La vida en Bruselas de Puigdemont y los cuatro exconsejeros huidos

Dedican su tiempo a diseñar sus estrategias legales y políticas.

Puipgdemont durante un acto en Bruselas.
La vida en Bruselas de Puigdemont y los cuatro exconsejeros huidos
Efe

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y los cuatro exconsejeros viven en las afueras de Bruselas, aunque no todos juntos, y dedican su tiempo a diseñar sus estrategias tanto legales, para evitar ser extraditados a España, como políticas, de cara a las elecciones del 21 de diciembre.

Puigdemont, así como Lluís Puig (Cultura), Clara Ponsatí (Enseñanza), Meritxell Serret (Agricultura) y Toni Comín (Salud), que comparecerán este viernes ante el juez, afrontan "con confianza" y "serenidad" la cita judicial más importante hasta la fecha, dijeron a Efe fuentes cercanas al expresidente.

Casi veinte días después de su sorpresiva aparición en Bruselas, Puigdemont y los exconsejeros disfrutan de la libertad condicionada otorgada por el juez de instrucción belga, y utilizan esa discrecionalidad de movimiento y actividad para mantener reuniones jurídicas con sus abogados, así como para recibir la visita de otros políticos catalanes en pleno periodo preelectoral.

Pero también han recibido ya algunas visitas de familiares, que en algunos casos "han aprovechado para traerles ropa y enseres", pues el día que viajaron a Bélgica lo hicieron "ligeros de equipaje".

Desde el principio, Puigdemont ha tenido dificultades para pasar desapercibido en la capital belga, dado que su imagen aparece constantemente en la prensa y en la televisión, pero en cambio los exconsejeros tienen más facilidad para vivir anónimamente.

"Pueden coger el metro, ir a restaurantes o tomar un café como cualquiera" y si alguna vez les reconocen es algún catalán en Bruselas que solo quiere saludarles, explicaron las fuentes.

Persiste el misterio de sus direcciones concretas, aunque fuentes próximas indicaron que se alojan en las afueras de Bruselas, entre el centro y el aeropuerto, un lugar que facilita las reuniones con quienes utilizan el nuevo "puente aéreo" político que se ha establecido entre Barcelona y la capital comunitaria.

Aunque al principio dormían en hoteles, ahora, explican las fuentes, tienen "residencias más estables" y niegan que vivan todos juntos: "cada uno tiene su espacio".

Parte del mérito del desconocimiento de su localización exacta reside en la protección y apoyo policial de las autoridades belgas, una medida aprobada por el juez de instrucción que supo Efe de fuentes de la Fiscalía.

Los días previos a la vista los pasan dedicados, además de a los encuentros y llamadas con sus abogados, a aprovechar el tirón mediático en Bruselas para hablar con distintos medios de comunicación "y con políticos europeos que abiertamente o en privado están interesados y preocupados por lo que pasa en Cataluña".

En los últimos días, coincidiendo con las fechas límite para presentar en la administración electoral información de coaliciones y listas, Puigdemont ha recibido la visita de los líderes de la CUP, ERC y PDeCAT, unos encuentros que han publicitado a través de las redes sociales, aunque de ellos el expresidente no haya conseguido fraguar su deseo de una lista unitaria.

Además de esas visitas, que se llevan a cabo en lugares distintos a sus residencias, también mantienen otras conversaciones personales y laborales a través de "Skype".

Aunque no vivan en el mismo lugar, "sí hacen vida juntos" y han ido varias veces a cenar en grupo a restaurantes cuyos nombres no quieren revelar para evitar la prensa, pero que son "de cocina belga o mediterránea".

Pese a pertenecer a partidos políticos que serán rivales en las elecciones, de momento "están muy unidos. Hay que entender también el momento. Están lejos de sus familias y en una misma situación, que es dura", añadieron.

Pese a su vida discreta, los cinco han procurado estar presentes en todos los eventos en los que podían recibir el apoyo directo de la comunidad independentista de Bruselas.

Ninguno se perdió el acto de los 200 alcaldes en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, Bozar, y Puigdemont y Lluís Puig acudieron el lunes a uno de los eventos que el Casal Català organiza para los catalanes que viven en Bélgica.

Ponsatí, Comín y Serret participaron de la manifestación contra los presos políticos del pasado domingo en el Parque del Cincuentenario, donde reiteraron que están "en el exilio".

En estos encuentros con los simpatizantes del independentismo, en los que les hacen llegar el mensaje de que ellos son todavía el Gobierno legítimo catalán, es habitual que les pidan fotos y abrazos, a los que siempre acceden.

El apoyo les llega sin embargo mayoritariamente por las redes sociales, en las que se mantienen especialmente activos, empezando por el propio Puigdemont, que ha encontrado en Twitter un instrumento de comunicación para contrarrestar la lejanía de su electorado.

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