Goya conmueve con sus retratos en la National Gallery de Londres

El museo londinense considera un éxito la muestra, que por primera vez ha reunido sus mejores 71 retratos, y que ha recibido 186.000 visitantes.

Visitantes de la exposición de autorretratos de Goya en la National Gallery de Londres observan una de sus obras.
Visitantes de la exposición de autorretratos de Goya en la National Gallery de Londres.
AFP

"Ha sido un éxito increíble". Xavier Bray, comisario de la exposición Goya. The portraits, habla con emocionada satisfacción tras el cierre de la histórica muestra sobre el genio de Fuendetodos que durante tres meses ha acogido el ala Sainsbury de la National Gallery de Londres.


186.000 personas han pasado por las salas de la gran pinacoteca de Trafalgar Square, una cifra "increíble, porque Goya es conocido por los Desastres de la Guerra, por las majas, por las Pinturas Negras, pero no por sus retratos", dice el comisario, a quien le cuesta contener la emoción al pensar que cada uno de los hijos de este proyecto en el que ha estado embarcado durante una década, ya están de camino de vuelta a los países prestadores.


Antes del desmontaje de los 71 cuadros, Bray aún pudo disfrutar de un último momento de la atmósfera única de todo ese compendio de esencias goyescas. "Pude estar solo y despedirme del gran aragonés. Miré durante un largo rato el autorretrato joven que ha prestado Ibercaja, porque ahí es joven, pero todo Goya está en ese autoretrato", apunta Bray.


El experto destaca el interés que ha suscitado la exposición entre el público inglés, y más, teniendo en cuenta que ha sido una muestra en la que se sucede una repetición del mismo formato, que requiere, además, un conocimiento de su biografía y de la historia de España. "No era como venir a ver cuadros de Monet, quien entró a esta exposición quería conocer, investigar, quería conectar con el pintor, y para mí quizá eso es lo más importante", apunta Bray. La entrada a la exposición costaba 18 libras (25 euros), pero el acceso a la National Gallery es gratuito.


El esfuerzo contextualizador ha sido uno de los valores de este itinerario que, al reunir la mitad de los retratos de toda su producción, ha permitido vislumbrar su ambición de convertirse en pintor de corte, su enfoque innovador y poco convencional, su habilidad para desvelar la vida interior de sus modelos incluso en sus retratos formales más solemnes, o las estrechas relaciones que mantuvo con sus familias mecenas a lo largo de las décadas, como ocurrió con la familia del infante Don Luis de Borbón. Como curiosidad, podía verse en la sala inicial el retrato del infante Luis María de Borbón en su lección de geografía, llevado desde el Museo de Zaragoza, y más adelante, su retrato oficial ya proclamado cardenal, propiedad del Museo de Arte de São Paulo.


En esta muestra había qué mostrarle a los ingleses no solo la audacia de Goya para enfrentarse a sus modelos y la maestría en el uso de las técnicas, sino también desgranar las personalidades del momento y contar una época oscura de la historia de España. "Había que explicarles quién era Jovellanos, Fernando VII o la duquesa de Alba, esas historias, cotilleos y sus intrahistorias", apunta Bray.

Su círculo más íntimo

De este recorrido pictórico y vital, entre lo que más ha cautivado a los ingleses es cómo Goya se enfrenta a los retratos de su círculo más cercano cuando, liberado de las imposiciones de la representación aristocrática o real, tiene carta blanca y consigue algunas de las representaciones más conmovedoras, sinceras y de mayor potencia expresiva, "entrar en esas salas era como que de repente entrabas en su mundo".


El pintor Asensio Julià, el arquitecto del Pilar, Ventura Rodríguez, Andrés del Peral, el coleccionista Agustín Ceán Bermúdez, su gran amigo Martín Zapater, su familia o su conmovedor autorretatro enfermo a los 73 años de edad con el doctor Arrieta se contemplaban en los espacios finales de la muestra. "Esa idea de que un pintor con 78 años deja España para vivir en Francia, que era muy sociable y pintaba retratos para mostrar su agradecimiento, esa parte humanista, ese sentido de la compasión podíamos decir, enganchó a los ingleses", sostiene Bray.


Y también, claro, algunos de los cuadros más icónicos, como los Reyes Carlos IV y María Luisa, Fernando VII, otro retrato que también impactó a los visitantes por las propias ambivalencias que encierra el retrato, y especialmente la fastuosa imagen altanera de la duquesa de Alba de luto llegada desde Nueva York, un cuadro lleno de simbolismo que tradicionalmente ha sido la base para las interpretaciones de los supuestos amoríos entre la aristócrata y el pintor.


La muestra de Londres fue un proyecto de diez años de trabajo, planificado originariamente para 2012 pero que por cuestiones de préstamos hubo de posponerse hasta 2015.


Para Bray, una de las siguiente facetas sobre el de Fuendetodos que habría que abordar sería el de su pintura religiosa. "Hay muchas contradicciones en él, era religioso y se educó con varios cultos religiosos como la Virgen del Pilar, pero criticó la Inquisición y quería cambiar la Iglesia, me gustaría estudiar y contextualizar sus cuadros en el catolicismo español de la época".

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