ERUPCIÓN VOLCÁNICA EN EL HIERRO

El volcán de El Hierro se toma un respiro tras dos días de sobresaltos

Después de dos días de constantes sobresaltos, al norte y a sur de la isla, el volcán que hace un mes entró en erupción en los fondos marinos de La Restinga ha dado un día de cierto respiro a los vecinos de El Hierro.

Mayor aportación de sólidos en la superficie impulsados por los gases emanados del volcán al sur de El Hierro
El Hierro todavía espera ver emerger un volcán para volver a la normalidad
EFE

Después de dos días de constantes sobresaltos, al norte y a sur de la isla, el volcán que hace un mes entró en erupción en los fondos marinos de La Restinga ha dado hoy un día de cierto respiro a los vecinos de El Hierro.


La conocida como Isla del Meridiano ha registrado a lo largo de este domingo 39 temblores, tres de ellos con magnitudes de entre 3,4 y 3,9 grados y sentidos por la población, pero su impacto en el ánimo de los herreños ha sido mucho menor que los sucesos ocurridos en las dos jornadas precedentes, con tres evacuaciones incluidas.

Tres evacuaciones en dos días

La primera de ellas tuvo lugar el viernes por la noche, en el norte, en el municipio de Frontera, tras el mayor de los más de 11.000 terremotos que han sacudido El Hierro desde julio (4,4 grados e intensidad IV-V) y afectó a once familias de barrio de Las Puntas, cuyas viviendas están situadas en zona de riesgo de desprendimiento.


La segunda fue el sábado por la tarde y supuso el desalojo de otro medio centenar de personas en los barrios de Los Polvillos y Los Guzmines, también en Frontera y por el mismo motivo que en Las Puntas. Y la última obligó a sacar de La Restinga a las cerca de 300 personas que habían regresado al pueblo tras su anterior evacuación.


El desalojo de La Restinga se produjo después de que, repentinamente, el foco eruptivo submarino que lleva días arrojando burbujas y trozos de lava humeantes a la superficie provocara dos espectaculares borbotones de apenas un minuto de duración cada uno que fuero presenciados, incluso fotografiados, por varios vecinos.


Según ha confirmado el Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), esos dos borbotones de gases y material magmático tuvieron lugar en un intervalo de cinco minutos (18.00 y 18.05, hora canaria), a una milla náutica de La Restinga (1,85 Km) y se elevaron unos 20 metros en el aire.


Decenas de personas se han congregado en las orillas de la carretera que conduce a La Restinga con la esperanza de ver de nuevo ese fenómeno, pero se han tenido que contentar con presenciar el incesante burbujeo que se aprecia en el mar, en la cabecera de la mancha generada en el agua por la erupción submarina.

Un comerciante, amante de la naturaleza, de turismo volcánico

Entre esos curiosos estaba José Antonio Padilla, un comerciante malagueño de 46 años, amante de la naturaleza y los viajes con mochila que el pasado 10 de octubre, cuando comenzó la erupción, decidió irse a El Hierro para presenciar el fenómeno en directo.


Un vuelo barato Sevilla-Tenerife y un pasaje de ferry le pusieron en El Hierro el pasado viernes. Padilla ha relatado que lo que vio en el mar le emocionó tanto, que esa noche la pasó al aire libre, en un coche de alquiler, frente al mar.


Al día siguiente, alquiló un apartamento en La Restinga que no llegó a ocupar, porque de repente se convirtió en uno de los nuevos evacuados por el fenómeno eruptivo. Este malagueño ha pasado la última noche en Valverde, junto con otros evacuados, pero desde primera hora estaba de nuevo en la costa, mirando la mancha.


"Un espectáculo así merece la pena. Esto no se ve todos los días", dice Padilla, que solo lamenta haberse perdido "el momento mejor", las dos columnas de agua y ceniza que se generaron ayer al atardecer. Para que no le vuelva a ocurrir, ha pasado todo el día mirando al mar, como decenas de herreños, visitante y periodistas.


Lo mismo ha hecho Maira, una joven de El Pinar, sentada frente al mar con su cámara fotográfica y su teleobjetivo. "Ayer no vi la burbuja por poco, me pilló en el coche, cuando bajábamos desde El Pilar hasta aquí", relata esta joven, junto al punto de control que marca el perímetro de seguridad alrededor de La Restinga.


Unos metros más abajo, tres vecinas de Frontera aprovechaban la tarde para que sus hijos completaran sobre el terreno las lecciones de vulcanismo que estos días están recibiendo en las noticias y también el colegio. "Estamos aquí con la esperanza de ver algo, de ver la burbuja de cenizas que hubo ayer", confiesa Gary.


Esta vecina de Frontera reconoce que los seísmos que están sacudiendo su localidad producen inquietud, aunque la gente ya se va a haciendo ellos. Pero hoy mira al mar, al círculo burbujeante que se divisa en el mar y reconoce: "Vale la pena venir".