en un acto celebrado en el Teatro Principal al que han acudido los directores locales Gaizka Urresti y Pablo Aragüés o la reciente ganadora del Goya por su trabajo en 'La novia', Luisa Gacasa, inciden en que la sociedad zaragozana está "cansada de lamentar, una y otra vez, la pérdida de lugares especiales que han marcado la historia cultural de la ciudad".

Para ellos, la experiencia de disfrutar del séptimo arte en esta sala es "un valor intangible" que contiene una "magia especial".

Así, recuerda sus marquesinas, sus decoraciones en latón, en madera y en escayola, el terciopelo rojo de sus butacas, la araña central del techo o los grandes jarrones neoclasicistas junto a la pantalla, lo que lo convertían en una sala única en la capital aragonesa.

Construido sobre un solar homónimo en lo que en los 40 era el inicio del ensanche de la ciudad y hoy es pleno centro, ya era un lugar destinado al ocio y las representaciones artísticas desde el siglo XIX, albergó en 1967 la primera Sala de Arte y Ensayo y en los 80 también fue sede de la Filmoteca de Zaragoza.

El consejero municipal de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, quien ha acudido al acto para expresar su apoyo a la plataforma, ha mostrado su respaldo a la recuperación de este emblema, si bien ha reconocido que ha faltado apoyo económico de las instituciones.

Ha insistido en que es necesaria tanto la voluntad política como el dinero "porque proyecto hay" y, en este sentido, ha señalado que el primer paso lo tendría que dar el Gobierno de Aragón, ya que es quien puede tener derecho de retracto sobre la venta o puede otorgar una mayor protección al edificio

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Una de las soluciones a las que ha apuntado sería instalar allí la nueva Cinemateca Aragonesa, que podría compartir proyecto con la Filmoteca de Zaragoza, la única presente a nivel municipal en todo el país.

En el acto, el portavoz de la Asociación, Alberto Ballester, ha informado a los asistentes de que la petición ya ha acumulado más de 2.000 firmas en la plataforma change.org y de que están tratando de lograr que el inmueble sea declarado Bien de Interés Cultural, así como de conseguir mecenazgos empresariales que contribuyan a la viabilidad del proyecto.