El cazador que mató a dos agentes rurales en Aspa los remató en el suelo

El joven había dicho que disparó a 10 o 15 metros.

El cazador que mató a dos agentes rurales en Aspa (Lérida) el 21 de enero les volvió a disparar cuando ambos ya estaban en el suelo después de recibir un tiro cada uno, según los informes de las autopsias.

Uno de los agentes recibió el primer tiro a una distancia de tres a seis metros y el segundo tiro a solo un metro; el otro agente recibió el primero a entre tres y cuatro metros, y el segundo tiro a dos, ha informado este miércoles la cadena Ser en Lérida.

La autopsia confirma que uno de los fallecidos recibió un disparo en el lado derecho de la cabeza y otro en la zona torácica y que el segundo agente tenía heridas de arma de fuego en la zona cervical, en la cara y en una muñeca.

El cazador que disparó, en prisión preventiva tras ser citado en los juzgados, afirmó en sus primeras declaraciones que habían sido tres y no cuatro sus disparos argumentando que su escopeta no admitía más cartuchos y que había disparado a una distancia de entre 10 y 15 metros.

El propio juez en su auto sostuvo que "de ser cierto -que hubo cuatro tiros- no puede sino concluirse que, tras efectuar los tres disparos, recargó el arma y realizó un disparo más".

La instrucción del caso está entrando en su fase final, según las partes personadas, y uno de los próximos pasos será la elección de un juzgado popular.

El presidente del Sindicato Asparc, acusación popular en la causa, Francesc Coll, ha valorado que las autopsias "desmienten la versión del asesino", que aseguró que disparó un tiro a cada uno a una distancia de 15 metros.

Estos informes constatan, según destaca Coll, que cada agente tiene un primer disparo a una distancia de tres a seis metros, y que ambos tienen un segundo una vez habían sido abatidos.

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