REINO UNIDO

Jamón, croquetas y mucha discreción en vacaciones

el viceprimer ministro británico Nick Clegg veranea desde hace 15 años en el pueblo de su mujer, Olmedo (Valladolid), donde se le ve como un vecino más.

Clegg, junto a sus tres hijos, ayer en Olmedo.
Jamón, croquetas y mucha discreción en vacaciones
NACHO GALLEGO/EFE

Resuenan aún los ecos de las vacaciones de Michelle Obama en España cuando el país ya tiene otro huesped ilustre pasando unos días de relax y asueto. Nick Clegg carece del glamur de la primera dama de Estados Unidos, pero el viceprimer ministro británico también despierta atención mediática.


Clegg no es Obama ni Olmedo es Marbella. Y por ende, las distracciones veraniegas de uno y otro son completamente distintas. "Soy fan de las croquetas de mi suegra", aseguró.


El líder liberal demócrata británico, casado desde 2000 con la abogada española Miriam González, lleva 15 años pasando sus vacaciones en la localidad castellana, de 3.900 habitantes. De ella fue alcalde el padre de su mujer, quien también fue senador por el PP.


Este verano es el primero que pasa Clegg en Olmedo desde que en mayo fue nombrado viceprimer ministro del Reino Unido, pero en España el matrimonio sigue demostrando "ser fiel a sus costumbres, a lo que les gusta, a disfrutar, a su familia y a su pueblo", dijo con orgullo el alcalde de la localidad, Alfonso Centeno.


Al contrario que Michelle Obama, que no paró en sus días de vacaciones en España, al número dos del Gobierno británico le gusta estar en casa, acompañado por su mujer y sus tres hijos: Antonio, Alberto y Miguel. "Me encanta estar aquí, en la casa de mi suegra, con mi familia, con mis niños, y escapar durante un tiempo de la política", explicó a los periodistas. Porque Clegg, que habla español además de holandés, francés, alemán y por supuesto inglés, no tiene problema en charlar con la prensa.


A diferencia de en Londres, los niños "aquí pueden jugar en la calle hasta las once de la noche", se congratulaba sobre la tranquilidad del pueblo, situado a 45 kilométros de Valladolid. Con ellos y con su mujer desayunó ayer en su cafetería habitual de Olmedo.


El viceprimer ministro británico va acompañado por personal de seguridad, pero lo cierto es que todo es tranquilidad en torno a su persona. A los agentes no se les ve.


El pueblo parece encantado con Clegg, pero como ya son muchos años los que lleva veraneando allí, su presencia no despierta una curiosidad excesiva. "Estamos acostumbrados a verles. Por eso no nos sorprende y nos parece algo normal", dijeron algunos vecinos. Corroboran que Clegg y su mujer son "muy caseros". Aunque se los ve también paseando y dando una vuelta en bicicleta por la zona.


"Aquí todo el mundo nos conoce desde hace mucho tiempo, siempre nos tratan con mucho cariño, y para los niños es especialmente bueno, ya que pueden vivir la vida española y hablar en castellano", dijo Clegg.


Según el alcalde, el político es "un hombre muy cercano, muy interesado en conocer los problemas de los ciudadanos". "Y conoce todos los rincones del pueblo", aseguró. Tras el efecto Obama en la Costa del Sol, el primer edil de la localidad vallisoletana confió en que las vacaciones de Clegg sirvan también de gancho para visitantes extranjeros. "Estoy seguro de que su presencia atraerá a algunos ingleses para disfrutar de los encantos del municipio y de nuestro patrimonio cultural", manifestó.


Aunque el propio viceprimer ministro británico se ve a sí mismo lejos de la figura de la primera dama estadounidense. "No me considero como Michelle Obama. Yo ahora me voy a buscar a mis hijos a casa de la tía de mi mujer, que está aquí al lado, para comer todos juntos y seguir disfrutando de la vida en familia". Nada que ver con las comitivas de lujosos coches blindados de Michelle y Sasha Obama.