El Supremo absuelve a dos de los tres etarras condenados por el atentado de Legutiano

El coche bomba en la casa cuartel de la localidad alavesa causó la muerte al guardia civil Juan Manuel Piñuel.

Imagen del estado en que quedó la casa cuartel de la Guardia Civil de Legutiano.
El Supremo absuelve a dos de los tres etarras condenados por el atentado de Legutiano
ADRIáN RUIZ DE HIERRO/EFE

El Tribunal Supremo ha absuelto a dos de los tres condenados por el atentado cometido por la banda terrorista ETA el 14 de mayo de 2008 contra la casa cuartel de la Guardia Civil en la localidad alavesa de Legutiano, en el que perdió la vida el sargento Juan Manuel Piñuel y sufrieron heridas 27 personas. La Sala de lo Penal mantiene la condena a 515 años de cárcel que impuso en diciembre la Audiencia Nacional al ex dirigente de ETA Arkaitz Goikoetxea Basabe, pero absuelve a Aitor Cotano, condenado también a 515 años de prisión, y a Iñigo Gutiérrez Carrillo, castigado con 8 años de cárcel por recoger la furgoneta empleada en la explosión.


La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Miguel Colmenero, sostiene que la prueba de cargo está sustentada en las declaraciones prestadas por Cotano y Gutiérrez en sede policial, que no fueron ratificadas ante el juez, y por el testimonio del coimputado Goikoetxea. Y añade que esas manifestaciones no se vieron corroboradas por datos desconocidos hasta ese momento.


Jurisprudencia


La Sala repasa la jurisprudencia del Supremo y del Tribunal Constitucional, al recordar que las declaraciones policiales solo pueden ser valoradas si aportan datos «no conocidos» hasta entonces. A su entender, tampoco es «suficientemente demostrativo» el material genético de Cotano localizado en el coche que se utilizó para viajar a Francia con objeto de recoger la furgoneta usada en la explosión.


Recuerdan que un amigo declaró que el vehículo estaba a su disposición y que se lo prestó en alguna ocasión al recurrente, y subrayan que la identificación de este coche como el utilizado para desplazarse al país vecino «solamente resulta de las  declaraciones policiales de los recurrentes, lo que impide tenerlo acreditado únicamente con esa base probatoria».


Por ello, infieren que «lo único» acreditado es que Cotano utilizó el vehículo «en algún momento», pero que no se sabe ni «cuándo ni la finalidad», indican para absolver al acusado de un delito de colaboración.


No obstante, el tribunal desestima el recurso de Goikoetxea al existir suficientes elementos de prueba que acreditan su participación en el atentado. Alude a sus restos de ADN encontrados en el vehículo utilizado para la huida, así como a la confesión que prestó ante el juez Garzón tras conducirle a un zulo escondido en Pazuengos (La Rioja). «Lo de Legutiano me lo dieron hecho», reconoció.


Además, los magistrados condenan al que fuera líder del comando Vizcaya, Arkaitz Goikoetxea, a indemnizar a una agente que, aunque aquella madrugada estaba fuera del cuartel, perdió en él sus enseres personales. No obstante, rechazan su pretensión de ser considerada víctima del atentado y recibir 400.000 euros.


Esta compañera del guardia civil Juan Manuel Piñuel relató las secuelas físicas y psicológicas que sufrió en los meses posteriores al atentado, fruto de las cuales tuvo que ser operada y por las que aún permanece bajo tratamiento médico. Tras escuchar su testimonio en la vista oral, la Audiencia recibió varios escritos de algunos guardias civiles que habían actuado como afectados en la causa cuestionando el «verdadero perjuicio» sufrido por esta agente.


El Supremo reconoce los trastornos psíquicos que soportó, pero defiende que no se pueden extender las indemnizaciones a los daños padecidos por «aquellos que, al conocer el hecho, se hayan sentido impresionados por el mismo».


La Audiencia Nacional consideró probado que, el 14 de mayo de 2008, varios miembros de ETA colocaron en las proximidades del cuartel una furgoneta bomba que habían desplazado desde Francia y que contenía entre 150 y 200 kilos de explosivo. El vehículo hizo explosión a las 2.55 y provocó la muerte del guardia civil Juan Manuel Piñuel y lesiones a más de una veintena de personas.