Sara Buesa, la hija del dirigente socialista Fernando Buesa asesinado por ETA hace 17 años junto a su escolta Jorge Díez, ha abogado este miércoles por "recuperar" una sociedad vasca que ha sido "sectaria" y ha estado "deshumanizada".

Sara Buesa ha participado en el acto organizado en el museo Artium de Vitoria con motivo del decimoséptimo aniversario de este atentado, al que ha asistido una amplia representación institucional, además de familiares y allegados de los dos asesinados.

"La nuestra ha sido una sociedad deshumanizada. Hemos vivido en un mundo muy sectario en el que se nos ha encasillado a las personas en extremos nacionalistas y no nacionalistas, vascos y españoles", ha lamentado.

La hija de Buesa ha denunciado a quienes alimentaron sentimientos de odio en la sociedad vasca y ha constatado que mucha gente se acostumbró a vivir con la violencia y se sumergió "en la burbuja de su vida cotidiana, poniéndose una coraza y desconectando del sufrimiento".

"El miedo ha mantenido un velo silencioso sobre acontecimientos que hemos vivido. El terrorismo, la violencia en todas sus formas, han sido tabú", ha constatado, antes de reclamar una sociedad en la que todo el mundo se sienta conectado con el resto.

Y es que para Sara Buesa esa sociedad deshumanizada "empieza a resquebrajarse", por lo que ha animado a salir de ella "por las rendijas que se abren" y a mostrar sensibilidad con los demás para romper "los falsos dilemas" que se plantean desde los discursos sectarios.

"Yo, por ejemplo, soy víctima de ETA y me posiciono rotundamente contra el GAL y contra cualquier vulneración de derechos humanos. Defiendo abiertamente la igualdad en derechos para todas las víctimas y al mismo tiempo continúo reclamando la deslegitimación clara del terrorismo de ETA" y que se haga un análisis profundo de lo sucedido, ha explicado.

A su juicio, también una víctima del GAL puede rechazar la violencia de ETA y reclamar su derecho a un mayor reconocimiento institucional, o un familiar de un preso de ETA puede criticar sus acciones y mostrarse sensible con el daño que ha causado y al mismo tiempo pedir el acercamiento de su familiar y un trato digno de éste en prisión.

Ha repasado las emociones vividas desde hace 17 años cuando asesinaron a su padre y cómo con el tiempo pudo comprender el sufrimiento de otras víctimas de delitos violentos y abrirse a contar a los demás sus vivencias.