PRESOS EN ZUERA

Los históricos de ETA Guisasola y Urrusolo piden abandonar las armas

Los ex etarras, presos en Zuera, dicen en una carta que creyeron que el periodo de paz abierto hace cinco años sería definitivo

Carmen Guisasola.
Los históricos de ETA Guisasola y Urrusolo piden abandonar las armas
EFE

Dos históricos de ETA, Carmen Guisasola y José Luis Urrusolo Sistiaga, han exigido a la organización terrorista "el fin de la lucha armada". Ambos, con penas centenarias de cárcel que están cumpliendo en la prisión zaragozana de Zuera, suscriben una carta en la que plantean a la dirección etarra que debe "dejar de utilizar lo que ya no sirve: la lucha armada" si quiere facilitar que la izquierda aberzale abra un nuevo ciclo político.

 

Guisasola y Urrusolo Sistiaga sostienen que es "imposible" un cambio de escenario político para la ilegalizada Batasuna y formaciones satélites con "el mantenimiento" de la violencia. Esto es así, afirman, y "hay que hablar claro" en vez de enredarse en "meses de chácharas" sobre lo que hay que hacer, que es "un lujo de aparateros, insoportable en estas circunstancias".

 

Ambos reclusos afirman en la misiva publicada ayer en el diario bilbaíno 'Deia' y en los rotativos vascos del grupo 'Noticias', no así en 'Gara', que el adiós a las armas es "lo previo" para que la propuesta de la izquierda aberzale de abrir un nuevo ciclo político sea creíble para el Gobierno y las fuerzas democráticas.

 

Según señalan, "hace cinco años" pensaban que "aquel proceso de paz que se iniciaba iba a ser el definitivo". En todo caso, creen que debe darse ahora sin esperar a que esté cerca un proceso electoral porque "sonará a electoralismo y no tendrá credibilidad".

 

Los dos ex pesos pesados manifiestan que "si lo que queda de ETA" se aferra al inmovilismo y mantiene la estrategia de violencia deberá ser la izquierda aberzale la que tenga que "plantearlo claramente, convenciendo a los que tenga que convencer o imponiéndose de facto". De no ser así, "unos pocos" partidarios del terrorismo "volverán a imponer su criterio a todos".

 

Los firmantes de la carta precisan que no hablan en nombre de nadie sino en el de sí mismos, aunque "en las cárceles son muchos los que piensan como nosotros; a pesar de que unos pocos transmitan otro discurso en los comunicados oficiales en nombre de los presos".

El impacto que tendrá este texto en la izquierda aberzale está por ver; de momento, un portavoz señaló que se trata de "una aportación más al debate" en que está inmerso el mundo político del entorno de ETA.

El hecho de que Guisasola y Urrusolo estén expulsados de ETA, la primera desde 1998 por secundar una carta disidente con la línea de la dirección, y el segundo desde 1994 por indisciplina, hará que tenga un impacto relativo pese a que son terroristas con un abultado prontuario.

Guisasola integró entre 1981 y 1990 los comandos Gorrotxategi y Vizcaya para terminar como responsable de los comandos liberados antes de ser detenida en Francia hace 19 años. Urrusolo comenzó su andadura en 1977 y formó parte de los comandos Madrid y Barcelona hasta su captura en 1997.

Otro preso de ETA en Zuera, desde el 20 de noviembre

Por otra parte, el preso de ETA Felipe San Epifanio, 'Pipe', ingresó el pasado viernes, 20 de noviembre, en la cárcel de Zuera, en un traslado procedente de una prisión de la Comunidad de Madrid.

 

San Epifanio se encuentra desde entonces en el módulo 7 de la prisión zufariense junto con otros seis miembros y ex miembros de la banda armada, dirigidos por Francisco Mujika Garmendia 'Pakito', uno de los ex dirigentes de ETA partidarios del cese de la violencia.

Súsper, condenado a 30 años

Mientras, el que fuera jefe del aparato militar de ETA Juan Ibón Fernández Iradi, 'Súsper', fue condenado ayer a 30 años de cárcel por el Tribunal de lo Criminal de París, que también dictó penas de entre 18 y cinco años para otros seis miembros de esa estructura de la banda terrorista. Súsper, para el que la Fiscalía pedía 20 años -y que ya ha sido condenado en Francia en dos ocasiones a 30 y 15 años respectivamente-, cuestionó la imparcialidad de los ocho jueces y dijo que seguían "un guión que está escrito de antemano".