El monumento a las víctimas del Holocausto “visita” a un político alemán

Un colectivo de artistas llevó a cabo la acción tras unas polémicas declaraciones de Björn Höcke que calificó el Memorial como "monumento de la vergüenza"

El Centro para la Belleza Política (ZPS), un grupo de artistas alemanes que realiza actos e instalaciones de protesta a las órdenes del filósofo Philipp Rauch, ha vuelto a sorprender al país y, naturalmente, a su última víctima. Esta vez con el montaje de una 'sucursal' del Memorial del Holocausto en Berlín ante la residencia de uno de los líderes de la populista y ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), una formación xenófoba y de tendencia neonazi que en septiembre obtuvo sus primeros escaños en el Bundestag.

En total fueron colocadas 24 estelas de hormigón de varias toneladas de peso, similares a las que componen el memorial situado cerca de la Puerta de Brandeburgo para recordar el genocidio judío. Los activistas lograron su objetivo en una maniobra nocturna sin que nadie se diera cuenta hasta el amanecer. La instalación se encuentra en la pequeña localidad de Bornhagen en un solar contiguo a la residencia de Björn Höcke, polémico presidente de AfD en el Estado de Turingia y uno de los líderes más provocadores de la formación populista.

El pasado enero Höcke calificó el Memorial del Holocausto de "monumento de la vergüenza", afirmó que los alemanes sufren el síndrome de "un pueblo derrotado", criticó la "estúpida política" de superación del pasado y exigió "un giro de 180 grados en la política de memoria histórica", lo que provocó una ola de indignación y críticas.

"Contra los nazis aplicamos métodos nazis", dijo Morius Enden, miembro de ZPS, a la hora de explicar la instalación, financiada con una campaña de micromecenazgo. La operación se inició hace diez meses, poco después de las declaraciones de Höcke, con el discreto alquiler de la casa y los terrenos contiguos a su residencia. Activistas de ZPS ocuparon la casa vecina y montaron un sistema de vigilancia con cámaras y monitores para tener en permanente observación al líder populista, actuando a modo de servicios secretos populares. Y amenazan con hacer públicos los datos recabados durante casi un año si Höcke no muestra arrepentimiento público y emula el gesto del legendario canciller socialdemócrata alemán, Willy Brandt, que se arrodilló ante el monumento a las víctimas del gueto de Varsovia en 1970.

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