Tres décadas de estatuillas desmontables

Los premios Goya cumplen 30 años.

El desaparecido cineasta aragonés José Luis Borau muestra sus manos blancas como condena al asesinato de Jiménez Becerril y su esposa en 1998.
El desaparecido cineasta aragonés José Luis Borau muestra sus manos blancas como condena al asesinato de Jiménez Becerril y su esposa en 1998.

La Academia de las artes y las ciencias cinematográficas de España celebra este sábado 6 de febrero la 30 edición de los Premios Goya, una ceremonia con la que se culminan tres décadas marcadas por pequeñas anécdotas como las primeras estatuillas desmontables, los niños precoces premiados que ya no podrá repetirse o algunas galas marcadas por la polémica y las reivindicaciones políticas.


Tal y como recoge la Academia, la historia de este premio comienza por el nombre elegido, que buscaba ser corto y semejante a los de los Oscar o César que existían en Estados Unidos y Francia. Los académicos debatieron en asamblea sobre la conveniencia de elegir el nombre del pintor aragonés, con el impulso definitivo del director artístico Ramiro Gómez, quien recordó el concepto pictórico de Goya "cercano al cine".


La primera edición de los Goya tuvo lugar en el año 1987 con un claro ganador, Fernando Fernán Gómez y su película 'El viaje a ninguna parte' -mejor película, dirección y guión-. Se dio además la casualidad de que el actor fue premiado en esta misma edición por su trabajo en 'Mambrú se fue a la guerra'.


En esta edición, la primera estatuilla que se entregó -pesaba casi quince kilos- fue encargada al escultor Miguel Ortiz Berrocal y se trataba de una obra desmontable que combinaba el busto del pintor Francisco de Goya con una cámara cinematográfica.


Años después, se encargó al escultor José Luis Fernández una nueva estatuilla con un busto en bronce, más pequeño, que representa al pintor. Esta escultura, que pesa casi tres kilos, es la oficial desde 1990, aunque siendo presidente de la Academia José Luis Borau se propuso cambiar de nuevo. La institución convocó un concurso al que se presentaron muchos modelos --incluido el propio José Luis Fernández-- aunque finalmente se decidió mantener el que se ya se utilizaba.


Desde ese año 1987 se han celebrado ininterrumpidamente ceremonias en las que se ha visto como, por ejemplo, Verónica Forqué era capaz de ganar el 'cabezón' en un mismo año tanto como mejor actriz como actriz de reparto (en 1988, por 'La vida alegre' y 'Moros y cristianos, respctivamente).


Precisamente, en la historia del palmarés, Forqué ocupa un lugar privilegiado junto a Carmen Maura como actriz con más premios Goya (cuatro en total). En el apartado masculino, es Javier Bardem el que lidera esta clasificación, con cinco galardones, mientras que la película más premiada continúa siendo 'Mar Adentro' de Alejandro Amenábar, con 14 estatuillas.


En este apartado histórico se encuentra un récord que ya no podrá ser superado, el del actor más joven en ser premiado. Andoni Erburu ('Los secretos del corazón'), con diez años, ostenta este particular privilegio al que también accedieron otros menores de edad como Francesc Colomer ('Pan Negro'), Marina Comas ('Pan Negro'), Juan José Ballesta ('El Bola') o Ivana Baquero ('El laberinto del fauno').


En el año 2011, con Enrique González Macho en la presidencia, se dieron a conocer nuevas bases para optar a los premios, entre las que se incluía la prohibición de participar en interpretación aquellos actores que no hayan cumplido 16 años. Según justificó la academia, esta decisión se debía a que los niños que ganaban un Goya pasaban a ser miembros activos de la institución, lo que implicaba "circunstancias legales no exigibles a un menor".Los Goyas políticos


Más allá del palmarés, las galas han puesto también en la picota al gremio cinematográfico, en especial por sus reivindicaciones. Una de las primeras fue la del por entonces director de la academia, José Luis Borau, quien en 1998 se pintó las manos de blanco en repulsa ante el asesinato del concejal sevillano del PP, Alberto Jiménez Becerril, y su esposa.


Sin embargo, quizás la gala más sonada fue la del año 2003, donde se puso de manifiesto el divorcio entre el mundo del cine y el Gobierno vigente en ese momento, presidido por José María Aznar. Gran parte de los premiados acudió a la ceremonia con pegatinas del 'No a la guerra' y aprovecharon sus discursos para mostrar su repulsa al conflicto bélico en Irak.


Otras anécdotas políticas tuvieron que ver con la presencia en 2005 de José Luis Rodríguez Zapatero, convirtiéndose así en el primer presidente del Gobierno que acude a la gala, o la ausencia del ministro de Cultura José Ignacio Wert en la edición de 2014. Anécdotas y audiencia

A pesar de las numerosas anécdotas de las galas como los balbuceos de Isabel Coixet al recoger un premio -motivo central del primer spot de este año de la academia- o la recogida del Goya de Honor de Alfredo Landa en 2013, quizás a los Goya todavía le falte un momento icónico como el 'selfie' de Ellen Degeneres en los Oscar de 2014.


En cualquier caso, el interés televisivo de la ceremonia ha aumentado en los últimos años, siendo todavía la gala presentada por Buenafuente en 2010 la que ostenta el récord (con 4,6 millones de espectadores y un 26,4% de share). Dani Rovira, último presentador, logró reunir frente a la pequeña pantalla a 3,8 millones de y una cutoa de pantalla del 24,7%.

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