Los bombos de la lotería llegan al Teatro Real

Este año se han consignado cinco series más que el pasado.

Los bombos de la lotería desembarcan en el Teatro Real
Los bombos de la lotería desembarcan en el Teatro Real
EFE

Los bombos del Sorteo Extraordinario de Navidad han llegado la mañana de este viernes al Teatro Real, un acontecimiento que cada año despierta una gran expectación y que marca la cuenta atrás a la celebración de este tradicional sorteo, que da el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas.


Este año se han consignado cinco series más que el pasado y, aunque aún no se tienen cifras concluyentes sobre las ventas, "las sensaciones son positivas y pensamos que vamos a seguir creciendo al nivel de 2015", ha señalado, en declaraciones a los medios, el subdirector de recursos materiales de Loterías y Apuestas del Estado, Eduardo Ovies. No obstante, hasta las 23.59 del día 21, cuando concluya la venta, no se dispondrá de datos oficiales.


Alrededor de las 10.00, dos camiones han llevado hasta el Real los dos bombos titulares (el de premios y el de números), así como los dos de reserva, la tolva (que es donde se depositan las bolas previamente al sorteo) y las liras, un pesado material que ha sido descargado por una decena de operarios y depositado sobre una plataforma del escenario.


Los bombos de latón rojo (hechos de una aleación de cobre, estaño y plomo) han posado ante las cámaras de televisión y las de los fotógrafos cual estrellas de cine. Posteriormente, han bajado 16 metros sobre el nivel del escenario y allí permanecerán custodiados hasta el día 21 en que volverán a subir para realizar el ensayo final.


Empieza a partir de ahora el trabajo de los técnicos, que ajustarán los mecanismos y probarán el funcionamiento de los motores que los hacen girar. Una vez comprobado que todo funciona perfectamente, se precintará todo hasta el día previo al sorteo.


Al igual que en un partido de fútbol, los bombos de reserva se sitúan justo detrás y muy cerca de los titulares, ha explicado Ovies, quien ha confiado en que, como hasta ahora, no haya que utilizarlos. Si por alguna circunstancia hubiera que hacerlo, "sería un poco latoso y largo", ha dicho Ovies, aunque ha tranquilizado a los ciudadanos: "El sorteo se podría celebrar".


El bombo grande mide casi 2,80 metros de alto y pesa unos 800 kilos. En él se introducen las bolas de los 100.000 números. El pequeño, que contiene las 1.807 bolas de premios, mide unos 70 centímetros y pesa unos 400 kilos.


Ambos disponen de dos motores, uno de los cuales arranca automáticamente en el caso de que falle el primero, y los dos cuentan con un convertidor de frecuencia que garantiza que cuando deja de girar, la válvula de salida de las bolas queda siempre situada en la parte inferior. Hasta que llegan al Teatro Real, los bombos están custodiados "en un sitio seguro y a buen recaudo".


Las bolas, hechas de madera de boj de Galicia, pesan tres gramos cada una y miden 18 milímetros. Y siempre son las mismas, aunque cada año es necesario sustituir alguna que se ha estropeado debido al rozamiento. En concreto, para este sorteo ha habido que repetir casi un centenar.


En el ensayo general del próximo miércoles, día 21, entrarán ya en acción los niños de San Ildefonso. Tendrán ocasión entonces de perder el miedo escénico. Ya el Día D, media hora antes de que comience el sorteo, cualquier persona puede comprobar que la bola con el número de su décimo se introduce en el bombo.

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