ESPAÑA

Apenas un 15% de los españoles logran conciliar la vida laboral con la familiar

Un informe deplora la «eterna» jornada laboral española, que propicia la baja productividad.

Reivindicar la conciliación entre vida familiar y laboral en España es llorar. A los empresarios españoles todavía les cuesta entender que hay vida después del trabajo. Apenas un 15% de los trabajadores españoles se encuentran plenamente satisfechos porque han logrado un equilibrio entre su vida personal y el trabajo. Un estudio del Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia-The Family Watch constata que compaginar ambas facetas recae exclusivamente en la mujer, que dedican dos horas y 44 minutos diarios al cuidados de sus hijos, más del doble que los hombres.


No todo es sombrío. El informe 'Diez años de conciliación en España', realizado a partir de una muestra de 5.000 empresas, revela que el 48% de los encuestados perciben que en su trabajo se dan algunas «buenas prácticas» que tienden a integrar el trabajo en la vida de una forma no traumática.


Pese a que en España se han promulgado las leyes de Conciliación de la Vida Familiar y Laboral y la Ley de Igualdad de Oportunidades, se han producido avances pero todavía queda un largo camino por recorrer. «Y es que hecha la ley, hecha la trampa», argumenta Nuria Chinchilla, coautora del estudio. Uno de los principales obstáculos que impiden una vida familiar plena es la jornada laboral, que en España es «eterna, lo que en absoluto favorece la productividad». Los horarios insufribles generan absentismo, síndrome del trabajador quemado y falta de compromiso con las tareas asignadas, según el estudio.


«Necesitamos un líder político en España que cambie los horarios de trabajo», remachó Chinchilla, quien abogó por un cambio cultural para que deje de estar mal visto «levantarse del puesto de trabajo cuando ha concluido la jornada laboral». Las expertas abogan por implantar el horario europeo, sin interrupciones excesivamente largas para comer, para tener medio día libre. Los comedores de empresa y los aparcamientos, así como servicios como el de Sanitas, que ofrece a sus empleados la posibilidad de comprar la cena ya preparada para llevar, permiten la homologación con Europa.


Según Chinchilla, la ley ha generado un efecto bumerán contra las mujeres, dado que son discriminadas en el acceso al trabajo si se encuentran edad fértil. «Mientras no haya un apoyo que incentive a las empresas será difícil evitar la discriminación por la maternidad», sentencia.