La T4 de Barajas se ha convertido, "trágica y lamentablemente", "en un centro comercial del que salen aviones", el tipo de aeropuerto más "insoportable" que conoce uno de sus arquitectos, Luis Vidal, el autor de la T2 de Heathrow o de proyectos tan futuristas como la casa "acordeón" japonesa.

"La T4 era un 'hub' -concentrador de vuelos- con Latinoamérica, capaz de generar más ingresos de esa forma que con lo comercial. Lo han hecho muy torpemente", subraya en una entrevista el que fue su director de proyecto y es el responsable del estudio luis vidal + arquitectos, para el que trabajan 150 personas en España, Reino Unido, Chile, República Dominicana y Estados Unidos.

Con todo, afirma, los peores aeropuertos del mundo son los que tienen "controles de inmigración caóticos", en los que se tarda hasta dos horas en pasarlos.

No hay que olvidar, advierte, que si en 1970, cuando había 3.400 millones de habitantes en el mundo, los pasajeros aéreos eran 300 millones, en 2016 eran 3.600 millones, "más que la población de hace 47 años", y en 2030 serán 5.000 millones.

"Las infraestructuras tienen que procesar cada vez más gente. En Boston, por ejemplo, el pasaje no puede bajar del avión hasta que no hay sitio en la cola de inmigración", explica.

Sabe de qué habla porque su estudio está haciendo el nuevo aeropuerto de Boston, "una ciudad que se está posicionando con mucha fuerza".

"Entienden que su imagen es su terminal internacional y han elegido un diseño vanguardista y funcional que será el nuevo icono de la ciudad", adelanta.

Además, su estudio está implicado en el nacimiento de los vuelos suborbitales, que modificarán la planificación de los aeropuertos por el ángulo de entrada de los aviones en el aire: "somos los primeros -presume- a los que han encargado un aeropuerto espacial", el de Front Range (Denver).

Todas las obras que han proyectado, de la T2 de Heathrow al Hospital de Vigo o el "Edificio Mutante" de Castellana 77, han logrado "al menos" un premio, por eso no podría elegir entre ellas: "todas me parecen interesantes, incluidos los que han sufrido los rigores de la crisis, como la Universidad Loyola (Sevilla), que ahora vuelve a arrancar".

En su opinión, el futuro lo liderarán "diferentes ciudades en diferentes ligas": Londres, Nueva York y Singapur, en el mundo financiero; Madrid, Londres, París, Nueva York y San Petersburgo, en el cultural, y Barcelona, Londres y Nueva York, en el turístico.

El eje de las ciudades basculará, en su opinión, sobre cuatro "c": "tendrán que competir, es decir sacar lo mejor de ellas mismas; convivirán mayor número de personas -el 50 % de ellas en las ciudades- ; habrá que compartir desde los recursos energéticos a los hídricos y habrá más conectividad, tanto real como virtual".

Vidal (Barcelona, 1969) recuerda que de los 6.000 millones de personas que hay en el mundo, el 50 % vive en ciudades y en 2050, cuando serán en torno a 8.500 millones, será el 80 %.

En Japón, el departamento de I+D de una multinacional, les ha encargado precisamente el proyecto de "la casa de 2050".

"No ocupamos el hogar todo el tiempo ni todas sus estancias por igual y en función de eso hemos diseñado un vivienda 'colapsable' como un acordeón, que se mueve en horizontal y vertical, se pliega y guarda, de forma que 120 metros cuadrados pueden convertirse en 360", desvela.

La arquitectura, sostiene, "tiene que ser útil al usuario pero también formar parte de su entorno embelleciéndolo. Es una tragedia tener que pasar cada día frente a algo feo".

Lo mejor de su profesión es "trabajar para el cliente que tiene visión" porque así tendrá "valor añadido" y a quienes aspiran a entrar en su estudio "solo" les pide "ganas de comerse el mundo", "actitud y aptitud", porque su trabajo es de "una gran responsabilidad": "deja huella".