TERRORISMO

La caída del 'comando Vizcaya' solo esclarece un tercio de los atentados de ETA tras la tregua

Las fuerzas de seguridad creen que todavía puede quedar una célula operativa en Vizcaya y otro 'talde' que opera a caballo entre Guipúzcoa y Francia.

Era sin duda el comando más activo de ETA, pero no era el único. Los servicios antiterroristas de la Guardia Civil, tras analizar la información obtenida durante la última semana, aseguran que la desarticulación del 'complejo Vizcaya' es el golpe más duro a la banda en los últimos años. Pero también reconocen que solo hay pruebas para implicar a los detenidos y huidos en un tercio de los atentados cometidos por los etarras desde el fin de la tregua en junio de 2007. El temor a que ETA mantenga operativos dos comandos de menor entidad, uno de ellos en Vizcaya, crece conforme pasan los días.


Los taldes 'Askatasun Haizea' y 'Hegoa', que componían el desarticulado 'complejo Vizcaya' que lideraba el 'liberado' Arkaitz Goikoetxea, únicamente están detrás de 9 de los 26 atentados atribuidos a ETA desde la ruptura del alto el fuego, según los atestados y documentos judiciales. La estructura terrorista desmantelada demostró ser capaz de actuar en Vizcaya, Álava, Guipúzcoa y La Rioja. Sin embargo, la Guardia Civil no ha podido demostrar la relación de este comando con otros 17 atentados.


Los especialistas barajan la posibilidad de que permanezca intacta una célula con base en Vizcaya, independiente del complejo desmantelado y con infraestructura para actuar en Navarra y Álava.


Este grupo, entre otros ataques, sería el responsable de la bomba lapa que hirió al escolta Gabriel Ginés en Bilbao el 9 de octubre del pasado año y los atentados contra las sedes socialistas de La Peña y Elgoibar en abril.


Durante los registros e interrogatorios de los diez detenidos tampoco ha aparecido un solo indicio, explican los investigadores, para vincular al comando de Goikoetxea con otros atentados cometidos en Vizcaya, como las bombas contra los juzgados de paz de Sestao el 17 de diciembre, contra el edificio de la rotativa del diario 'El Correo' el pasado 8 de junio o la colocación de un artefacto-trampa el 23 de febrero en un repetidor de telefonía móvil en Bilbao.


Comando móvil


Los analistas de la Guardia Civil también apuntan la posibilidad de que además del complejo desmantelado y esa célula que opera en Vizcaya ETA cuente con una "difusa estructura móvil" que se mueve a caballo entre el sur de Francia y Guipúzcoa, pero que tiene un radio de actuación más amplio. Ese comando sería el autor del asesinato del ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco en vísperas de las elecciones generales y del atentado contra la Delegación de Defensa de Logroño el 9 de septiembre, que se perpetró con un coche preparado en Francia, y que en principio también se había atribuido a Goikoetxea y su compañero 'liberado' Jurdan Martitegi.


Al margen de estas acciones, aún quedan otros nueve atentados sin autoría conocida, entre ellos las bombas en Laredo y Noja el pasado día 20. Unos ataques que todos los indicios apuntaban a que podían haber sido cometidos por el comando 'Askatasun Haizea' o alguno de sus satélites. Sin embargo, los servicios de Información del instituto armado tampoco han encontrado pruebas de que Goikoetxea o algunos de sus 'legales' llegaran siquiera a hacer labores de información en Cantabria.


Tampoco se sabe nada de las dos bombas que el 25 de julio de 2007 estallaron en Navarra al paso del 'Tour de Francia'; el ataque contra una bodega en la localidad riojana de Fuenmayor el 9 de septiembre; las dos mochilas bomba con quince kilos de explosivos que destrozaron los juzgados del pueblo guipuzcoano de Bergara el 8 de febrero de este año; las dos pequeñas bombas atribuidas a ETA y que estallaron en un repetidor de Azpeitia el 30 de marzo; la cadena de artefactos de 1 de mayo contra sedes de Trabajo en San Sebastián y Arrigorriaga; los dos ataques de mayo y junio contra empresas de construcción de Hernani y Zarautz; y el atentado de la madrugada de este lunes contra las obras de la A-8 en Orio.