El histórico dirigente socialista Alfonso Guerra, ex vicepresidente de España y presidente actualmente de la fundación Pablo Iglesias, ha pedido al PSOE actual que abandone "la ambigüedad" y que hable siempre con claridad, aunque eso suponga perder algún voto.

Guerra ha participado etse lunes en un acto de campaña del PSOE de Aragón en Utebo (Zaragoza), junto al presidente del gobierno autonómico y secretario general de la formación en Aragón, Javier Lambán, la cabeza de lista por la provincia, Susana Sumelzo, y el alcalde de la localidad, Miguel Dalmau.

A los alrededor de trescientos asistentes Guerra les ha pedido que defiendan "con orgullo" sus ideas y valores, puesto que el socialismo es "la única fuerza capaz de defender a los más frente a los menos que lo tienen todo".

Y les ha pedido que no arrien las banderas de las cosas que tienen que defender, porque entonces serán pisoteadas "por la derecha", y también que tengan "criterio propio", puesto que la vida de los socialistas ha de ser "de entrega" y de "sentir dolor por el sufrimiento ajeno".

Por eso, Alfonso Guerra ha asegurado que para la derecha española el problema es el PSOE, porque es el único partido que le puede "arrebatar el país para cambiarlo", en tanto en cuanto la "izquierda y la derecha fantasiosas" no le van a quitar el poder al PP.

Del presidente en funciones, Mariano Rajoy, se ha preguntado "de quién huye", si de la "Púnica, la Gürtel o la Taula", y ha insistido en que en el PP "están todos hasta el cuello" y es "responsabilidad de los votantes no votarles a ellos". "Hay que despertar a la gente", ha arengado a los militantes.

Y, al respecto de la corrupción, ha ironizado con las explicaciones que dio la expresidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, sobre que dos de sus colaboradores "la habían salido rana". "Pero si todo el PP es una charca", ha dicho.

Para hablar de Podemos se ha remontado a la Transición, cuando los españoles decidieron acabar con dos siglos de guerras y enfrentamientos llegando a un consenso en el que todo el mundo, ha recordado, renunció a "una parte" de su ideario. Ahora aparecen "los que lloran en los hombros de Julio Anguita" y que vienen a decir que "aquello no sirvió" y que quieren enfrentar "a unos con otros". "¿Cómo es tan floja la memoria?", ha enfatizado Guerra.

Pero además, ha criticado que quieran "reconstruir los nacionalismos", que ha equiparado al caciquismo del siglo XIX, donde "se compraban los votos por dos pesetas". Y el nacionalismo y el socialismo, ha asegurado, "son incompatibles".

Sí que ha mostrado cierta comprensión hacia Ciudadanos, un partido de "gente conservadora", ha reconocido, pero que en el tiempo en el que se estuvo intentando formar gobierno a partir del 20 de diciembre fue "el único, junto al PSOE", que tuvo "la decencia de intentarlo", mientras otros andaban "enredados con la nueva política".

Guerra, finalmente, ha lamentado que la política se haya "trivializado" por parte de quienes dan los mensajes "en 140 caracteres". Por su parte, Lambán ha insistido en que, al igual que tras el 20D, es "imperativo" un cambio político tras los cuatro años "atroces" de gobierno del PP, que han producido "desigualdad, corrupción y desprestigio".

Pero este cambio, ha advertido, en ningún caso este cambio debe de provocar "desunión" entre los españoles y, como Guerra, ha reivindicado la validez de la Transición y de la "magnífica" Constitución que salió de este proceso, frente a "Anguita y ese chaval" que tratan de "volver a la España de 1977".

El cambio, ha apuntado Lambán, lo deben de protagonizar "hombres y mujeres" capaces de moderación y diálogo, y no alguien que, como Mariano Rajoy, "banaliza la corrupción, la considera tan normal y la tolera". El socialista es la historia, el presente y el futuro de España, ha enfatizado, y lo que hace falta al socialismo es "sacar de dentro" sus convicciones e "inundar las calles y plazas" con este mensaje.

Para Susana Sumelzo, por su parte, esta campaña "no es un desempate" como algunos la ven, ni debería haber sucedido nunca, pero "los vetos nominales" y la "sonrisa de cinismo" de Podemos impidieron la formación de un gobierno y abocaron al país a unas nuevas elecciones.

A su juicio, en estos cinco meses se ha demostrado que "la derecha es más de lo mismo" y que "los que dicen que son la gente" tienen como "única ideología al poder y a su ambición personal".