España desaconseja ir a Ucrania en busca de "vientres de alquiler"

Esta práctica no tiene cabida en el ordenamiento jurídico español y la embajada española advierte de estafas o falsas garantías.

Los hallazgos sugieren que algunas mujeres pueden no necesitar seguir con las recomendaciones clásicas de esperar varios meses.
Quedarse embarazada tras un aborto precoz tiene más éxito en los tres meses siguientes

España desaconseja formalmente a las parejas que buscan tener un hijo por gestación subrogada viajar con este propósito a Ucrania, que se está consolidando como destino frecuente en busca de los llamados "vientres de alquiler".

Se trata de uno de los pocos países de Europa donde este método reproductivo está regulado por ley y permitido para extranjeros, pero la embajada de España en Kiev recomienda abstenerse de esta práctica por no tener cabida en el ordenamiento jurídico español, al tiempo que advierte de estafas o falta de garantías sobre el trato que se da a las gestantes.

"Se desaconseja claramente iniciar un proceso de este tipo (...). Las autoridades españolas no pueden hacerse responsables de las promesas y afirmaciones hechas por agencias privadas que realizan fuera de España una actividad no amparada por la ley española", señala un texto colgado en la página web de la embajada.

Cada vez más parejas extranjeras acuden en busca de una gestante ucraniana por el precio menos costoso del proceso en el país eslavo en comparación con otros, como Estados Unidos, el Reino Unido o Canadá, donde gestar un hijo para otra pareja a cambio de una remuneración también es legal.

La legislación ucraniana establece que a este método reproductivo solo pueden optar matrimonios heterosexuales, que deben demostrar con informes médicos problemas de fertilidad u otras causas que imposibilitan que el embarazo tenga lugar.

Inmediatamente después del nacimiento del bebé, el certificado se registra en el organismo ucraniano a nombre de los futuros padres -que aportan la carga genética del embrión-, y no se requiere un procedimiento formal de adopción.

Sin embargo, para el consulado español la mujer que da a luz es legalmente la madre y, según la ley española, el contrato de gestación se considera "nulo", lo que impediría que los padres genéticos puedan llevarse al bebé del país.

"No es posible hacer una inscripción de nacimiento por transcripción de la certificación local cuando haya duda de su legalidad conforme a la ley española", recuerda el comunicado.

Mientras, a las mujeres gestantes, que suelen ser madres solteras procedentes de provincias rurales o industriales de Ucrania, se les ofrecen contratos de carácter comercial sin que exista ningún límite en la cantidad a pagar.

Los centros de gestación subrogada en Kiev pagan cantidades que rondan los 20.000 dólares, lo que empuja a muchas mujeres de bajos recursos económicos a recurrir a este proceso en un país en el que el sueldo medio se sitúa en unos 260 dólares mensuales.

Las clínicas consiguen a las madres gestantes generalmente a través de anuncios en internet o en la prensa, y a muchas les ofrecen poder mudarse a un apartamento en la capital a partir del quinto o sexto mes de embarazo, como es el caso del centro Surmama.

"Tampoco se puede asegurar que el tratamiento que se da a las madres gestantes sea bueno", señala, sin embargo, la nota de la embajada de España, que advierte de la "falta de informes, existencia de mala praxis médica y falta de transparencia".

"Esta sección consular es conocedora de que en los últimos meses se han venido produciendo estafas y engaños por parte de las denominadas clínicas de reproducción asistida y las personas vinculadas a este tipo de negocios", advierte.

Y agrega: "en este contexto, la sección consular de la embajada de España en Ucrania (...) no asumirá responsabilidades derivadas de un negocio jurídico nulo de pleno derecho que desaconseja realizar".

Según una investigación del canal ucraniano Segodnya, las partes implicadas firman contratos con una serie de obligaciones, pero a lo largo del proceso pueden surgir conflictos "de naturaleza psicológica" que llevan a que las madres no sigan ciertas indicaciones médicas o "chantajeen" a los padres genéticos.

Entre algunos motivos de conflicto se encuentran la eliminación de embriones para reducir el número de fetos, o la poca intimidad durante el proceso, así como el hecho de que los "padres genéticos" tengan que estar presentes en el momento del nacimiento.

La gestante, por su parte, debe renunciar a sus derechos legales sobre el niño, someterse a tratamientos y controles médicos periódicos y cumplir otros requisitos relacionados con sus hábitos y estado de salud.

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